10 REGALOS QUE AYUDAN, PARA DOCENTES O ESTUDIANTES

sábado, 21 de diciembre de 2024

 

AYUDA DANA REYES NAVIDADES

 

A pesar de los pesares, y de un profesión docente donde tanto despotricamos por motivos bien distintos y de importancia relativa según quien sea el descontento, tenemos varios días a nuestro alcance para continuar con la crítica sin desdeñar las posibilidades que tenemos para colaborar con los que son menos afortunados que nosotros.  Porque ni el covid, ni la dana, ni las nuevas leyes, nos hicieron nunca mejores; pero al menos no olvidemos que tenemos cierta capacidad de aliviar a aquellos que sufren, ya sea con nuestras aportaciones materiales, nuestras manos o palabras de aliento. Quizás ahora lo importante, como educadores, sea seguir insistiendo en que no podemos ser impasibles ante el sufrimiento; a riesgo de que con los años esos jóvenes emocionados se acaben perdiendo en su propio ombligo como muchos de los adultos que nos rodean. 

 

Para seguir echando una mano, en este caso a mis vecinos de las localidades valencianas afectadas por la dana, me atrevo a recomendaros una serie de regalos que estas Navidades o Reyes podéis hacer a cualquier docente o joven estudiante, a la vez que ayudamos a los comercios damnificados por esa riada de lodo que tanto daño ha causado. Un grupo de estudiantes de FP, de un ciclo formativos de Comercio Internacional de mi escuela, han dedicado parte de sus horas lectivas a investigar y diseñar una web con parte de esos negocios de las poblaciones más afectadas por la dana, con el fin de, a través de nuestras compras, colaborar en su reapertura y supervivencia financiera. 

 

Para facilitaros la búsqueda, ya que a menudo es complicado acceder a comercios con venta online o descubrir directorios adecuados, os dejo aquí con mis diez propuestas principales:

 

1. Un juguete. Cómo no. En estas fechas todos tenemos alguna persona menuda a la que regalar o hacer de paje a SSMM. Juguetes Panre es una tienda familiar de juguetes que ha perdido toda la mercancía de uno de sus locales de Benettuser (aquí en Instagram lo explican) con la que podemos colaborar a través de su tienda online o en alguna de sus tiendas físicas

 

2. Una tarta tiramisú, una tarta banofee o una tarta de queso son una de las muchas opciones que tienes para encargar en "La botica de Malú", en Alfafar, aunque solo sirven a determinados códigos postales que puedes descubrir en su apetitosa tienda online de productos artesanos, especializados en tartas veganas y vegetarianas con las que endulzar la mesa estos días sin volver rodando a la escuela...

 

3. En esta librería de Benetusser, Librolandia, tienes un enorme catálogo de lecturas disponible para su envío con portes gratuitos a partir de 30 euros de compra. Solo te digo que tienes a tu alcance hasta libros sobre FP... ¡Mejor sitio imposible! 

 

4. Una lámina, taza o tote bag de The Valencianer, diseñada por Cristina Duran, ilustradora valenciana. Superoriginal y muy de la tierra. Originales y divertidas. Actualmente tienen su estudio muy dañado y en reconstrucción. 

 

5. Un preciosa estantería de madera natural maciza o cualquier otro mueble de esta Naan Furniture: una empresa con diseños sostenibles y mediterráneos con taller en Sedaví. Nada mal para presumir de librería en casa a la vez que te preocupas por el medio ambiente. 

 

6. Un queso, kefir o yogur ecológico de El cantero de Letur que puedes comprar online o desde alguna de las tiendas que distribuyen sus productos. Un proyecto magnífico en un precioso pueblo que también ha perdido mucho más que bienes materiales. 

 

7. Un patinete eléctrico es una estupenda alternativa para ir a la escuela cada día. Si no te alcanza el presupuesto siempre te queda por comenzar con el casco o los accesarios que te ofrecen desde Remour, tienda especializada de Paiporta con un servicio técnico incluido. En Instagram puedes ver como han están remontando el negocio. 

 

8. En cuanto menos lo esperemos volverá el calor al aula. Un abanico artesano de Aldaia es una inmejorable opción para presumir o ventilarse manualmente. Ya sabemos que el aire acondicionado no es un bien común en los centros educativos de este país. Desde Abanicos Burriel tienes para elegir, a pesar de todos los desperfectos en su taller y no estar todavía funcionando con normalidad.

 

9. Y un jamón. Nada mejor que un jamón ahora y todo el año. Esta gente de Algemesí (Jamón-patanegra.com) perdieron todo en sus instalaciones. No dudes en adquirir ese jamón o embutidos desde una web muy cuidada y con mucha oferta. Si puedes, el de bellota se sale. 

 

10. Por supuesto, si lo prefieres, siempre se puede donar directamente a alguna entidad como Cáritas Valencia, Farmamundi o desde esta iniciativa de la papelería Altea que adquiere y distribuye material escolar para centros educativos afectados. En el fondo, pocos regalos son imprescindibles para muchos de nosotros estas fechas.


No nos olvidemos de ellos, por favor.


Foto de Luca Nicoletti en Unsplash

UN CURSO AGOTADOR DE FP

lunes, 16 de diciembre de 2024

 


Se acaba el año, que no el curso, y parece que han transcurrido muchos meses desde que aterrizamos de nuevo en septiembre. La necesidad de un parón, tras un curso que ha comenzado con cambios acelerados (como es costumbre) y la desoladora situación de la dana, se ha vuelto urgente. Cada situación personal y profesional nos debería hacer relativizar nuestra disposición; sin embargo, no estamos hechos para compararnos con aquellos que peor se encuentran. Comprensiblemente, siempre deseamos estar más cómodos. Lo de la salir de la zona de confort era una muletilla. 

 

Mucho me temo que nos hemos enfrascado en cambios que de momento solo buscan que cumplir con la nueva legislación vigente. La nueva formación profesional es muy ambiciosa y acabará transformado una etapa educativa irremediablemente. Esperemos que para mejorarla. De momento solo nos queda tiempo para organizar la sustitución de la FCT por la actual formación en la empresa y tratar de diseñar esos nuevos proyectos intermodulares sin conocer demasiado bien el sentido de los nuevos módulos que se nos han colado en el currículo. 

 

Además, la confianza en la política está bajo mínimos. Y las autoridades educativas no iban a ser menos. Andamos escasos de referentes, y encima, para los amantes de la FP, se ha jubilado merecidamente Jorge Arévalo: el mejor exponente de la excelencia en la formación profesional. Por no hablar de la injusta y prematura pérdida de nuestra estimada Elena Rodríguez Jiménez, profesora de Formación y Orientación Laboral. Todo son prisas y los recursos nunca son suficientes o resultan mal gestionados. Como en cualquier empresa la escuela no iba a ser menos: dependemos demasiado de los voluntariosos. Algunos no se dan cuenta de que su inacción supone un coste para los demás y, finalmente, para sí mismos. La mayoría trabaja en silencio a pesar del coraje que nos causan los negligentes. 


