NUEVO CURSO, LOS MISMOS MOTIVOS

miércoles, 30 de agosto de 2023

 

NUEVO CURSO LOS MISMOS MOTIVOS

La tasa de inflación del entusiasmo docente se asemeja poco a la de la cesta de alimentos. No se intuyen ni detectan gestos de ilusión ante la nueva entrada del curso. Los memes o viñetas de inicio de curso en esta próxima nochevieja escolar no abundan como antaño. No faltan motivos para esta deflación acelerada dentro de nuestro negociado. Además de la pérdida de poder adquisitivo (aún no de vacaciones), las nuevas normas educativas auguran un trabajo extra en un colectivo que suele andar de sobra ocupado con los quehaceres diarios de enseñar y gestionar un aula. Los próximos cursos arrostraremos una nueva ordenación de la FP sin la garantía de nuevos mimbres para todos. 


La tierra prometida de la transformación educativa sufre también una crisis ecológica. Los cambios profundos en la enseñanza no son cosa de pocas semanas o meses. Los docentes necesitamos tiempo y cambios paulatinos para tratar de mejorar esas muchas inercias de nuestra docencia. No podemos pasar a un nuevo modelo sin una formación sosegada o sin un mínimo de reflexión junto a los compañeros del claustro. El margen de mejora es grande, y es ineficaz la confrontación entre los que aspiran a conservar sus mantras y los que animan a una revolución que lo ponga todo boca abajo. El pragmatismo debiera imponerse entre nuestras filas. Los impetuosos tienen poca paciencia ante esa prometida transformación educativa; mientras que los tradicionales parecen disfrutar de las ocurrencias apresuradas y superficiales (pese a que la estética importa). Y el tiempo corre en contra de cada generación escolar que pasa sin pena ni gloria su educación preceptiva.  


Necesitamos un nuevo curso donde el confort docente se afiance a costa de un mayor aprendizaje del alumno. No precisamos lemas de ánimo, sino una organización escolar que nos dote de recursos para atender mejor a los alumnos y alumnas que más lo necesitan, a la vez que tenemos claro cómo abordar ese aprendizaje basado en competencias que, bien planteado, no debiera suponer merma alguna en su educación. Las normas pueden constreñir, pero bien sabemos que, una vez dentro del aula, tenemos espacio suficiente para plantear (poco a poco) otras posibilidades. Pero necesitamos ayuda y esa formación pedagógica que invite a la renovación. Comenzar con una evaluación formativa real y un trabajo en equipo de los docentes parece una buena idea para comenzar a avanzar. Y plantearse más a menudo: ¿qué es lo que realmente importa? Y la respuesta no está en las modas educativas. 


Las claves de la docencia para con los estudiantes, como tan bien expresa Aniceto Masferrer en este artículo, pasan por no perder la pasión por enseñar al alumno; buscar la conexión de la materia con su realidad; enseñar desde la cercanía y el diálogo; conjugar la exigencia junto a la confianza; y diseñar clases que supongan un reto asequible a la vez que estimulante. Buenos consejos para cualquier docente novel o veterano. 


Estamos ante un nuevo curso que se adivina complejo y desafiante gracias a esa Inteligencia Artificial (IA) que nos acabará acorralando pese a las cercas de nuestro campo. Podemos aliarnos o esperar a una rendición por agotamiento propio. También nos queda aguantar como en El Álamo y seguir solos junto a exámenes y actividades del libro de texto pese a la consabidas necesidades y requerimientos de un alumnado que conecta ocasionalmente con la escuela. Esperemos que esta IA se plantee con más rigor y sensatez que otras nuevas tecnologías que han prorrogado esa inconexión o la futilidad académica. Aprovechemos un nuevo curso para digitalizar lo que importa, con el poso suficiente, para que aprendan más sin caer solo en la apariencia. 


Siempre nos queda, ante una depreciación de la motivación, pensar en esos rostros jóvenes que todavía tienen la ilusión de un cambio en sus vidas. Tenemos los mejores motivos para seguir enseñando. El día a día durante el curso acaba nublando el resto de imponderables; y esa rutina variable que nos ofrece la cotidianidad del aula es también un modo de vivir un trabajo que es todo menos soporífero. Porque siempre podemos trascender. Sin duda. 

 

Feliz nuevo curso.

LECCIONES DE ANÓNIMOS EN LAS REDES

lunes, 28 de agosto de 2023

 

La educación de los anónimos en las redes

El anonimato en las redes es una lacra sin remedio alguno. Parapetarse bajo un seudónimo suele ir de la mano de improperios y ofensas personales. La ruindad humana se distingue fácilmente en esos perfiles que, desde cualquier red social o web, dejan sus comentarios, no para rebatir opiniones o hechos, sino para que su ego siga medrando dando lecciones al resto de torpes mortales. Otra cosa es quien los crea para mantener a salvo sus datos personales o quienes leen o escuchan pero no importunan como meta.


Pecamos de buena educación cuando contestamos a estos anónimos profesionales camuflados entre bits. Sin embargo, no se nos ocurriría entrar en discusión en la calle con una persona desconocida que a su vez anduviera enmascarada. Y seguimos picando el anzuelo. El aburrimiento profesional de algunos provoca ese desasoiego o desfici que pagamos con una barra libre de impertinencias durante la sobremesa de un reality

 

Me sigue asombrando la capacidad de los lenguaraces, más aún cuando se dedican a la enseñanza, a la hora de verter toda clase de improperios a propios y extraños delirando como bots desencajados. Me inquieta también cuando no se hace desde el anonimato; ofreciendo un perfil sarcástico poco edificante para sus educandos (pese a que afortunadamente no suelen figurar entre nuestros seguidores) donde tener la razón parece que tenga premio: ¿inconsciencia o confusión? Una buena forma de perjudicar(se) por cuenta propia. 


