CÓMO INFLUYES EN LOS JÓVENES DOCENTES

domingo, 17 de septiembre de 2023

 

como influyes en los jóvenes docentes

La naturaleza manda y el ímpetu juvenil de los primeros años como docente suele ir menguando conforme pasan los años. Si la salud te respeta es más fácil mantener intactos los motivos por los que comenzaste a trabajar; más aún si la vocación y la ilusión eran parte de esos primeros cursos. Ahora, con unos cuantos lustros a la espalda, ya eres uno de los viejos del lugar; un señor o señora en toda regla; un tipo que podría ser el padre o madre de esos jóvenes que cada año te escudriñan para saber qué tipo de profe eres. Empiezas a estar de vuelta de todo. Y aún no te das cuenta de tu influencia sobre los compañeros y compañeras que te rodean. 

 

Sin embargo, ahí están esas nuevas filas de profesores que, como tú, tienen la oportunidad de encauzar su vida profesional en el desafiante mundo de la enseñanza. Y sí, es una ocasión, estimado joven docente: Porque si sientes la docencia solo como una salida laboral más, seguramente no acabe llenándote, a pesar del sueldo decente y unas vacaciones generosas. Sin los motivos adecuados para dedicarte a la educación puede que acabes quemado según gire el aire cada curso; o puede que no aguantes las impertinencias consabidas de la muchachada; o puede que acabes con esa estrechez de mira que acompaña a los que solo ven obligaciones y no disfrutan de esas vidas en crecimiento que nos escuchan. Y todas esas posibilidades son admisibles, pero puede también que acaben llevándote a la indolencia o a la queja permanente. El sistema, los jefes, los alumnos... serán responsables de ese resquemor profesional. Todos menos tú. Una amargura que acabarás compartiendo.

 

Y ahí andas caminando por el pasillo del centro educativo, sabiéndote dominador del terreno de juego. Pocos se atreven a llamarte la atención por muchos desaguisados que cometas. Cierras las puertas del aula y allí no hay VAR ni cámaras (afortunadamente) que subsanen los errores o faltas cometidos. Eso de la mejora permanente quedaba muy bien en los manuales de calidad; pero ahora, ¡que otros se dediquen a ello!; que cada cual se preocupe de sus privilegios. ¿Aquello del bien común qué era? 

 

Y así continúa pasando un curso tras otro. Parece que no eres sabedor de lo mucho que cala esa actitud tuya para con los alumnos y tus compañeros. Ese postularte cuando es necesario. Ese no censurar el trabajo u opinión formada de un colega. Ese saber rectificar cuando metes la pata. Ese compartir recursos propios y dar crédito al trabajo de los demás. Ese tener claro que el alumno es lo primero y entender sus circunstancias. Ese no quitarse de en medio aprovechando la norma y a costa de un compañero. Ese buen carácter cuando la coyuntura no es la más idónea. Ese aportar e implicarte en tu centro pese a la saturación que arrastramos todos en mayor o menor medida. O ese pedir ayuda cuando la necesites. La ansiada congruencia.

 

Bien sabemos que, por mala costumbre, los docentes somos pésimos trabajadores en equipo. A todos nos place dar clase a nuestro aire, sin dar explicaciones a nadie. El problema sobreviene cuando animaos a los alumnos a empatizar, a coordinarse, a coevaluarse, a darse feedback... Todo ello daría para un nuevo y extenso artículo. En todo caso, replanteemos nuestra docencia junto a nuestros más y menos jóvenes compañeros. Ojalá todos tengamos la suerte de apropiarnos de las mejores cualidades de los profesores que nos precedieron y acompañaron en esta larga carrera. Yo he tenido esa fortuna, aunque me queda mucho por mejorar.


