INFOGRAFÍA: LA NUEVA FP

sábado, 9 de marzo de 2024

A raíz del artículo en este blog sobre los nuevos currículos y módulos de la nueva FP que llegará a nuestras aulas a partir del curso próximo 2024-2025, os dejo aquí con la siguiente infografía donde se resumen brevemente los cambios más sustanciales que se prevén. A falta de la ordenación que está por publicar y concretar desde cada una de las comunidades autónomas.

 

Lo que el nuevo sistema de Formación Profesional nos anticipa son muchos cambios a nivel organizativo, horarios lectivos, mayor flexiblidad y, esperemos, más recursos para preparar y actualizar los módulos.

 

LA NUEVA LEY DE FP


DOCENTES DE FP VETERANOS: VENTAJAS DE SU CONTRATACIÓN

miércoles, 6 de marzo de 2024

 

El mercado laboral ha cambiado mucho en veinte años. Los otrora contratos de relevo que se crearon con el objetivo de fomentar la incorporación de los jóvenes a un empleo estable, permitiendo además una transición más confortable hasta llegar a la jubilación total a aquellos que aún no habían cumplido los 65 años, tienen cada vez unos requisitos más desfavorables para el trabajador/a que desea ser relevado. Con suerte, a los 63 años, si has cotizado 36 años y 6 meses, tendrás derecho a una reducción máxima de la jornada del 50% a partir del año 2027. Pero este no es el asunto del artículo que aquí nos ocupa. Ni tampoco tiene nada que ver mi sobrevenida madurez...

 

En mi caso, como señalaba en un artículo anterior, las personas de mi generación (nacidos en las décadas de años 60 y 70 del pasado siglo) nos agarrábamos a un clavo ardiendo cuando había una oportunidad de empleo; no importaba que fuera a tiempo parcial o completo, una interinidad o cualquier tipo de sustitución donde coger experiencia a la vez que tener unos ingresos aceptables. Nada supuestamente diferente a lo que viven hoy los más jóvenes en búsqueda de un empleo estable; con la diferencia de la carestía creciente del coste de la vida y poder adquisitivo en descenso, a la par que una mayor oferta de empleo para los perfiles más formados. Cualquier tiempo pasado fue... distinto.


Sin embargo, dentro de la profesión docente en al ámbito de la Formación Profesional, los candidatos de mayor edad ofrecen distintos méritos en comparación a otros perfiles. Habitualmente, las personas con más de veinte años de experiencia (no solo a nivel docente), tienen unos antecedentes en su vida laboral que aportan no solo conocimientos técnicos valiosos para los estudiantes de FP, sino que valoran de otro modo las condiciones de trabajo en un centro educativo. Por no mencionar aquellos docentes que acceden a un empleo estable y con alumnado con interés por aprender y desarrollarse de la mano de la FP. Y a pesar de las dificultades y complejidad que conlleva la docencia, por supuesto. A partir de cierta edad se tiene otra perspectiva de la vida y, si has tenido una experiencia laboral ajetreada, estás más motivado para ejercer profesionalmente en otro centro de trabajo o en un sector diferente.


La edad, además de arrugas y un agotamiento físico y mental ascendente, añaden otra apreciación de las condiciones de trabajo (y no solo las económicas). Es usual conocer compañeros que vienen de otros sectores, con años a sus espaldas, que valoran la enseñanza por ser un trabajo más humano; donde el contacto con los alumnos, sin demasiadas exigencias de unos superiores, facilita un ambiente laboral satisfactorio. Incluso hay quienes descubren su vocación cuando ven lo que pueden aportar a los más jóvenes y lo que rejuvenece una profesión en constante contacto con ellos. Evidentemente, las aulas de FP no son siempre un paseo en barca, pero es difícil encontrar un empleo donde cada hora, cada trimestre o cada curso, nos ofrezca algo distinto. No cabe el aburrimiento, y los afectos llenan, sin duda. 


