Ahora que los señores de Mr. Wonderful no tienen la exclusiva de las frases hechas con mensajes positivos, me permito desearos el mejor curso posible (fantástico, estupendo, magnífico, fenomenal, mágico, esplendido...) a todos los profesores que arrancamos un nuevo curso. Algunos tenemos la suerte de comenzar las clases el día 12 de septiembre, mientras que en otras comunidades parece que la bulla educativa aderezada de una nueva ley sigue sin dar paso a esa "slow education" que algunos anhelamos.
Os deseo, además de una adecuada digitalización de vuestra docencia, mucho ánimo para seguir ejerciendo una profesión en entredicho permanente, en ocasiones agotadora, pero capaz de transformar personas. Los tiempos nunca acompañan, ya son muchos cursos donde nos quejamos de falta de recursos, agravios comparativos con otras administraciones o gobiernos de turno, o con crisis económicas, sanitarias o políticas de por medio. Y siempre todo puede ir a peor, eso seguro. Aún así, os deseo la mejor mirada posible hacia los alumnos, con más o menos deseos de aprender, y hacia esos compañeros con los que seguro podemos trabajar más unidos, solidariamente, codo con codo.
Podría enumerar mil y una variables que nos dificultan esta preciosa labor de la enseñanza. Un curso más viejos con estudiantes por los que no pasa el tiempo.Unas redes sociales que resultan un matatiempo más que un afición cualquiera. Pero ahí seguimos con la certeza de que no habrá autómata que nos sustituya porque los afectos no pueden ser programados. Tenemos la ocasión de empezar a dar una nueva clase como un aliado del alumno que requiere una perspectiva distinta de esa vida virtual o ese reducto limitante en el que respira. No son el adversario. Pese a los reales decretos, la inspección educativa u otros dirigentes, podemos mejorar nuestra enseñanza y sembrar pasiones por ese conocimiento y actitud que la vida exigirá a nuestros jóvenes.
Tenemos motivos y méritos personales de sobra, más allá del currículum oficial, que ofrecer a los alumnos. Disponemos de un curso más de experiencia, y no solo profesional, que aportar. Ofrezcamos nuestra valía personal, disfrutemos del aula en la medida de lo posible y luego quien quiera que se dedique a lo de "persigue tus sueños" o a poner el despertador con pereza. Feliz curso.
