UNA MINISTRA DE FP

lunes, 11 de junio de 2018
Algunos aún nos frotamos los ojos y releemos las páginas web donde aparece el nombramiento de la ministra de Educación y Formación Profesional. Por primera vez en la historia española aparece la FP dando nombre a un ministerio y, el profesorado -tan fácil de contentar- ya estamos ilusionados con el supuesto relanzamiento de nuestra FP. El tiempo dirá.

Nuestra nueva ministra, Isabel Celaá, tiene experiencia como consejera de educación en el País Vasco, así como es catedrática de educación secundaria en la especialidad de inglés; excelentes valores añadidos. A la ministra ya le empiezan a caer peticiones desde todos los sectores relacionados con la educación: sindicatos, patronales, comunidades autónomas, etc. Sus primeras declaraciones han dejado claro que impulsará la Formación Profesional -de momento seguiremos siendo optimistas, pero cautos- y que retomará el pacto educativo para avanzar en el mismo.

Isabel Celaá Ministra educación y FP
Fuente: EFE
El pacto educativo parece un viejo PC al que se le van introduciendo actualizaciones o cambiando algunas piezas para que la educación siga rodando. Como sabemos -y sufrimos- este PC va a trancas y barrancas,  demandando una verdadera renovación que nos permita funcionar tranquilamente durante unos cuantos años más. Ya es hora de que unos y otros se pongan de acuerdo para al menos mejorar lo que más interesa a alumnos, familias y docentes; tener claro un modelo educativo con recursos suficientes y basado en la investigación científica. Interesante el monográfico de la revista Cuadernos de Pedagogía sobre el pacto educativo: "Im-Pacto" coordinado por Carlos Magro y Alfonso González.

Como docente de FP también tengo mis peticiones para la ministra de Educación y Formación Profesional; más aún sabiendo su procedencia geográfica y su conocimiento de la FP vasca. Le demandaría básicamente que se emplearan los mismos recursos materiales y humanos en la FP de todo el país; que se establece un marco y una estrategia de futuro para todas las familias profesionales junto a las CCAA; que se cree un organismo nacional de investigación y recursos sobre la Formación Profesional y no sólo una web (todofp.es), útil para la promoción pero insuficiente para los centros y su profesorado.

Es evidente que cada región española tiene sus particularidades, y es necesaria una flexibilidad en cuanto a titulaciones y estructura modular de los ciclos. Lo que no parece sensato es la disparidad de criterios a la hora de desarrollar los ciclos, la formación profesional dual y la rigidez que algunos sufrimos en comparación a otras comunidades más abiertas en cuestiones organizativas.

Menos lógicas son aún las diferencias laborales del profesorado de FP según la CCAA en la que ejerza la docencia; es inaudito que un profesor tenga una jornada de 25 horas semanales mientras que en la comunidad de al lado sólo realicen 18 horas en función también de si trabajar en la red pública o en la concertada (sostenida con fondos públicos). Por no hablar de las horas, a discreción de cada gobierno autonómico, que pueden disponer aquellos docentes, jefes de departamento o equipos directivos, que varían ostensiblemente de una CCAA a otra. De hecho, en la Comunidad Valenciana, un director/a de un centro educativo de FP no dispone de horas de dirección y tiene 25 horas de docencia en el aula; un desatino si lo comparamos con el mismo docente y cargo en Navarra que tiene de 9 a 12 horas para el ejercicio de la dirección que se restarían a las 18 horas lectivas semanales (ver resultados de una encuesta abierta que publiqué en Twitter al respecto esta semana).

Asimismo, en la FP actual se nos demanda mayor actualización, internacionalización de los estudios, convenios para la Dual, digitalización de los títulos, plurilingüismo... todo ello a coste cero de la administración y con un profesorado cada vez más saturado, con las mismas horas lectivas y menos tiempo disponible para atender las necesidades educativas del alumnado. Creo que ya es hora de que las administraciones educativas inviertan, ahora que corren mejores tiempos, actúen y nos dejemos de simples desideratas o campañas acerca de las bondades que aporta la FP a nuestro país.

Estimada ministra: la Formación Profesional se prestigia contando con el profesorado de FP en las reformas, mejorando e igualando sus condiciones laborales (independientemente del tipo de centro o ubicación geográfica), invirtiendo en recursos técnicos y en la actualización profesional de los docentes; y avanzando en la orientación académica y profesional de los centros educativos. 

Ministra Celaá; mucha suerte en su desempeño. Por la cuenta que nos trae a todos.

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