El envejecimiento de la población nos lleva a un mayor porcentaje de trabajadores con edades más avanzadas. No hay quien no quiera jubilarse antes de hora, pero lo tenemos cada vez más difícil. Por suerte, la mejora del estado de salud nos permite llegar en mejores condiciones, pese a que la docencia exige un alto nivel de energía mental, no solo física. En FP (con la excepción de una FP Básica más ardua) tenemos perfiles de alumnos donde las cotas de desgaste no son tan elevadas y se puede bregar perfectamente en un aula con la cincuentena superada. No obstante, además de fomentar la contratación de personas de mayor edad o que suman experiencias profesionales fuera de la enseñanza (como así lo contempla la nueva Ley de FP), debiéramos seguir dando motivos a los docentes actuales para seguir desarrollando una profesión trascendente para muchos de los que optan por la Formación Profesional.


LOS FUTUROS CURRÍCULOS Y MÓDULOS DE LA NUEVA FP

domingo, 3 de marzo de 2024

 

nuevos currículos y módulos de FP

 

Los borradores de los nuevos currículos de los grados básicos, medios y superiores ya van cogiendo forma, al menos para el ámbito del Ministerio de Educación, FP y Deportes. Es decir, para Ceuta y Melilla ya podemos ver cómo quedarían los currículos de ciertas titulaciones de Técnico Básico, Técnico y Técnico Superior, pertenecientes al grado D del nuevo sistema de Formación Profesional. En las próximas semanas deberíamos conocer cómo quedan estos nuevos currículos en cada una de las comunidades autónomas de España. Iremos con la lengua fuera, como es habitual. 


En los siguientes borradores de las correspondientes órdenes ministeriales, actualmente en audiencia e información pública, ya podemos intuir como quedarían organizados ciertos aspectos referentes al currículo, al profesorado, espacio y equipamientos, modalidades de enseñanza y el periodo transitorio hasta la implantación total de la nueva FP en todos los centros. En principio, se indica que los resultados de aprendizaje y los criterios de evaluación de los módulos profesionales que componen cada título permanecerán igual. Sin embargo, aquí viene lo interesante, el profesorado tiene libertad a la hora de proponer nuevos contenidos: "Corresponderá a los equipos docentes la actualización de los contenidos en las programaciones didácticas." 

 

En teoría deberíamos adaptar estos currículos a nuestro entorno (lo que buenamente solemos hacer ahora en cierta medida) en función de las peculiaridades socioeconómicas y laborales de cada centro educativo y en función de su ubicación geográfica. Lo bueno, vendría con la libertad para desarrollar estos currículos y organizarlos a conveniencia, gracias a la autonomía pedagógica de cada centro educativo tras su aprobación oficial correspondiente. La coordinación y organización académica cobran mayor importancia si realmente queremos ofrecer una formación adaptada al contexto en el que trabajamos.  


En el citado borrador, de un modo algo genérico, se contempla además la potenciación de "la cultura de prevención de riesgos laborales en los espacios donde se impartan los diferentes módulos profesionales y proyecto intermodular, así como promoviendo una cultura de respeto ambiental, la excelencia en el trabajo, el cumplimiento de normas de calidad, la creatividad, la innovación, la igualdad de género, el respeto a cualquier diversidad, la promoción de la igualdad de oportunidades, el «diseño para todas las personas» y la accesibilidad universal, especialmente en relación con las personas con discapacidad." Al igual que se apuesta, de momento sin concreción alguna, por los proyectos de innovación e investigación aplicada, de la  mano de un aprendizaje basado en retos conectados con el entorno profesional de cada sector. Tampoco sabemos como se articularan esas nuevas metodologías que menciona que deberán estar adaptadas al estudiante y basadas en el autoaprendizaje, que permitan de algún modo al alumnado la conciliación con otras actividades. 

 

La duración de los currículos, con algunas excepciones, será la misma: 2 000 horas con carácter general. Pero habrá que ver las posibles ampliaciones de las administraciones autonómicas. Tal vez, uno de los aspectos críticos vendrá con la reorganización de los módulos, con cambios en las cargas lectivas y nuevos módulos que modificarán los títulos en primer y segundo curso. A nivel didáctico será complicado lidiar con módulos de una sola hora de duración semanal (Digitalización, Sostenibilidad y Proyecto Intermodular) que no ayudan demasiado a la hora de trabajar desde cada ciclo de un modo más integral junto con el resto de módulos que forman parte del título. Bien sabemos que en una sola hora, en las enseñanzas presenciales, no se pueden abarcar muchos contenidos ni experimentar demasiado con metodologías innovadoras. El tiempo en el aula vuela.