Sin embargo, la confianza por ver crecer personal y profesionalmente a tus alumnos comienza a chirriar cuando ponemos el acento en esa maldita titulitis que se ha tornado pandémica. Podemos haber confundido acercarnos a los intereses del alumnado con buscar la comodidad de los estudiantes. Otra zona de confort mal entendida. Y la culpa no es de ellos. ¿Será nuestra? Contenidos demasiado masticables, uso creciente y vertiginoso de la Inteligencia Artificial, atención dispersa in crescendo, obsesión por la calificación, un futuro profesional incierto tirando a precario, etc. Pleno siglo veintiuno que aún no sabemos que nos vaticina. Lo poco que todavía permanece, en comparación con épocas pasadas, es que aquellos con ansia de aprender, los leídos, los diestros en matemáticas, los resolutivos, los amables y comunicativos, siguen atesorando mayores probabilidades de prosperar profesionalmente. Eso sí, en España seguimos dando más importancia a los títulos que a las habilidades y a la relevancia de lo que se aprende (PIACC 2023). 


En conclusión, como diría nuestro venerado ChatGPT, pensar cada día en lo que van a necesitar nuestros alumnos es una de las principales tareas de cualquier docente de FP. Cumplir este propósito con honestidad es tremendamente laborioso y exige una perseverancia agotadora; además de un conocimiento realista del mercado laboral y de las posibilidades que tenemos para mejorar nuestra enseñanza. No creo que sea necesario participar de la engañifa dispensadora de facilidades y certificados. Se puede ser exigente a la vez que comprensivo. Todos estamos de paso, pero al menos, sigamos sembrando algo en el camino que no sean nuevas voces iletradas, recelosas e interesadas. No desfallezcamos. 


Foto de Yasin Arıbuğa en Unsplash

ENFOQUE Y RECURSOS DEL MÓDULO "SOSTENIBILIDAD APLICADA AL SISTEMA PRODUCTIVO"

domingo, 24 de noviembre de 2024

 

nuevo módulo sostenibilidad aplicada al sector productivo

El módulo de "Sostenibilidad aplicada al sistema productivo", incluido transversalmente en todos los ciclos formativos de grado medio y superior del nuevo sistema de FP, puede adquirir mayor sentido (debido a la escasa carga lectiva que dispone) si se programa teniendo en cuenta el currículo del resto de módulos, así como buscando su integración junto al módulo de "Digitalización aplicada a los sectores productivos" y al novedoso "Proyecto Intermodular". La experiencia nos aconseja disponer de un tiempo mínimo de trabajo semanal si no queremos quedarnos en la superficie de los objetivos propuestos en este o en cualquier otro módulo formativo, además de interrelacionarlos para darles sentido.

 

Una sola hora lectiva semanal que se establece en la práctica totalidad de los ciclos configurados en las CCAA, ya sea en primero o en segundo curso, no parece suficiente para un currículo básico muy exigente. Quizás, plantear este módulo de un modo teórico y únicamente a través de un libro de texto, no parece lo más adecuado; aproximarse a los conceptos que rodean a la sostenibilidad puede hacerse de un modo transversal aprovechando esa adaptación exigida a cada ciclo y buscando relacionar las competencias específicas que el sector precisa junto a los resultados de aprendizaje que demanda este nuevo módulo. Partir de un reto o un proyecto intermodular (aquí una plantilla descargable para su diseño) es una buena alternativa para darle un sentido práctico a los tres nuevos módulos de la formación profesional relacionados con la sostenibilidad, la digitalización y las competencias clave de cada título (especialmente la información, la innovación, la investigación aplicada y el emprendimiento). Comenzar a idear este tipo de proyectos si hacemos uso de buenos materiales o nos dejamos guiar por las propuestas de la inteligencia artificial generativa nos va a facilitar mucho esta tarea.


Este planteamiento requiere un trabajo riguroso del equipo docente a través de una investigación previa y una programación realista que acerque los contenidos y las experiencias reales de aquellas empresas que han adaptado un enfoque sostenible a sus actividades productivas o de servicios. Muchas personas huyen del concepto "sostenible" como una moda o un ecopostureo impuesto por las altas esferas; cada vez es más complicado acercarse a un término que algunos entienden solo como un freno al desarrollo; sin advertir las muchas implicaciones del mismo en cualquier entorno empresarial: responsabilidad social corporativa (RSC), transparencia, gestión de calidad, códigos éticos o de conducta, derechos humanos, igualdad, conciliación laboral, empleabilidad, prevención de riesgos, impacto social en la comunidad, gestión ambiental, biodiversidad, economía circular, cambio climático, etc. 

 

A nivel de currículo oficial, el anexo VIII del RD 659/2023, por el que se desarrolla la ordenación del Sistema de Formación Profesional, nos señala los distintos resultados de aprendizaje (RA) y criterios de evaluación (CE) de este nuevo módulo. Podemos ver que el currículo básico de este módulo profesional sobre sostenibilidad se ha diseñado en torno a los criterios ASG y los ODS de la popular Agenda 2030 (¡qué poco queda!). Las siglas de ASG se corresponden con los conceptos ambiental, social y de gobierno corporativo (ESG, en inglés) . Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son los pilares del marco de trabajo de la sostenibilidad que inciden en el clima, la igualdad, el trabajo, la salud, la innovación, el consumo, etc.

 

No es mi intención desarrollar los seis RA de este nuevo módulo, pero sí podemos resumir que su currículo nos impele a desarrollar unos marcos de actuación concretos (ASG, ODS y los Diez principios del Pacto Mundial de la ONU); analizar los riesgos ambientales y sociales junto a las posibles medidas preventivas o correctoras; cómo aplicar los criterios de sostenibilidad y tener en cuenta la economía circular a nivel profesional; y diseñar un plan de sostenibilidad a nivel de empresa. Para todo ello podemos comenzar a estudiar los materiales disponibles y específicos sobre esta materia que a continuación detallo:


  • Dos volúmenes editados por la Fundación Naturgy con una extensísima información actualizada y específica para el módulo de "Sostenibilidad aplicada al sistema productivo". Recomendable el capítulo 3 del primer volumen: "Aplicación de criterios de sostenibilidad en la actividad profesional y en el entorno personal" con ejemplos de buenas prácticas para cada familia profesional. 
  • El programa de formación Zinkers de Repsol también ha diseñado una guía con materiales, actividades y retos específicos para el módulo. Requiere registro. Puede ser una alternativa de autoformación.
  • El proyecto TWIN 4.0, como indica en su web, "se centra en la creación de un paquete de formación integral destinado a dotar a los empleados y directivos actuales y potenciales (estudiantes de FP, aprendices, etc.) de las PYME manufactureras de los conocimientos y habilidades necesarios para permitir una transición digital-verde eficaz en su lugar de trabajo actual y/o futuro". Puede ser útil para conocer casos prácticos de políticas de sostenibilidad de pymes reales. 
  • Desde la Cámara de Comercio también se muestran buenas prácticas relacionadas con los criterios ASG que pueden servir de ejemplo para su desarrollo o investigación en el aula. 
  • La Plataforma COMparte de buenas prácticas en sostenibilidad del Pacto Mundial de la ONU España ofrece numerosas soluciones innovadoras aplicadas por empresas españolas que pueden ser filtradas por sectores, ODS, etc.
  • La Generalitat Valenciana ha publicado un documento (en castellano a partir de la página 81)  titulado "FP Sostenible: Guía para su implementación en las familias profesionales" donde se pueden encontrar fichas específicas para cada familia profesional.
  • Próximamente se publicará un nuevo informe de CaixaBank Dualiza: "La FP ante los retos de sostenibilidad medioambientales en España" que puede ser de interés para analizar las oportunidades del sector verde en relación a los estudiantes de Formación Profesional. Al igual que los materiales disponibles de un MOOC lanzado recientemente por esta misma entidad: "Transición sostenible en Formación Profesional".
 