NUEVO CURSO, LOS MISMOS MOTIVOS

miércoles, 30 de agosto de 2023

 

NUEVO CURSO LOS MISMOS MOTIVOS

La tasa de inflación del entusiasmo docente se asemeja poco a la de la cesta de alimentos. No se intuyen ni detectan gestos de ilusión ante la nueva entrada del curso. Los memes o viñetas de inicio de curso en esta próxima nochevieja escolar no abundan como antaño. No faltan motivos para esta deflación acelerada dentro de nuestro negociado. Además de la pérdida de poder adquisitivo (aún no de vacaciones), las nuevas normas educativas auguran un trabajo extra en un colectivo que suele andar de sobra ocupado con los quehaceres diarios de enseñar y gestionar un aula. Los próximos cursos arrostraremos una nueva ordenación de la FP sin la garantía de nuevos mimbres para todos. 


La tierra prometida de la transformación educativa sufre también una crisis ecológica. Los cambios profundos en la enseñanza no son cosa de pocas semanas o meses. Los docentes necesitamos tiempo y cambios paulatinos para tratar de mejorar esas muchas inercias de nuestra docencia. No podemos pasar a un nuevo modelo sin una formación sosegada o sin un mínimo de reflexión junto a los compañeros del claustro. El margen de mejora es grande, y es ineficaz la confrontación entre los que aspiran a conservar sus mantras y los que animan a una revolución que lo ponga todo boca abajo. El pragmatismo debiera imponerse entre nuestras filas. Los impetuosos tienen poca paciencia ante esa prometida transformación educativa; mientras que los tradicionales parecen disfrutar de las ocurrencias apresuradas y superficiales (pese a que la estética importa). Y el tiempo corre en contra de cada generación escolar que pasa sin pena ni gloria su educación preceptiva.  


Necesitamos un nuevo curso donde el confort docente se afiance a costa de un mayor aprendizaje del alumno. No precisamos lemas de ánimo, sino una organización escolar que nos dote de recursos para atender mejor a los alumnos y alumnas que más lo necesitan, a la vez que tenemos claro cómo abordar ese aprendizaje basado en competencias que, bien planteado, no debiera suponer merma alguna en su educación. Las normas pueden constreñir, pero bien sabemos que, una vez dentro del aula, tenemos espacio suficiente para plantear (poco a poco) otras posibilidades. Pero necesitamos ayuda y esa formación pedagógica que invite a la renovación. Comenzar con una evaluación formativa real y un trabajo en equipo de los docentes parece una buena idea para comenzar a avanzar. Y plantearse más a menudo: ¿qué es lo que realmente importa? Y la respuesta no está en las modas educativas. 


Las claves de la docencia para con los estudiantes, como tan bien expresa Aniceto Masferrer en este artículo, pasan por no perder la pasión por enseñar al alumno; buscar la conexión de la materia con su realidad; enseñar desde la cercanía y el diálogo; conjugar la exigencia junto a la confianza; y diseñar clases que supongan un reto asequible a la vez que estimulante. Buenos consejos para cualquier docente novel o veterano. 


Estamos ante un nuevo curso que se adivina complejo y desafiante gracias a esa Inteligencia Artificial (IA) que nos acabará acorralando pese a las cercas de nuestro campo. Podemos aliarnos o esperar a una rendición por agotamiento propio. También nos queda aguantar como en El Álamo y seguir solos junto a exámenes y actividades del libro de texto pese a la consabidas necesidades y requerimientos de un alumnado que conecta ocasionalmente con la escuela. Esperemos que esta IA se plantee con más rigor y sensatez que otras nuevas tecnologías que han prorrogado esa inconexión o la futilidad académica. Aprovechemos un nuevo curso para digitalizar lo que importa, con el poso suficiente, para que aprendan más sin caer solo en la apariencia. 


Siempre nos queda, ante una depreciación de la motivación, pensar en esos rostros jóvenes que todavía tienen la ilusión de un cambio en sus vidas. Tenemos los mejores motivos para seguir enseñando. El día a día durante el curso acaba nublando el resto de imponderables; y esa rutina variable que nos ofrece la cotidianidad del aula es también un modo de vivir un trabajo que es todo menos soporífero. Porque siempre podemos trascender. Sin duda. 