Respecto a la evaluación también se establece una diferenciación relevante a través de dos opciones: podemos evaluar por resultados de aprendizaje (sin diferenciar los módulos profesionales) o evaluar por módulos profesionales junto al proyecto intermodular (como se viene haciendo comúnmente hasta ahora). Opciones que vienen a reflejar la realidad actual de algunos centros educativos más innovadores en cuanto a su organización modular y prácticas metodológicas. 


También son muchas las novedades en relación a la oferta bilingüe, donde se contempla un mínimo de horas de Inglés profesional, así como se señalan aquellos módulos que son susceptibles de ser impartidos en inglés o francés durante los dos cursos de cada ciclo. Asimismo, se confirma quienes podrán impartir docencia en los módulos bilingües (con un B2 sería suficiente). Y se incluyen hasta tres horas lectivas para la preparación de los módulos que se ofertan en inglés o francés (al menos un módulo cada curso en la oferta bilingüe). 

 

En relación al nuevo Proyecto Intermodular, contará con una hora lectiva semanal, y deberá ser proyectado para trabajar grupalmente a través de retos que incluyan resultados de aprendizaje de todos los módulos profesionales. Se seguirá incluyendo una presentación oral y una calificación individual, a pesar de su realización a través de grupos de trabajo. 

 

Respecto al módulo de Inglés Profesional se añade un Inglés Profesional II en el segundo curso de algunos ciclos formativos. Igualmente habrá una parte de optatividad a través de un módulo anual o dos módulos cuatrimestrales de las siguientes temáticas:

  • Profundización en Digitalización aplicada a los sectores productivos.
  • Profundización en Sostenibilidad aplicada al sistema productivo.
  • Profundización en Inglés profesional.
  • Proyecto en Iniciativa empresarial y emprendimiento, que incluya el emprendimiento colectivo en economía social.
  • Segunda lengua extranjera profesional.
  • Módulos de diseño propio por parte de los centros.
  • Formaciones no formales que con carácter gratuito y generalmente on-line y certificadas.

 

Respecto a la formación en las empresas (la actual FCT que desaparece) ya sabemos que todos los ciclos se impartirán en régimen dual (general o intensivo) con prácticas durante los dos cursos de cada titulación. En el régimen general, que será previsiblemente el más habitual, se desarrollará la dual durante 8 semanas en el primer curso (240 horas entre marzo y julio) y en 9 semanas durante el segundo curso (260 horas entre enero y marzo). Y contemplará al menos el 10% y el 20% de los resultados de aprendizaje de los módulos. 

 

Otro aspecto relevante hace referencia al profesorado de los nuevos módulos de Sostenibilidad aplicada al sistema productivo y Digitalización aplicada a los sectores productivos que serán impartidos preferentemente por el profesorado de las especialidades cuyos módulos profesionales estén
vinculados a unidades de competencia. Esperemos también que estos nuevos módulos, con la escasa carga lectiva antes mencionada, se pueden trabajar contenidos y competencias de un modo riguroso y sirvan de paso para la actualización del profesorado especialista en estos dos ámbitos. 

 

Veremos si, según contempla la nueva Ley de FP, el próximo curso 2024-2025 tenemos tiempo suficiente para afrontar un reto que va a conllevar muchos cambios a nivel organizativo. Ojalá no caigamos en el error de afrontar la modernización del sistema de Formación Profesional como una mera carga burocrática y seamos capaces de aprovechar la flexibilidad a la que alude esta nueva FP a la hora de programar los módulos y reestructurar los ciclos formativos. Va a ser un largo e intenso camino.