Por otro lado, para sensibilizar al alumnado al respecto, así como para trabajar su competencia crítica, pueden ser muy útil la extensa filmografía disponible en la plataforma Filmin o el espacio Maldito Clima centrado en la desinformación climática. Igualmente, este módulo es una oportunidad para trabajar acerca del concepto "greenwashing" y las implicaciones legales del ecopostureo que entrarán en vigor próximamente según una Directiva de la Unión Europea. No puedo dejar de recomendar las propuestas del colectivo "Teachers for future Spain" con propuestas educativas con un enfoque ecosocial. El problema, como comentaba al principio, lo tenemos con la falta de tiempo asignada a este módulo de sostenibilidad.

 

La tarea a llevar a cabo desde este nuevo módulo, a pesar del escaso tiempo disponible, es desafiante. Vamos a necesitar aterrizar muy bien los contenidos para que esta materia no se convierta en un mero trámite o en esa "maría" que nadie desea coger. No será por falta de materiales a nuestro alcance. Ser realistas, críticos y tomar contacto con empresas del sector punteras en sostenibilidad será fundamental para dar sentido a un módulo que tiene mucho que aportar.


Foto de Fateme Alaei en Unsplash

NO NOS OLVIDEMOS

lunes, 18 de noviembre de 2024

 

 

IES 25 de Abril ALFAFAR después de la dana

La inercia diaria nos ciega. Estar agradecidos a esa aula que nos acoge con sus cuatro paredes más o menos templadas no es nuestro fuerte. Olvidamos pronto aquel día que no teníamos empleo o sufríamos uno en condiciones tristes. Nos pasa como con la salud: no se valora hasta que no se pierde. Aún así siempre encontramos pegas allí donde laboramos. Nos faltan equipos, horas disponibles, aire acondicionado, alumnos aplicados, conectividad, formación especializada, compañeros cómplices... Y cuando todo se va al traste nada de eso importa. 

 

Los medios de comunicación nos han embotado con tragedias lejanas a las que asistimos impasibles con escasa capacidad de influencia. Pero cuando te toca de cerca empatizas al instante; pese a que el tiempo se encarga de formar un película con la que proteger esa normalidad devaluada. Nos damos cuenta de la desgracia de otros frente a la propia fortuna: hogares arrasados, negocios fulminados, vidas perdidas... En primera persona, sin una pantalla de por medio, todo cambia. Germinan las buenas raíces que todos tenemos para atender al que más lo necesita mientras dejamos de lado las simplezas que nos despistan. 

 

Y la desmemoria brotará de nuevo. Volveremos a pensar solo en lo que nos afecta. Ya tenemos bastantes preocupaciones domésticas. Daremos clase pensando en el próximo verano. La inmovilidad educativa desesperará a unos mientras que a otros les atosigarán los cambios. Como siempre. Parece no haber remedio ni tal vez lo necesitemos. Sin embargo, convendría no olvidarnos de todos esos jóvenes que han perdido un lugar donde vivir y aprender rodeados de los suyos. Las autovías serán importantes, pero aún más lo es que vuelvan a tener un espacio, unos docentes y un material escolar mínimo para continuar con su preciada educaciión. 

 

No nos olvidemos de los padecimientos de tantísimas personas que, pese a la suerte de vivir en un país con recursos, necesitan nuestro apoyo y aliento durante los largos meses venideros. Además de exigir a las autoridades pertinentes, mantengámonos con la mente avizora para colaborar de cualquier modo con aquellos que ahora solo andan con lo básico (o incluso menos). ¿Dónde queda esa guardia que me incordiaba o ese alumno irritante? Ojalá todo fuera eso. Aparquemos el olvido por una larga temporada y mostremos esa buena cepa que tanto agradecen los que ahora sufren las consecuencias de la tragedia de la dana en Valencia. Hay muchísimo por hacer. No nos olvidemos de ellos.


HARTO DE LA IA

miércoles, 13 de noviembre de 2024

HARTO DE LA IA
Imagen creada con ChatGPT-4
 

Hay días exasperantes en el aula. En teoría, la práctica docente de una jornada lectiva cualquiera pasa por: seleccionar recursos, diseñar tareas, ofrecer explicaciones y luego resolver y corregir las entregas para una mayor comprensión. ¿Cuál es el problema? El abuso de la Inteligencia Artificial generativa por parte del alumnado (ignoro el grado de uso por parte del profesorado). En pocos minutos tienes un trabajo entregado que, para más inri, piensa el estudiante que está bien resuelto.

 

Esta experiencia personal dudo que sorprenda a nadie. En mi caso, trato de enseñar para qué les puede resultar útil la IA, en qué casos no es conveniente, o incluso diseño la tarea avisando de que solo se debe hacer uso de los materiales recomendados; así como deben mencionar las fuentes utilizadas para razonar las respuestas a las cuestiones lanzadas. Pero no hay manera. En cuanto te familiarizas con el uso de la IA generativa, sea cual sea (ChatGPT, Gemini, Copilot, Perplexity, Claude...), puedes intuir el plagio en las respuestas dadas. Más todavía cuando descubres que esa herramienta se ha inventado la respuesta (alucinaciones) y ofrece unos resultados peregrinos. 

 

Es evidente que la competencia digital docente en relación a la IA debe ser alta. No para prohibir ni denostar estas herramientas, sino para incidir en un buen uso de las mismas. Para ello, además de la parte técnica (no demasiado complicada) necesitamos una formación pedagógica que incida en cómo funciona esta IA y en qué situaciones debemos o no hacer uso de ella. No estoy hablando solo de detectar plagios, sino de hacer entender al estudiante que no tiene sentido hacerse trampas cuando juegas al solitario. Si realmente quieren tener la cabeza amueblada, saber razonar, ser resolutivos y eficaces en sus tareas, necesitan hacer un trabajo previo de comprensión, filtrado y síntesis de la información que manejan. 