 

Feliz nuevo curso.

LECCIONES DE ANÓNIMOS EN LAS REDES

lunes, 28 de agosto de 2023

 

La educación de los anónimos en las redes

El anonimato en las redes es una lacra sin remedio alguno. Parapetarse bajo un seudónimo suele ir de la mano de improperios y ofensas personales. La ruindad humana se distingue fácilmente en esos perfiles que, desde cualquier red social o web, dejan sus comentarios, no para rebatir opiniones o hechos, sino para que su ego siga medrando dando lecciones al resto de torpes mortales. Otra cosa es quien los crea para mantener a salvo sus datos personales o quienes leen o escuchan pero no importunan como meta.


Pecamos de buena educación cuando contestamos a estos anónimos profesionales camuflados entre bits. Sin embargo, no se nos ocurriría entrar en discusión en la calle con una persona desconocida que a su vez anduviera enmascarada. Y seguimos picando el anzuelo. El aburrimiento profesional de algunos provoca ese desasoiego o desfici que pagamos con una barra libre de impertinencias durante la sobremesa de un reality

 

Me sigue asombrando la capacidad de los lenguaraces, más aún cuando se dedican a la enseñanza, a la hora de verter toda clase de improperios a propios y extraños delirando como bots desencajados. Me inquieta también cuando no se hace desde el anonimato; ofreciendo un perfil sarcástico poco edificante para sus educandos (pese a que afortunadamente no suelen figurar entre nuestros seguidores) donde tener la razón parece que tenga premio: ¿inconsciencia o confusión? Una buena forma de perjudicar(se) por cuenta propia. 


El ingenio, la moderación o la transigencia son también valores humanos que podemos lanzarnos a la cabeza, sin necesidad de quedar por encima, mordiéndonos la lengua cuando haga falta y de cara pero con educación. Eso también es conocimiento, en todas sus acepciones. Las redes son un pozo difícil de descontaminar donde no hay más cloro que ignorar a los microbios desconocidos que se crecen tras un teclado. Las aguas negras contaminan la mayor parte de esos millones de publicaciones donde la mayoría buscamos aprecio pero muchos a cualquier coste. Enseñar a desdeñar la toxicidad de las redes, los perjuicios en la propia identidad digital, la sinrazón de opinar sin pensar en los daños provocados o el valor de la prudencia, debieran ser parte primordial de esas populares competencias digitales. 


La vida es demasiado corta para perder el tiempo en anónimos estériles que buscan desahogo; cuando podemos conversar sin necesidad de atropellar a nadie pese a nuestra disconformidad; mientras es posible dar lecciones enmudecidos sin perder de vista que estamos aquí, también en las redes, para imaginar algo mejor. Ya sea X, Y o Z.

EL SENTIDO DE APOYAR A LA FP CONCERTADA

martes, 1 de agosto de 2023

 

apoyar la FP concertada

La nueva Formación Profesional en camino y su calendario de implantación exigirá un esfuerzo enorme a las distintas administraciones públicas así como a los distintos integrantes y colaboradores de los centros educativo. A nivel de ciclos formativos, a partir de este curso 2023-2024 ya podrían adaptarse las titulaciones a la nueva Ley Orgánica, pero será en 2024-2025, hasta el curso 2025-2026, cuando obligatoriamente toda esa oferta de Grados D se actualice (ver título II del RD que ordena el nuevo sistema de FP). 

 

En cualquier caso, el trabajo que conlleva la implantación de esta nueva ley de FP, con los cambios curriculares que presenta (nuevos módulos, proyecto intermodular, optatividad, dual...) va a suponer un tiempo precioso para los equipos directivos así como para el profesorado responsable de los distintos módulos de cada ciclo formativo. Por todo ello, y en un contexto donde el incremento de la oferta de plazas de FP es más necesaria que nunca, con una elevada demanda de formación, la colaboración pública y privada es imprescindible para sostener un sistema de FP con unos estándares de calidad educativa más altos si cabe. Una cooperación tanto a nivel empresarial como entre centros de FP. 