DIFICULTADES Y MEDIOS PARA SELECCIONAR Y RETENER EL TALENTO DOCENTE

miércoles, 28 de febrero de 2024

 


En el sector educativo la selección y retención del talento es una actividad de complejidad creciente. Hace no demasiados años un puesto como docente era una opción atractiva que requería presentarse a algún tipo de oposición para al menos conseguir una vacante de interino o rogar por encontrar una plaza en el sector privado. La pila de currículos que recibía un centro educativo era considerable. Al igual ocurría con las listas de espera en las bolsas de trabajo para profesorado en la educación pública. 

 

Ahora asombra ver procesos de oposición donde hay más plazas que candidatos mientras seguimos en España con unas tasas de desempleo considerables (en torno al 8%) en la población universitaria y algo más del doble que en la Unión Europea. Sin contar con todos aquellos graduados universitarios que tiene trabajos de baja cualificación. Aunque, por otro lado, las nuevas generaciones (millenials y Z) no han sufrido la considerable competencia que los jóvenes boomers tuvieron en su día. Éramos, a la fuerza, poco exigentes. 


Los perdida de poder adquisitivo en este sector, así como la inexistente carrera docente, pueden ser también razones que favorecen la escasez de vocaciones docentes. Por no hablar del poco prestigio de la profesión en la sociedad y el permanente cuestionamiento de la labor, así como la creciente sensación de abandono o la impotencia ante una juventud que se percibe como indisciplinada o poco esforzada. Todo ello, puede que no haga más que cronificar un problema donde una parte del profesorado ejerce de rebote esta profesión; ya sea porque no encuentra nada mejor, porque en otros sectores privados las condiciones son más desventajosas, o porque las exigencias para la contratación son ahora mínimas ante la ausencia de aspirantes. 

 

Otro problema añadido viene en la actualidad con la forma diferente de entender la relación laboral con los empleadores. La fidelidad a un centro o a un equipo de personas se percibe como algo temporal; no cuesta esfuerzo ni hay muchos reparos para cambiar el lugar de trabajo si hay una oportunidad laboral algo mejor. Una consecuencia más de un mercado laboral docente cada vez más desequilibrado en cuanto a su oferta y demanda, y que nos debe llevar a naturalizar una rotación voluntaria más elevada. Tan solo, el elevado interés de las mujeres por la carrera docente (a menudo por razones de conciliación o no discriminación) parece mitigar la falta de aspirantes actual. Al igual que otros tantos enseñantes no cambian su posición al ser compatible con otros empleos mientras el horario laboral se lo permita. 


Evidentemente, la forma más sencilla de atraer ese talento viene a través de una subida de los salarios. Por no hablar de la mejora de unas condiciones de trabajo (aulas, equipamientos...) que nos hemos acostumbrado a exigir en una sociedad más rica donde siempre nos comparamos con los más pudientes y no con aquellos que sufren la escasez de recursos. No podemos pretender ser un centro de trabajo tipo Google, con sus futbolines; pero la estética Roper o los medios desactualizados parece que importan. Al igual que ocurre con esas discriminaciones horarias donde por igual o menor sueldo se trabajan más horas en ciertos tipos de centros o según que comunidad autónoma. Más diferencias que favorecen una rotación incesante en las escuelas. 

 

No hace falta ser un experto en recursos humanos para entender que los empleados de cualquier organización prefieren directivos que fomenten un ambiente colaborativo, que contemplen un desarrollo personalizado de cada trabajador y que favorezcan la flexibilidad laboral. Justo tres debilidades que a menudo arrastra la docencia por distintos motivos: estamos acostumbrados a trabajar de modo independiente, por nuestra cuenta y sin tener que dar demasiadas explicaciones sobre nuestras acciones; la carrera docente o una capacitación personalizada no se contempla habitualmente; y la flexibilidad es casi nula ante un calendario escolar y unos horarios que dependen principalmente de la antigüedad del docente, de los permisos permitidos o de las reducciones de jornada legales. Luego, la transparencia, la ejemplaridad y el estilo de liderazgo colaborativo, pueden ser otras buenas razones para mantener la implicación de la plantilla. Sin duda.  