 

La monserga, permitidme la expresión, de que debemos diseñar nuevas situaciones de aprendizaje, formar en nuevas competencias o evaluar de forma distinta, dudo que se esté cumpliendo actualmente. La tecnología sigue, como es habitual, un paso por delante del profesorado y de su capacitación pedagógica. Nos podemos poner a trastear con multitud de herramientas de IA generativa, pero, a la hora de la verdad, para enseñar mejor o para que los alumnos aprendan a hacer aquello que no solventan las máquinas, no creo que andemos muy finos. Podemos estar cayendo en una educación simulada: diseño con IA, resuelves con IA y corrijo con IA.

 

El objetivo, siguiendo algunas de las recomendaciones del modelo PIO del OEIAC sobre la autonomía de los usuarios, respecto al uso educativo de sistemas de IA debiera tener en cuenta que:


  • No disminuye el número de elecciones posibles y no obliga o fuerza a tomar unas determinadas decisiones en general ni en ninguna fase de su ciclo de vida.
  • Permita certificar que ayuda a las personas a tomar decisiones mejores y más informadas.
  • Las personas usuarias finales sean conscientes de que interactúan con una inteligencia artificial y estén suficientemente capacitadas e informadas para hacerlo.
  • Los resultados que genere sean etiquetados de alguna manera que permita a las personas identificar que este contenido ha sido generado por una inteligencia artificial.
  • No pone en riesgo los niveles de autonomía de las personas usuarias finales, evitando el uso de técnicas manipulativas o subliminales y adaptándose a las preferencias y necesidades de la persona.
  • El sistema contará con mecanismos que garanticen que sus operaciones sean transparentes, claras, sinceras y no alientarán a las personas usuarias a sobreestimar sus capacidades.

 

Hay días que te hartas de tanta IA. Soy sabedor de que no podemos sortear la IA. Incluso, en Formación Profesional, hay que ser conscientes de que los futuros técnicos y técnicas deben saber hacer un uso avanzado de la misma. Pese al hartazgo, y los conflictos que ocasionan los excesos de la IA, tendremos que continuar con esta agotadora tarea de educar en su uso apropiado. Comencemos por ver cómo funcionan las herramientas de inteligencia artificial generativa y midamos las taras, riesgos, sesgos o probables desinformaciones; luego ya descubriremos alternativas o prácticas eficaces que puedan redundar en un mayor aprendizaje o competencia profesional del alumno. Disculpad el desahogo.

LANZAMOS LIBRO: "APRENDER EN LA NUEVA FP"

domingo, 10 de noviembre de 2024

Finalmente, tengo la alegría tras meses de dedicación, percances de última hora y alguna que otra circunstancia medio resuelta que ha pospuesto su lanzamiento, de tener en mis manos un nuevo libro sobre la Formación Profesional. En esta ocasión figuro (y ejerzo) como autor de la mano de la Editorial Graó en esta obra titulada "Aprender en la nueva FP", en la cual, de un modo personal, trato todos aquellos aspectos que me preocupan y ocupan, y que considero valiosos para la docencia en esta querida etapa educativa:

 

1. ¿Cómo nos afectan los cambios de la nueva FP? 

2. Transforma tu docencia con metodologías pedagógicas. 

3. Aplica la investigación educativa para enseñar mejor. 

4. Introduce la evaluación formativa en los módulos. 

5. Actualiza tus módulos a través de la digitalización. 

6. Aprovecha la inteligencia artificial en FP. 

7. En FP también hay pensamiento crítico: los saberes inútiles y los valores. 

8. ¿Qué nos preocupa del nuevo sistema de FP?

 

Con total seguridad, la mejor parte del libro es el prólogo escrito por mi estimado Jorge Arévalo que ha tenido la gentileza de dedicar unas líneas sobre el presente y futuro de una FP que nos inquieta a la vez que nos motiva a movernos constantemente para su mejora. 


A lo largo del resto de apartados busco principalmente ofrecer recursos prácticos -a través de una bibliografía y webgrafía extensa- para cualquier docente de FP que desee mejorar su enseñanza y los aprendizajes de su alumnado. Cada capítulo viene con una parte práctica y ejemplos aplicados en distintos ciclos formativos para su mejor comprensión. No es un ensayo sesudo, ni mucho menos, sino más bien pretende ser una lectura que inspire en torno a los asuntos que hoy en día más nos pueden interesar como profesores de FP: el nuevo sistema de Formación Profesional, las metodologías, la programación didáctica, la evaluación, los valores, las evidencias educativas, la dichosa IA, etc. 

 

Espero sinceramente que su lectura merezca la pena. Ojalá dispongas del tiempo necesario para reflexionar y comentar al respecto de los temas que se desarrollan en las páginas del libro; soy consciente de que la intensidad del día a día en el aula no nos facilita pararnos, hacer autocrítica o investigar el modo de mejorar como docentes. Este es el objetivo de estas páginas: compartir mis pensamientos y experiencia docente para facilitar esa reflexión personal y profesional. Estaré encantado de escuchar o leer tus observaciones.


Está disponible en papel y en formato digital desde la web de GRAÓ con un 5% de descuento y gastos de envío gratuitos. Aunque recomiendo, si no te urge, pedirlo en tu librería más cercana

 

 
APRENDER EN LA NUEVA FP - ÓSCAR BOLUDA IVARS




EXIGIR PROFESIONALIDAD

lunes, 4 de noviembre de 2024

 

PROFESIONALIDAD Y LIDERAZGO

 

Más allá de las ideologías de cada uno, entiendo que una gran mayoría estamos de acuerdo en que la profesionalidad es una característica deseada cuando solicitamos un servicio. No importa que sea un servicio de hostelería, una cura de enfermería, la reparación de un vehículo o la instalación de un electrodoméstico. Es clave aclarar la definición que la RAE hace del término profesionalidad: Cualidad de la persona u organismo que ejerce su actividad con capacidad y aplicación relevantes. Y me atrevo a subrayar lo de relevante como el adjetivo que incide en el conocimiento y en un saber hacer excelente. Justo lo contrario de lo que implica la mediocridad con la que nos topamos con demasiada frecuencia.


Si nos reparan a destiempo un calzado no entramos en cólera, a lo sumo nos irritamos de un modo pasajero. Si me sirven la comida fría me disgusto con el camarero y puede que no vuelva más a ese establcimiento. Si no me instalan adecuadamente la fibra óptica en casa resoplamos y comenzamos a abrir incidencias con el servicio de atención al cliente. Si la profesora de mi hijo no atiende a mis correos me mosqueo con ella y protesto ante la dirección del centro educativo. Si reparan mal mi vehículo y puedo ocasionar un accidente, el cabreo ya es mayor y comienzan las reclamaciones formales. Si no me escucha la doctora en la consulta salgo disgustado; y no te digo si además yerra el diagnóstico. Llegan los pleitos.


Somos muy exigentes con los servicios que nos prestan. Más aún si hay un pago de los mismos tras ser suministrados. Todos demandamos puntualidad, exactitud, buenos modales y ese buen hacer que suele venir de la mano de la experiencia y los conocimientos técnicos de los profesionales que nos asisten. No es raro que te pregunten: ¿Conoces un buen pintor?, ¿o un profesor particular?, ¿o una dentista?, ¿o una psicóloga?, ¿un taller recomendable? Pedimos consejo de alguien que haya contrastado la profesionalidad de esa persona en su sector; esté más o menos saturado en cuanto a su oferta. 