El ingenio, la moderación o la transigencia son también valores humanos que podemos lanzarnos a la cabeza, sin necesidad de quedar por encima, mordiéndonos la lengua cuando haga falta y de cara pero con educación. Eso también es conocimiento, en todas sus acepciones. Las redes son un pozo difícil de descontaminar donde no hay más cloro que ignorar a los microbios desconocidos que se crecen tras un teclado. Las aguas negras contaminan la mayor parte de esos millones de publicaciones donde la mayoría buscamos aprecio pero muchos a cualquier coste. Enseñar a desdeñar la toxicidad de las redes, los perjuicios en la propia identidad digital, la sinrazón de opinar sin pensar en los daños provocados o el valor de la prudencia, debieran ser parte primordial de esas populares competencias digitales. 


La vida es demasiado corta para perder el tiempo en anónimos estériles que buscan desahogo; cuando podemos conversar sin necesidad de atropellar a nadie pese a nuestra disconformidad; mientras es posible dar lecciones enmudecidos sin perder de vista que estamos aquí, también en las redes, para imaginar algo mejor. Ya sea X, Y o Z.

EL SENTIDO DE APOYAR A LA FP CONCERTADA

martes, 1 de agosto de 2023

 

apoyar la FP concertada

La nueva Formación Profesional en camino y su calendario de implantación exigirá un esfuerzo enorme a las distintas administraciones públicas así como a los distintos integrantes y colaboradores de los centros educativo. A nivel de ciclos formativos, a partir de este curso 2023-2024 ya podrían adaptarse las titulaciones a la nueva Ley Orgánica, pero será en 2024-2025, hasta el curso 2025-2026, cuando obligatoriamente toda esa oferta de Grados D se actualice (ver título II del RD que ordena el nuevo sistema de FP). 

 

En cualquier caso, el trabajo que conlleva la implantación de esta nueva ley de FP, con los cambios curriculares que presenta (nuevos módulos, proyecto intermodular, optatividad, dual...) va a suponer un tiempo precioso para los equipos directivos así como para el profesorado responsable de los distintos módulos de cada ciclo formativo. Por todo ello, y en un contexto donde el incremento de la oferta de plazas de FP es más necesaria que nunca, con una elevada demanda de formación, la colaboración pública y privada es imprescindible para sostener un sistema de FP con unos estándares de calidad educativa más altos si cabe. Una cooperación tanto a nivel empresarial como entre centros de FP. 


Los centros educativos de Formación Profesional, sostenidos con fondos públicos o privados concertados como comúnmente se llaman, llevan décadas llevando a cabo una función social donde ahora algunos solo ven negocio o una moda educativa. No podemos obviar la necesaria calidad educativa de aproximadamente un 25% de alumnos de FP Básica, un 30% del alumnado en Grados Medios o un 34% en Grados Superiores (datos curso 2022-2023) que se forman en centros privados. Por ello, al igual que debe demandarse una excelencia en los servicios de educación públicos, no es menos justo solicitar unos medios similares a los centros concertados que forman a miles de jóvenes cada año. La equiparación de las condiciones laborales del profesorado y una financiación pública adecuada que evite cualquier tipo de tasa son medidas que redundarían indudablemente en el alumnado. 


Corremos el riesgo, con una ampliación de plazas sin aumento de los módulos económicos, de depauperar la oferta de FP. Pretender una Formación Profesional flexible y en constante actualización requiere recursos materiales y personales en consonancia a esas demandas. En la Comunidad Valenciana han faltado durante los últimos años propuestas inclusivas donde cabían tanto los centros concertados como los públicos. No aprovechar las sinergias, compartir conocimientos y conectar al profesorado de FP de distintos centros es también una oportunidad perdida. En el País Vasco, comunidad modelo en el desarrollo de la Formación Profesional, han mantenido su visión igualando las dos redes, pública y concertada, sin necesidad de perjudicar a ninguna de ellas ni promover una insana competitividad o una oferta deficiente. Porque, al fin y al cabo, todos los estudiantes merecen unas mismas oportunidades independientemente del centro educativo donde acaben matriculados. 

 

En el futuro, con un previsible aumento de plazas, mayores exigencias técnicas, cambios demográficos, una menor ratio en las aulas y una situación de mayor empleo, nos vamos a enfrentar a complejos retos en todos los centros independientemente de sus titularidades: escasez de profesorado especialista, instalaciones obsoletas e insuficientes, desmotivación docente, etc. Va a ser necesario contemplar  recursos suficientes para abordar las necesidades del profesorado en unos centros que no solo pueden crecer en la diversidad de títulos o certificados actualizados, sino que también necesitan una estructura y organización flexible donde todos podamos crecer sin morir por el éxito de una FP que transforma vidas y a su vez se adapta a las demandas del sistema productivo. 

 

Ojalá, pese el maremágnum político actual y aprovechando la coyuntura de la nueva ley de FP, seamos capaces de ordenar el sistema de la Formación Profesional contando con todos los y las profesionales que pisan las aulas y talleres de esos 3921 centros educativos que hay a lo largo y ancho del país. Ojalá, pese a las habituales discordancias, todos percibamos imprescindibles esas inversiones y mejoras que llevan años produciéndose pero que no se trasladan por igual a los distintos centros educativos.

Con la tecnología de Blogger.

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