Tampoco han ayudado las exigencias lingüísticas o los desactualizados requisitos para impartir ciertas materias. Ahuyentan demasiados perfiles que podrían enseñar ciertas materias o módulos sin problema alguno (hay muchos grados universitarios de reciente creación que están en el limbo). En los últimos años, además de la demanda de salir de esa populista zona de confort, tampoco se han incorporado medios o soluciones a los problemas estructurales que arrastra la docencia. La gestión y la calidad de los centros educativos nos embarcan en nuevas tareas mientras los estudiantes son más reivindicativos y las complicaciones van en aumento. Todo ello también nos lleva a una mayor insatisfacción donde no se atisban mejoras en un horizonte cercano. Justo lo contrario. También nos hemos vuelto escépticos con los nuevos métodos que prometían resultados de la mano de formadores a menudo expertos solo en frases positivas. Y una buena formación docente nos puede dar motivos para enseñar mejor y gestionar las aulas con cierta suficiencia.


Luego está el ambiente laboral. Trabajar rodeado de quejas nos convierte en quejicas, con o sin razón. Afrontar una jornada lectiva intensa sin ciertas expectativas, el soporte de un compañero o la confianza en ayudar al crecimiento de los alumnos, eterniza la faena. Y las relaciones personales, como en cualquier entorno, no son siempre fáciles cuando conviven personas con ópticas distintas o un concepto de la educación y el trabajo opuesto al tuyo. Somos dados a diagnosticar los males de la juventud actual o culpar a las familias, y nos quitamos de en medio como si no fuera faena nuestra atender las anomalías. Otro factor más para el quemazón (burnout). 

 

¿Y qué nos queda ante un panorama tan sombrío? Desde los equipos directivos poco se puede hacer para atraer ese talento que escasea. Un talento, como define Pilar Jericó, por el cual un “profesional  comprometido que pone en práctica sus capacidades para obtener resultados superiores en su entorno y organización”. Una definición para reflexionar. En un sector tan restringido, en cuanto a oportunidades de crecimiento dentro de la propia organización, nos queda poco más que apostar por una innovación y creatividad que aporte entusiasmo a nuestra práctica diaria. Alentar las iniciativas del profesorado que se implica y confiar en su desempeño; teniendo al alumno como centro de nuestras acciones pero dando valor al trabajo de los docentes. Sin personalismos. Incluso, preguntar, consultar o encuestar más a menudo a cada docente sobre sus intereses, propuestas y aspiraciones para ejercer la enseñanza.


La docencia, la podemos contemplar desde muchos puntos de vista. Seguro que podemos listar decenas de factores que nos impiden estar satisfechos con nuestra labor diaria. Sin embargo, son muchas más las variables que hacen de esta profesión una oportunidad para ejercer una labor única y preciada en unas condiciones laborales dignas. Podemos compararnos con otros empleos, pero no lo hagamos solo con aquellos que parecen ser más exitosos. Se me ocurren multitud de empleos poco o nada estimulantes. Marcarse objetivos cada curso o cada trimestre, algo no demasiado frecuente en la profesión, también facilita esa motivación que decrece conforme transcurre el curso. A pesar de las programaciones, también tenemos la posibilidad de incorporar de algún modo al aula nuestras aficiones o pasiones personales. También puede ayudar a sobrellevar tensiones y días lectivos estresantes. 


Quizás, acabemos reclutando profesores a través de Tik-Tok o Instagram, atrayendo así a una profesión que garantiza una juventud diaria y pocas opciones para el aburrimiento. O, tal vez, nos estemos dirigiendo hacia una nueva Inteligencia Artificial que nos facilitará el trabajo disminuyendo esa intensidad a la que nos hemos acostumbrado. Permitidme la duda...