 

Por todo ello, cuando nuestros estudiantes de FP protestan ante las exigencias del docente,  ya sea por la puntualidad, la minuciosidad, la estética de sus tareas, los modales que manifiesta o los conocimientos demostrados, debemos hacerles ver esa necesidad de profesionalidad como un valor que los diferenciará del montón de supuestos profesionales que destacan por la dejadez o la ineptitud a la hora de prestar un servicio. Ahora, con un mercado laboral menos tensionado, podemos caer en la tentación de no ser exigentes ante una mayor facilidad a la hora de encontrar trabajo o la supuesta habilidad de algunos de convertirse en millonario sin demasiadas complicaciones. Craso error que pagamos todos. 

 

Si antes me detenía en esos empleos de carácter técnico, donde la importancia de un trabajo mal efectuado tiene una importancia relativa, imagina qué ocurre con esos otros puestos de trabajo que tienen mayores responsabilidades. La exigencia sobre aquellos que nos gobiernan o nos dirigen, en las empresas o desde los organismos públicos, debiera ser aún superior. Reclamar que tengan profesionalidad, que sean sobresalientes en sus capacidades y en la aplicación de las mismas en su trabajo, parece estar en desuso desde hace demasiados años. No es un mal de la juventud actual. Cualquiera puede liderar o conducir una entidad si tiene buenos padrinos o es capaz de vender hielo a los esquimales. Incluso la fotogenia, el estilo personal, la habilidad para medrar, la ambición o la juventud pueden ser los factores más valorados en ciertos puestos de responsabilidad. Si tienes cierta edad eres un cascado o si no tienes colegas influyentes olvídate de promocionar.

 

Ahora, con la que está cayendo en una situación catastrófica en Valencia, recordamos la importancia de esa profesionalidad de quienes dirigen los asuntos más esenciales de nuestras vidas: la seguridad, la salud, la educación o el empleo. Todos queremos estar gobernados por personas que trabajen con esmero y con la profesionalidad que merecen sus cargos. Hemos caído en la insustancialidad, en la fachada, en las etiquetas, en la calidad mal entendida y en los procesos que solo acreditan títulos y certificaciones hechos para cumplir ante el público. ¿Dónde queda esa profesionalidad exigible a cualquier técnico, asalariado, empleador, funcionario o dirigente? Con las buenas intenciones se puede subsistir, y, desde la autoexigencia, debemos reclamar esa competencia a la que aspiramos y que, sin duda alguna, es posible de la mano de los muchos profesionales que no solo ofrecen ganas sino altas capacidades para desempeñar unas responsabilidades de las que otros dependemos. 

 

Como leía recientemente en un artículo de prensa, los nuevo líderes provienen de personas con un perfil alejado del ansia de poder; sin ego, adaptables, que saben hacer bien su trabajo y contribuyen a sus equipos. Personas que han demostrado sus logros en otros lugares y que probablemente dejarán su huella de profesionalidad allí donde recalen. Una aspiración que resulta trasladable a los técnicos, cargos intermedios o directivos que ofrecen sus habilidades no solo a cambio de un salario o de un prestigio, sino también en aras de un bien común. 


Foto de MIGUEL GASCOJ en Unsplash

¿EN QUÉ DESTACAN TUS ALUMNOS?

sábado, 26 de octubre de 2024

 


 

El éxito del mensaje de Ken Robinson con su libro "El elemento" planteaba la necesidad de seguir aquello que te apasiona para ganarte la vida. A pesar de las críticas y alabanzas a este mensaje, aún hoy en día continuamos planteando esa dicotomía, que nos incomoda, entre vocación y empleabilidad. Difícil trabajo tienen los orientadores. Tal vez, como docentes, no ayudamos lo suficiente a nuestro alumnado a resaltar en aquellas cualidades que mantienen en barbecho. Por distintas razones (número elevado de estudiantes, escaso tiempo, falta de cultura al respecto) no verbalizamos esas aptitudes o talentos que individualmente cada uno de ellos atesora.

 

Con facilidad descubrimos las carencias más evidentes o el éxito sobresaliente de aquellos alumnos que despuntan por los extremos. Sin embargo, es menos frecuente explorar y destapar las habilidades personales o aquellas artes en las que cada uno de ellos destaca. La predominancia, en principio sensata, de una evaluación objetiva, nos lleva a centrarnos en las competencias y contenidos que todos los estudiantes debe agenciarse; sin ahondar en las especificidades que a nivel individual pudieran relucir. Se suponía que la inclusión y la diversidad venía a enmendar este entuerto; pero nos hemos quedado en tratar de solventar los casos más complejos, de la mano de los especialistas, dejando de lado al estudiante medio que puebla mayoritariamente las aulas. 

 

Los procedimientos y la burocracia no son necesarias para alentar al alumno. Todos somos capaces de resaltar las cualidades que cada joven posee en mayor o menor medida. Probablemente, muchos chavales jamás han recibido un halago o felicitación por su forma de ser, sus cualidades personales o sus inclinaciones profesionales. No podemos ni debemos tomar decisiones académicas o laborales en el nombre de los alumnos o sus familias, pero sí es posible reforzar y elevar las motivaciones que muchos no encuentran para su futuro de vida. Destacar en qué son buenos, además de corregir sus carencias, es un ejercicio sencillo que podríamos automatizar en nuestra práctica docente. De manera informal pero como una responsabilidad necesaria. Seguramente, incorporar esta práctica ayude a insuflar la energía que muchos chavales requieren durante su paso, más o menos anodino, por el sistema educativo. Sin importar sin son buenos o malos estudiantes, mejores o peores en su comportamiento, impertinentes o juiciosos. ¿La educación no era inclusiva?

 

Y, de paso, lograr uno de los objetivos de nuestra labor. Como dice Meirieu:

...nuestro trabajo consiste en convencer a nuestros alumnos, contra toda fatalidad, de que un futuro diferente es posible. Un futuro en el cual, gracias a que habrá conseguido aprender, podrá comprender mejor y comprender el mundo, y así asumir, prolongar y subvertir su propia historia.

Foto de Robby McCullough en Unsplash

FORMAR PARA GENERAR CONTENIDOS

jueves, 24 de octubre de 2024

 

FORMAR PARA GENERAR CONTENIDOS

 

Ser perservante o concienzudo no se lleva. Al menos eso dicen algunos gurús y expertos en las redes que nos lanzan anzuelos sin importar si pican pescados precongelados. Si pierdes demasiado tiempo creando contenido es porque algo estás haciendo mal. Eso dicen. Eres un profesional ineficaz o un ingenuo que no hace buen uso de las herramientas digitales que tiene a su alcance. Ser creador de contenidos pasa por programar contenidos para toda una semana en menos de una hora. Y además, aseguran sin vergüenza, que tus creaciones van a ser valiosas y obtendrán la repercusión deseada entre tu público objetivo. Productores a demanda y a destajo. 