Los centros educativos de Formación Profesional, sostenidos con fondos públicos o privados concertados como comúnmente se llaman, llevan décadas llevando a cabo una función social donde ahora algunos solo ven negocio o una moda educativa. No podemos obviar la necesaria calidad educativa de aproximadamente un 25% de alumnos de FP Básica, un 30% del alumnado en Grados Medios o un 34% en Grados Superiores (datos curso 2022-2023) que se forman en centros privados. Por ello, al igual que debe demandarse una excelencia en los servicios de educación públicos, no es menos justo solicitar unos medios similares a los centros concertados que forman a miles de jóvenes cada año. La equiparación de las condiciones laborales del profesorado y una financiación pública adecuada que evite cualquier tipo de tasa son medidas que redundarían indudablemente en el alumnado. 


Corremos el riesgo, con una ampliación de plazas sin aumento de los módulos económicos, de depauperar la oferta de FP. Pretender una Formación Profesional flexible y en constante actualización requiere recursos materiales y personales en consonancia a esas demandas. En la Comunidad Valenciana han faltado durante los últimos años propuestas inclusivas donde cabían tanto los centros concertados como los públicos. No aprovechar las sinergias, compartir conocimientos y conectar al profesorado de FP de distintos centros es también una oportunidad perdida. En el País Vasco, comunidad modelo en el desarrollo de la Formación Profesional, han mantenido su visión igualando las dos redes, pública y concertada, sin necesidad de perjudicar a ninguna de ellas ni promover una insana competitividad o una oferta deficiente. Porque, al fin y al cabo, todos los estudiantes merecen unas mismas oportunidades independientemente del centro educativo donde acaben matriculados. 

 

En el futuro, con un previsible aumento de plazas, mayores exigencias técnicas, cambios demográficos, una menor ratio en las aulas y una situación de mayor empleo, nos vamos a enfrentar a complejos retos en todos los centros independientemente de sus titularidades: escasez de profesorado especialista, instalaciones obsoletas e insuficientes, desmotivación docente, etc. Va a ser necesario contemplar  recursos suficientes para abordar las necesidades del profesorado en unos centros que no solo pueden crecer en la diversidad de títulos o certificados actualizados, sino que también necesitan una estructura y organización flexible donde todos podamos crecer sin morir por el éxito de una FP que transforma vidas y a su vez se adapta a las demandas del sistema productivo. 

 

Ojalá, pese el maremágnum político actual y aprovechando la coyuntura de la nueva ley de FP, seamos capaces de ordenar el sistema de la Formación Profesional contando con todos los y las profesionales que pisan las aulas y talleres de esos 3921 centros educativos que hay a lo largo y ancho del país. Ojalá, pese a las habituales discordancias, todos percibamos imprescindibles esas inversiones y mejoras que llevan años produciéndose pero que no se trasladan por igual a los distintos centros educativos.

¿EN QUÉ DEBE FORMARSE EL PROFESORADO DE LA NUEVA FP?

jueves, 27 de julio de 2023

 

formación del profesorado de la nueva FP

 

Ahora que tenemos calentito el nuevo Real Decreto por el que se desarrolla la ordenación del Sistema de Formación Profesional en España, vale la pena ir analizando los cambios que se avecinan y que se venían gestando en los últimos tiempos. En el artículo de hoy analizaremos el artículo 174 referente a la formación permanente del profesorado. Una formación que es un derecho y una obligación de los docentes y que se gestiona desde las administraciones y los propios centros educativos. 

 

El nuevo RD no añade grandes novedades, salvo insistir en lo que ya conocíamos: la necesidad de disponer de un profesorado actualizado ante los cambios tecnológicos y de sostenibilidad que influyen en cada sector productivo, o las transformaciones en la organización del trabajo. Al respecto de esta última cuestión, las nuevas formas de trabajar, sería interesante estudiar las medidas de flexibilidad laboral que se precisan en los distintos entornos profesionales: espacios de trabajo, flexibilidad horaria, teletrabajo, digitalización, liderazgo y cohesión de equipos, gestión del tiempo, proyectos, equipos multidisciplinares, etc.