HABLAR MAL DEL ALUMNO

lunes, 26 de febrero de 2024

 

hablar mal del alumno

Un buen indicador de la profesionalidad del docente está en la forma de referirse hacia su alumnado. No se trata de valorar las filias o fobias de cada uno, ni medir la mayor o menor bondad que cada uno atesora. La forma habitual que tenemos de calificar o adjetivar a los estudiantes, cómo valoramos sus acciones personales o académicas, o qué palabras utilizamos para dirigirnos hacia ellos dice más de nosotros que de ellos mismos. Y no me refiero a las formas, que pueden ser más o menos coloquiales o correctas según el entorno en el que estamos hablando. A casi todos se nos ha podido ir la lengua en alguna ocasión o no somos lo políticamente correctos que debiéramos. 

 

Afortunadamente, en las aulas no es habitual encontrar situaciones donde el desconsiderado o inoportuno sea el docente. Tal vez los alumnos, por inmadurez o falta de educación familiar, son más propensos a faltar el respeto hacia sus compañeros o profesores. Sin duda, hemos pasado de una escuela donde el temor reinaba en las aulas a estar en un contexto más laxo y cercano que favorece las impertinencias. Difícil equilibrio. En estos casos, como docentes, no nos queda otra que educar con todo lo que conlleva este término; porque no solo instruimos sino que constantemente tenemos la oportunidad de valorar aquellos actos que consideramos moralmente adecuados o inapropiados. Aún así, seguimos dando por sentados muchos de estos comportamientos, como si ser una persona correcta e instruida viniera de fábrica en nuestros jóvenes o niños. 

 

Sin embargo, el objeto de este artículo alude hacia la forma de hablar que utilizamos en público para referirnos a nuestros estudiantes, aún no estando ellos presentes. Hacer comedia o ridiculizar cualquiera de sus actuaciones no tiene excusa alguna. Tal vez nos pueden resultar graciosas ciertas respuestas o comportamientos e incluso nos sonríamos con la boca pequeña con las ocurrentes contestaciones de algunos; pero nunca es apropiada la chanza sobre aquellos para los que trabajamos. La burla o las odiosas comparaciones sobre la juventud actual tampoco son justas ni aportan nada en un contexto bien diferente al que tuvimos en nuestra época. Además de la desmemoria que solemos padecer, sin caer en la cuenta que no siempre fuimos esas personas formales y diligentes que ahora somos...

 

Al final, un truco infalible para saber cómo hablar sobre nuestros alumnos, es imaginar cómo me gustaría que hablaran sobre mí o sobre mis hijos; independientemente de las idioteces, las insolencias, la ineptitud o la ignorancia que suele venir de serie por edad o procedencia de esa valiosa materia prima con la que ocupamos nuestras jornadas lectivas. Ser bienhablado, cuando mencionamos a un alumno o alumna, también es educativo.


Foto de Dmitry Vechorko en Unsplash

LA NUEVA FP: ¿QUÉ NOS INTERESA A LOS DOCENTES?

sábado, 17 de febrero de 2024

 


En breve vamos a sufrir o disfrutar las consecuencias de la nueva Ley de FP aprobada en el año 2022 y desarrollada el pasado año a través de un Real Decreto. A medida que se van aproximando los cambios previstos va in crescendo el interés de los docentes sobre cómo pueden verse afectadas sus funciones. ¿Qué pasa con mis módulos? ¿Qué hay de esa FP dual que ahora se generaliza? ¿Cómo quedan los currículos oficiales de los títulos? ¿Qué ocurre con la FCT, FOL o el PFC? Todos, de una u otra manera, tememos ver alteradas nuestras dinámicas y un trabajo al que tenemos cogida la medida. Sospechamos que la zona de confort no va a verse ampliada sino que más bien acabaremos desalojados de la misma.

De forma muy resumida, podemos ver algunos aspectos destacables que van a verse afectados con esta nueva Ley y su teórica aplicación para el próximo curso 2024/2025:
 