La IA generativa ha acelerado este proceso y la desvirtuación de una escritura (y lectura) atenta y artesana. Con Twitter nos hartamos a sintetizar mensajes en esos ciento cuarenta caracteres que inicialmente nos ofrecían. Ahora, ni esas docenas de caracteres son una creación real de sus supuestos autores. Ni siquiera los vídeos o las imágenes nos ofrecen la garantía de que sean verdaderas. Todo son copias por doquier, imitaciones o creaciones ficticias que nos hacen dudar de las personas que las publican o los hechos que anuncian. El fast food de los contenidos ha venido para quedarse. 


Mi sensación, cuando veo que una portada o la imagen que ilustra un artículo parece haber sido generada por IA, es de rechazo. Se pierde autenticidad, pese a que no es justo valorar el fondo por la forma percibida. Las hamburguesas están de moda y nos las quieren hacer pasar por productos gourmet. Y eso mismo está pasando con los contenidos en las redes: cada vez es más difícil encontrar calidad y rigor en artículos o materiales de cualquier tema. Cursos en píldoras (masticables y tragables fácilmente), ensayos con no demasiadas páginas para no asfixiar al lector o vídeos donde en un minuto vas a encontrar la iluminación que necesitas para ser feliz en tu vida profesional y personal. 

 

Estoy convencido que ser resolutivo, flexible y autónomo (competencias que predicamos en la arena del aulario) no está reñido con buscar un aprendizaje más sosegado donde, como en un buen puchero a fuego lento, no necesitamos ser prolíficos sino sustanciosos. Podemos mandar a freír espárragos a todos los que nos prometen aprendizaje sin dedicación, resultados sin constancia o éxito instantáneo. La originalidad y la artesanía acaba sobresaliendo ante tanto content creator desalmado. A pesar de que los likes o los followers nos cuenten otra cosa, o las tendencias de esos estudios que suenan a profecías autocumplidas.

 

La calidad de los textos y contenidos que ofrezcamos al alumnado va a diferenciar nuestra enseñanza. Evaluar de otro modo, diseñar proyectos o ser cercano al alumno y a sus intereses, es compatible con buscar lecturas atentas, momentos de estudio o dedicar tiempo a escribir sin caer en el control C y V. En absoluto están demodé este tipo de prácticas. Estamos haciendo un enorme favor a estos estudiantes, futuros profesionales, que van a tener que cocinarse la vida ligando datos, filtrando restos, escogiendo el conocimiento y generando su propio relato de provecho. 

 

P.D. Para ser sinceros, he dedicado ochenta y dos minutos para la edición de este artículo. ¿Demasiado o muy poco tiempo?

 

Foto de Gaelle Marcel en Unsplash

PRESENTACIONES EN CLASE: CÓMO DISEÑARLAS Y CUÁNDO ENTREGARLAS

martes, 22 de octubre de 2024

 

presentaciones en clase: cómo diseñarlas y cuándo entregarlas

 

En Formación Profesional, al igual que en otras etapas educativas, los profesores acostumbramos a usar presentaciones digitales con distintos objetivos pedagógicos. Ya sea en PowerPoint, con presentaciones de Google, Canva o Keynote, no importa la herramienta, la mayoría tratamos de apoyar nuestra docencia haciendo uso de este tipo de software que no requiere conocimientos técnicos avanzados. El Prezzi pasó a mejor vida, el Genially requiere más tiempo de uso para manejarlo convenientemente y ahora la IA se supone que agilizará el diseño. Sin embargo, ¿facilitan el aprendizaje?, ¿hemos analizado cuál es el diseño ideal de una presentación educativa?, ¿es necesario entregar las presentaciones antes de dar el tema o mejor hacerlo a su finalización?

 

No parece haber evidencias claras de que el uso de las presentaciones mejoren el aprendizaje. En 2018, Baker y otros llevaron a cabo un metaanálisis de 48 estudios sobre el tema sólo para concluir que con el uso de PowerPoint no hay un efecto estadísticamente significativo en el aprendizaje cognitivo (desde recordar hechos hasta crear conocimiento). Aún así, la experiencia nos dice que, dependiendo de la materia o el nivel de los estudiantes, a través de las diapositivas podemos añadir una motivación extra a la clase o sintetizar los contenidos más relevantes del temario para su mejor comprensión. Incluso, los estudiantes pueden percibir que estas presentaciones son más útiles de lo que realmente son para sus resultados personales. A pesar de la falta de conclusión de estos estudios, es indudable que las presentaciones siguen siendo un apoyo para captar la atención o para que el docente tenga un soporte adicional y una guía para dar clase.


En relación al diseño de las presentaciones, todos hemos sufrido diapositivas soporíferas o antiestéticas donde no hay un orden adecuado en el guion presentado; o donde los textos, gráficos e imágenes utilizados no tienen la perceptibilidad mínima requerida: tamaño de la letra pequeño, tipografía no legible, exceso de contenidos, contraste inadecuado entre los colores de la fuente y el fondo, etc. Además, corremos el peligro de sintetizar en exceso los contenidos: la materia se simplifica y el alumnado solo estudia las diapositivas publicadas (con un exceso de viñetas o bullet points) mientras dejan de leer textos elaborados que requieren una mayor atención. En cuanto a las imágenes, además de elegir aquellas que tengan relación al texto insertado, o gráficos que ayuden a explicar conceptos y procesos, también debiéramos hacer uso de ellas para incluir ejemplos, añadir humor, cambiar de tema o hacer algún receso durante la presentación. Evidentemente, hay módulos o materias donde la parte visual tiene más sentido: sanidad, geografía, comercio, diseño, etc. 

 

El cómo usemos estas diapositivas también marca la diferencia. No tienen sentido hacer uso de ellas para ser leídas en clase por el docente. Una diapositiva con solo una o dos líneas junto a una imagen representativa debe dar pie a una explicación más desarrollada. No hacen falta decenas de palabras. Para evitar la pérdida de razonamiento, contenidos o vocabulario, es aconsejable el uso de las presentaciones como un material complementario y no como el objeto principal de estudio. Añadir otros textos a través de artículos, libros o apuntes elaborados por el docente, nos ayuda a evitar esa excesiva simplificación de los contenidos que deseamos transmitir y de las competencias y de las capacidades cognitivas que debemos desarrollar. Asimismo, además de usar las diapositivas como un medio meramente expositivo, podemos incluir diapositivas que favorezcan el debate y el diálogo, lancen cuestiones a la clase, nos ayuden a introducir anécdotas o ejemplos, etc. 

 

Cuestión aparte es la pertinencia de que los estudiantes tomen notas durante las presentaciones (un hábito ciertamente en desuso). Quizás no insistimos lo suficiente sobre la importancia de que traten de tomar apuntes para mejorar la comprensión y añadir explicaciones al material de estudio. Hay alumnos que son capaces de tomar apuntes mientras escuchan al docente, tanto en un soporte digital como en papel; y las diapositivas pueden ser una buena excusa para incluir esas explicaciones adicionales que enriquecen el temario de nuestra programación. Pero la realidad nos supera ante las distracciones que ofrecen los dispositivos conectados a Internet. Difícil contrincante.