 

Luego, siguiendo con el mencionado artículo, seguimos con las necesidades formativas sobre la consabida innovación, y una investigación aplicada para la que se requiere mucho tiempo disponible, el emprendimiento, la digitalización y las lenguas extranjeras. Lugares comunes de sobra conocidos que requerirán de planes bien fundamentados, sin caer en marcos teóricos en desuso, a través de formadores que incidan en la aplicación profesional de este tipo de formación. 

 

Sin duda, una de las medidas más necesarias es la relativa al impulso de estancias formativas en empresas u otras organizaciones, o en otros centros educativos, como un modo de crear redes de aprendizaje y formarse para mejorar la docencia y actualizar esas competencias que se quedan obsoletas con el paso del tiempo. Medidas que deberían ir acompañadas de permisos retribuidos dentro del horario docente y de obligado cumplimiento cada cierto tiempo. 


A nivel digital se exigirán conocimientos para el diseño de materiales tanto a nivel tecnológico como metodológico. Un requerimiento un tanto complejo en cuanto incorpora la necesidad de contemplar la accesibilidad y la inclusión en el diseño digital. Será necesario avanzar mucho (ojalá con una efectiva implementación del Marco de Referencia de la Competitividad Digital Docente) para lograr que cualquier docente de FP pueda contemplar técnicamente las necesidades especiales de su alumnado junto a metodologías innovadoras para el aprendizaje.

 

Una novedad, que a priori suena muy bien, hace referencia a futuros programas a nivel estatal para favorecer la formación permanente del profesorado y las estancias formativas. Ojalá se instituyan este tipo de iniciativas y se aprovechen los recursos para la necesaria actualización del profesorado. 

 

Asimismo, tal y como contempla el artículo 166 del citado RD, será necesaria la formación de los nuevos perfiles que se establecerán en los centros educativos de FP: 

a) Coordinación o responsable de innovación de Formación Profesional.

b) Coordinación o responsable de internacionalización de Formación Profesional.

c) Al menos un tutor o tutora dual del centro para cada grupo, en función del número de alumnado.

d) Coordinación o responsable coordinador del servicio de orientación profesional, emprendimiento y el procedimiento de acreditación de competencias profesionales en el centro, en caso de no disponer de un departamento de orientación al efecto.

 

Estas figuras precisarán también una formación especializada para coordinar esos proyectos de innovación, internacionalización, FP Dual, emprendimiento u orientación, que tantos recursos requieren y que son vitales para la modernización de nuestra Formación Profesional. Esperemos que se doten los recursos válidos y efectivos para esa renovación imprescindible y exigente que necesita una nueva FP en el futuro entorno profesional. 

 

Por otro lado, los nuevos módulos que se implementan (ver ANEXOS V, VI, VII, VIII y IX) requerirán formación específica para el profesorado de FOL o para aquellos que finalmente tengan que bregar con unos currículos que implican unos resultados de aprendizaje, en mi opinión, excesivamente teóricos y que aterrizan poco en la aplicación práctica de conceptos como la digitalización y sostenibilidad.

 

Echo de menos una mención a la didáctica de los módulos profesionales, así como a esa evaluación formativa tan necesaria para el cambio competencial que requieren nuestras programaciones. También hemos perdido la oportunidad de incluir una formación del profesorado que incida en esa necesidad, bien conocida por todos, de desarrollar el pensamiento crítico de nuestro alumnado; como docentes necesitamos medios para impulsar la lectura o el conocimiento humanístico de un modo transversal. Esperemos que las distintas administraciones autonómicas desarrollen, a través de futuros decretos, también este tipo de formación, en apariencia estéril, pero tan útil para el desarrollo personal de los futuros técnicos y técnicas en FP.