  • Unificación de la oferta formativa. La FP se erige ahora como un sistema integrado que abarca la formación para empleados, desempleados, y aquellos estudiantes que se deciden por esta etapa. La nueva estructura está compuesta por distintos grados: desde la A hasta la E, la FP se despliega ofreciendo desde acreditaciones parciales hasta especializaciones. Cada grado es un peldaño que el estudiante puede ascender, acumulando competencias y calificaciones específicas.
  • Reconocimiento flexible de aprendizajes. La formación recibida no es un camino lineal sino modular, permitiendo que el aprendizaje previo sea capitalizado y reconocido, reduciendo así la redundancia y fomentando la eficiencia educativa.
  • Actualización curricular. La reforma trae consigo una actualización significativa en los currículos de los ciclos de grado básico, medio y superior, incluyendo nuevos módulos enfocados en habilidades digitales, sostenibilidad y empleabilidad. Se introduce en todos los ciclos el "proyecto intermodular", uniendo teoría y práctica a través del aprendizaje colaborativo y por proyectos.
  • Dualidad como norma. La FP se rediseña bajo un modelo dual, implicando una colaboración más estrecha entre centros educativos y el mundo laboral, con una porción significativa del aprendizaje realizándose en empresas en cada curso de los ciclos y un mayor número de horas de prácticas que afectaran a la organización horaria de algún modo.
  • Adaptaciones para la diversidad. Se establecen modalidades de formación presencial, semipresencial y virtual en la oferta de ciclos formativos, así como una oferta modular para atender a las necesidades educativas especiales a través de adaptaciones metodológicas.
  • Compromiso con la calidad. La normativa introduce medidas para mejorar la calidad de la formación, incluyendo la reducción progresiva de ratios alumno/profesor, la promoción de la innovación y la investigación, y el fortalecimiento de los servicios de orientación profesional.


Para conocer en más detalles estos cambios son muy clarificadores los materiales publicado por Caixabank Dualiza y FPEmpresa. También vale la pena echar un visualizar atentamente los vídeos del canal de Youtube de Teacher MrSoler al respecto de cómo nos afectan estos próximos cambios a nivel docente y en las programaciones de los módulos.

Lo que parece claro es que este nuevo escenario va a conllevar una reestructuración de los ciclos y de las horas que cada especialidad tiene ahora atribuidas en los ciclos formativos, así como todo parece indicar que el proceso certificador de los distintos grados implicará una carga administrativa mayor a las entidades involucradas en la formación. Nos falta además por ver el distinto desarrollo normativo que hará cada comunidad autónoma y los recursos que cada administración educativa aportará para implementar las pretendidas mejoras de esta nueva Formación Profesional. 

 

A nivel docente lo que realmente nos importa es cómo quedarán los módulos que ahora impartimos y saber cuándo, y verdaderamente, se actualizarán las competencias, los resultados de aprendizaje y los criterios de evaluación en los que debiera basarse una renovada programación didáctica. Suponemos que todo no será un mero cambio de libros de texto. Veremos si se hace a tiempo y con la debida sensatez, si se mantiene la vista puesta en lo que necesitan los estudiantes para su inserción profesional de un modo flexible a la vez que riguroso. También estaremos expectantes por saber si se contemplan recursos (mediante horas disponibles) para impulsar la investigación aplicada, la innovación, la internacionalización o el emprendimiento al que hace referencia la nueva normativa. Si todo se queda en un cambio de cromos, o en una mayor carga burocrática para los centros educativos, habremos perdido la oportunidad de transformar verdaderamente esta etapa educativa. Confiemos en que las modificaciones en la ordenación académica y dotar de una mayor autonomía a los centros educativos resolverán ciertas trabas a las que nos enfrentamos hoy en día. Suponiendo también una gestión más eficiente de los recursos. 


Espero igualmente que las distintas administraciones autonómicas compartan recursos (programaciones, materiales didácticos, metodologías, etc.) e inviertan sin caer de nuevo en diferencias injustas tanto para los estudiantes como para el profesorado según cursen la formación en una u otra región. Queremos dar clase con instalaciones y herramientas adecuada y necesitamos además estar al tanto de aquellas metodologías e investigaciones que mejoran el aprendizaje del alumnado. Tampoco estaría mal aprovechar esta ley para contemplar el desarrollo de la carrera docente; una mejora más necesaria que nunca en un entorno profesional donde comienzan a escasear los perfiles docentes en muchas especialidades. Veremos.


Foto de Diane Picchiottino en Unsplash
Con la tecnología de Blogger.

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