Los estudiantes, por experiencia, suelen querer disponer de la presentación antes de comenzar el tema o la materia en cuestión. Pueden ser muy insistentes requiriendo la publicación de las diapositivas con el fin de tener ese material que algunos aprovechan para seguir la clase y tomar notas; mientras que otros se relajan al saber de su existencia (más aún si son los únicos apuntes del módulo). Sin embargo, el estudio de León y García-Martínez (2021) confirmó este patrón: los estudiantes opinan que la provisión de diapositivas de PowerPoint apoya su proceso de aprendizaje. Los alumnos lograron resultados más bajos en la prueba de conocimiento cuando se proporcionaron las diapositivas y resultados más altos cuando no recibieron ninguna diapositivas. Esto era independiente de la participación de los estudiantes y el uso de estrategias de aprendizaje. Al mismo tiempo, los estudiantes con valores promedio o más altos en su compromiso con el aprendizaje hicieron mejor la prueba de conocimiento que sus compañeros de clase con valores más bajos - independientemente de si las diapositivas de PowerPoint fueron proporcionadas para el tema o no. Lo mismo ocurrió con los estudiantes con un mayor uso de estrategias de aprendizaje. Lo que sí parece claro es que si no facilitamos las diapositivas previamente favorecemos el porcentaje de asistencia a clase y la consiguiente mejor comprensión del temario. 


Personalmente, a pesar de que hay estudiantes (una minoría) que toman notas en las diapositivas durante la clase, si se las he entregado previamente, prefiero no suministrarlas. La idea es mantener la atención del grupo de alumnos, sorprenderles de algún modo y tener la oportunidad de ir modificando o añadiendo diapositivas durante la presentación de cada unidad: incluyendo noticias, datos actualizados, nuevas tareas, etc. Las publico posteriormente (aquí un ejemplo reciente sobre la identidad digital). Elaborar unos apuntes propios es una tarea compleja que requiere un tiempo que no siempre tenemos. A través de presentaciones propias y personalizadas siempre es más fácil para perfeccionar los materiales publicados por otros autores a la vez que enriquecemos los contenidos y activamos a los estudiantes durante nuestras clases. Simplificar el diseño, hacerlo todo más visual y estéticamente agradable, incorporar ejemplos y oportunidades para el debate, son algunas pautas que pueden facilitar nuestra docencia. 

 

Foto de Parastoo Maleki en Unsplash

NO LO SÉ

sábado, 19 de octubre de 2024

 


Me asombra la capacidad de algunas personas en tener respuesta para todo. La convicción con la que afirman argumentos o refieren su experiencia hacen dudar hasta al más experto. Aún sabiendo de la falsedad de sus tesis, una mayoría prudente calla por evitar conflictos. Así ocurre tanto en las relaciones personales, donde algunos hacen de la sinceridad un ejercicio de mala educación; como en las relaciones profesionales donde quedar por encima es una mala decisión a largo plazo por el rechazo que supone. La impopular repelencia.

 

Con los estudiantes, también es fácil caer en la pedantería. Pese a que por sus menores conocimientos e inmadurez no sean conscientes de la impertinencia del supuesto sabihondo. Cuando hablamos de los peligros de adoctrinar, tal vez no vemos que el adoctrinamiento más nocivo no viene de confrontar unas ideas contra otras, sino que el peligro se origina al ofrecer una visión sesgada, sin autocrítica o carente del conocimiento debido. La modestia algunos la perciben como debilidad, no como un valor que se basa en comprender que no somos infalibles. Incluso, decir un "no lo sé", nos honra ante tanto atrevimiento derivado de la imprudencia, la inseguridad o la soberbia.


A menudo, ese atrevimiento venía de la mano de los más jóvenes. La insolencia suele ser consustancial a la juventud. Sin embargo, o hemos prorrogado la duración de esta etapa, o parece que cada vez más adultos profieren sin vergüenza juicios o valoraciones sin un conocimiento mínimo de base. Nos atrevemos con todo: derecho, psicología, literatura, matemáticas, medicina... no hay materia en la que cualquier aficionado o profesional principiante atrevido pueda contradecirte a pesar de la erudición de su interlocutor o del autor puesto en entredicho. Solo hace falta ver el currículo de algunos responsables políticos o el bagaje de los supuestos expertos que en ocasiones forman al profesorado. 

 

La edad ya no es un criterio seguro para validar la idoneidad de un profesional; pero, en mi opinión, algo contribuye una larga carrera profesional a la hora de emitir juicios o trasladar conocimientos y cultura. La juventud nos aporta distintas cualidades que, con el tiempo, solemos desdeñar por falta de energía, prudencia excesiva o simple tranquilidad personal. Aunque tampoco tiene sentido, como he conocido recientemente, la inclusión de un chico de trece años como formador en un curso de carácter tecnológico. Nos estamos pasando de frenada con la disrupción u otras innovaciones varias. 

 

Ahora, cuando parecen estar de moda los resúmenes y las síntesis de cualquier tipo de texto, no hay persona que no tenga respuesta para todo gracias a la aplicación de su IA generativa de turno. El descaro tiende a ser crecer cuando desde cualquier ChatGPT podemos obtener una respuesta supuestamente verdadera sobre cualquier temática. Incluso nos vanagloriamos de que no hace falta leer un estudio desde el principio hasta el final, ni visionar una charla completa o escuchar la totalidad de una conferencia, cuando hay una herramienta de inteligencia artificial que lo hace por ti. Y, además, dicen que esa IA evalúa con mayor corrección e imparcialidad que cualquier otro profesional. Permitidme dudarlo. ¿No estaremos creando una sociedad todavía más engreída? 

 

La mercadotecnia, la insustancialidad de las redes sociales, el ansia por certificar todo y el exceso de confianza en cualquier tecnología disruptiva, nos vuelve irreflexivos. Toleramos lo que haga falta para no ser considerados caducos ante discursos adornados o con promesas de recetas fáciles. Somos temerarios cuando buscamos la vía rápida junto a los alumnos y simulamos una enseñanza y un aprendizaje donde el estudiante elabora con IA y el docente corrige con IA. Y todos contentos. En lugar de reconocer todo lo que no sabemos y que podemos aprender de las mejores fuentes posibles que hoy en día tenemos fácilmente a nuestra disposición. ¿Tanta prisa tenemos? No lo sé. 