EDUCAR EN LA SOCIEDAD DEL TRÁMITE DIGITAL

viernes, 14 de julio de 2023

EDUCAR EN LA SOCIEDAD DEL TRÁMITE DIGITAL

 

La vida pasa entre trámite y trámite. Trámites resueltos, omitidos, demorados, inacabados... Cuando no tenemos que solicitar una matrícula, estamos con la firma digital, demandando el voto por correo, haciendo una transferencia, comprobando los recibos, pidiendo una cita online, programando una videollamada, atendiendo al seguro o haciendo un pedido vía web. Estamos continuamente trabajando para hacer gestiones digitales que, supuestamente, nos dan facilidades para nuestra vida personal. Pero, ¿alguien se ha detenido a contabilizar ese tiempo particular destinado a efectuar trámites digitales? La digitalización de los procesos es un negocio redondo para las empresas que desalienta a menudo a cualquier ciudadano.

 

Un problema mayor lo tienen las personas con escasas competencias digitales, principalmente gente de edad avanzada, que encuentra imposible llevar a cabo estos trámites sin ayuda o les obliga a la presencialidad; muchas veces dependientes de la buena fe del ayudante de turno. ¿Cuánta gente habrá que perderá oportunidades personales, no sabrá solicitar ayudas o será sancionada injustamente por incapacidad digital? Pero la gente más joven tampoco se libra de los inconvenientes de realizar toda suerte de trámites digitales. Nos quejamos de si no saben hacer una simple solicitud administrativa, leer unas instrucciones para cumplimentar un impreso o gestionar sus certificados personales por Internet, pero: ¿enseñamos a ello convenientemente?


A excepción de los que estudian gestión administrativa, la tónica es el sálvese quien pueda. Además de la necesidad de una lectura comprensiva de todo tipo de textos, se ha vuelto imprescindible esa habilidad digital que te permite descargar apps, firmar digitalmente, trajinar con claves, gestionar un correo, solventar trabas técnicas desde distintos entornos, etc. Y no estoy pidiendo una asignatura digital más, sino un impulso de la informática más allá de la ofimática habitual, también importante. La Inteligencia Artificial será además una ayuda a esta vida en trámite permanente; veremos cómo podemos plantearla y educar mejor en el futuro para sacarle provecho como gestor en forma de ahorro del tiempo personal. 

 
 
En Formación Profesional, los futuros trabajadores por cuenta propia o ajena, tendrán necesariamente que buscarse la vida en este intricado mundo del trámite. Ser capaces digitalmente de gestionar becas y ayudas, administrar una agenda online, diligenciar una instancia, acceder a recursos de empleo, etc. es algo básico para su futuro. Próximamente, a través del nuevo módulo transversal de Digitalización aplicada a los sectores productivos, valoraremos si somos capaces de abordar estas y otras cuestiones relevantes y si no caemos en los enredos conceptuales que tan poco aportan a la vida real. Ser un inepto digital puede tener graves consecuencias y no podemos permitirnos, desafortunadamente, decir aquello de "a mí no me va la tecnología".


La espiral digitalizadora difícilmente tendrá un límite en nuestra vidas. Continuaremos renegando de este sistema de vida que nos mantiene conectados con la gestión diaria. Un régimen que nos ha ahorrado colas físicas (no las digitales) pero que nos hace dependientes de sistemas operativos y una buena conectividad. La usabilidad no solo debe ser abordada para y por los vendedores digitales, sino que ha de ser una obligación para cualquier plataforma que ofrezca servicios digitales básicos que puedan suponer un coste de oportunidad elevado a sus usuarios. 

 

Los reducidos privilegiados seguirán siendo todos aquellos que no necesitan llevar a cabo personalmente ningún tipo de trámite. Esos pocos, o los que puedan permitirse un retiro lejos del mundo digital, fuera de toda cobertura, habrán ganado la despreocupación de una vida sin trámites. El resto, seguiremos peregrinando y dando tumbos por esta sociedad del trámite.


Foto de Girl with red hat en Unsplash
Con la tecnología de Blogger.

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