Foto de Jon Sailer en Unsplash

DIEZ RAZONES PARA IMPLEMENTAR PROYECTOS Y RETOS EN FP

jueves, 17 de octubre de 2024

Ahora que la nueva Ley de FP nos redescubre los proyectos o retos y nos incentiva su introducción a través de unas metodologías (ABP, ABR, APP, PBL, APS...) que muchos centros y docentes han puesto en marcha a nivel de ciclo o a través de uno o varios módulos, merece la pena seguir caminando en esta dirección por distintas razones:

 

1. La motivación. El diseño de un reto o proyecto que se acerque a la realidad profesional y al entorno laboral futuro del estudiante aporta motivos extra para su satisfacción con la formación recibida. Si logramos además conectarlo con sus intereses, ya tenemos la combinación perfecta para un lanzamiento exitoso. Sin olvidar la trascendencia y visibilidad, más allá del aula, que debemos dar a la presentación de sus productos o soluciones finales.  

 

2. El trabajo en equipo de los docente y el alumnado. Estas metodologías conllevan un trabajo colaborativo donde lo ideal es que el profesorado lo diseñe de modo que los responsables de los módulos participantes participen desde el principio hasta el final de cada proyecto. Además, el alumnado también debiera trabajar a través de equipos de trabajo heterogéneos donde todos puedan aportar a través de una organización formal y unas responsabilidades asumidas. 

 

3. La digitalización. Un reto es una oportunidad para incluir aquellas nuevas tecnologías o herramientas digitales que son una realidad o tendencia en el sector profesional del ciclo formativo. Nos ayuda a obligarnos a plantear su introducción a la par que todos aprendemos las bondades e inconvenientes de su aplicación en el aula.  

 

4. La programación. Un proyecto puede ser útil para alcanzar aquellos Resultados de Aprendizaje (RA) que más nos cuesta introducir en las programaciones del ciclo formativo. Incluso, podemos idear proyectos desde aquellos RA menos trabajados o que difícilmente podrán llevar a cabo durante su formación en las empresas. Asimismo, un buen diseño de un reto nos facilita la visión global del ciclo y la complementariedad de los distintos módulos que lo componen.  

 

5. La memorabilidad. Hay proyectos que por su carga social, emotiva o las experiencias que conllevan, dejan una huella en el aprendizaje del alumnado. Incluir esa particularidad a un proyecto facilita tanto su ejecución como una formación que perdura en el tiempo.  

 

6. La evaluación. Este tipo de metodologías son la oportunidad perfecta para introducir una evaluación formativa que valore el proceso, aporte feedback durante su realización y corrija los defectos o imperfecciones que siempre aparecen hasta lograr un producto final lo más impecable posible.  

 

7. Metodologías. Este tipo de diseños para la enseñanza y el aprendizaje en la FP, no está reñido con otras metodologías como la instrucción directa. A menudo es necesario profundizar en ciertos conocimientos y competencias para luego hacer uso de ellos durante el desarrollo del proyecto.  

 

8. Competencias duraderas. Conocemos sobradamente la importancia de esas competencias profesionales (curiosidad, colaboración, flexibilidad, creatividad, resolución...) que marcan la diferencia en la empleabilidad de los estudiantes. Un reto es un medio perfecto para contemplar este tipo de competencias que ahora algunos denominan como "duraderas" (durable en lugar de soft) y que tienden a tener más importancia en un mundo profesional donde la IA comienza a facilitar muchos procesos técnicos.

 

9. Experiencia. Este tipo de metodologías, a pesar de su supuesto carácter innovador, son una realidad en el mundo educativo y en la formación profesional desde hace siglos. En la actualidad hemos diseñado ciertos marcos conceptuales que nos ayuda a extender este modelo de enseñanza y aprendizaje para facilitar su implementación por parte del profesorado. Los primeros progetti aparecieron en 1577 con la fundación en Roma de la Accademia di San Luca para la formación profesional de distintos artesanos (García Doval, Fátima. La educación es otra historia) y ahora hemos aportado distintas variantes y objetivos para seguir con una metodología que se caracteriza por la libertad que concede al estudiante. 

 

10. Activación. Durante la etapa del diseño, ejecución y evaluación de un proyecto, reto o problema profesional, estamos obligados a pensar, estudiar, discutir y crear nuevas oportunidades para el aprendizaje de nuestro alumnado. El día a día en el aula no ayuda mucho a activar estos verbos, y, los proyectos, nos exigen recolocarnos si queremos diseñar una oportunidad de aprendizaje realmente valiosa. Son un estímulo.

 

Afortunadamente, cada vez hay más recursos y formación de calidad para iniciarse de un modo efectivo en este tipo de metodologías. En la siguiente web os dejo con una recopilación de materiales y herramientas que os pueden resultar útiles al respecto: Recursos para diseñar proyectos y retos para FP

 

 

10 razones para implementar retos y proyectos en FP


 

DISCUTIR PARA EDUCAR PROFESIONALES

martes, 15 de octubre de 2024


Siempre preocupa que los más jóvenes no tengan cierta conciencia social sobre los transformaciones que implica la introducción de nuevas tecnologías en nuestras vidas. La solidaridad, la empatía, la inclusión o la diversidad parecen conceptos abstractos que pueden no percibir necesarios o incluso encontrar inútiles en una sociedad que no les ofrece las oportunidades o los medios que necesitan para desarrollarse personalmente. Ciertos discursos calan y, por mucho que aportes datos, hay ciertas ideas fijas o sentimientos donde el debate y la reflexión es peliaguda. Y nos toca discutir y provocar polémica.


Los sesgos de la IA que favorecen el sexismo, la homofobia, el racismo o cualquier otro tipo de discriminación, no son considerados siempre un problema. El uso responsable de las redes sociales parece un tema de adultos viejunos escandalizados porque una multinacional no quiere controlar a delincuentes, acosadores y pederastas que se cuelan en las cuentas de los más chicos. La culpa siempre la tiene el otro: las familias, las empresas, el gobierno, el sistema... El discurso de que cada uno se apañe por su cuenta se expande y lo que le ocurra a otros no es problema mío. Aquí al lado o a miles de kilómetros. La geopolítica es un término extravagante. Precioso panorama. Sin embargo, todos estos asuntos son oportunidades inmejorables para hacer uso de la dialéctica. 


A nivel docente ya he insistido en otras ocasiones en la necesidad de incluir expresamente esta serie de valores, el cuidado de la identidad digital y esas competencias personales que ahora trabajamos de un modo más o menos formal según la sensibilidad y formación del profesorado. Los nuevos módulos de FP son de hecho una oportunidad para caminar en este sentido. Más allá de ciertas charlas o vídeos que puedan ser de interés (fundamental el reportaje sobre Meta) siempre es recomendable un debate sosegado con información comprensible y contrastada para nuestros estudiantes. 

 

No hay que ser catastrofistas ni agoreros con la juventud, pero conviene dar baños de realidad a muchos chavales que no ven más allá de su círculo cercano o, peor aún, de lo que le recomiendan los algoritmos de sus redes sociales. Da pereza la discusión, así como cansan los sermones; pero desde nuestra posición tenemos una credibilidad mayor de la que pensamos. Disponemos de muchas lecturas, documentales, películas o podemos montar proyectos -excelente oportunidad- con el fin de acrecentar estos saberes inútiles técnicamente pero valiosos a nivel humano. Discutir y entrar en conflicto, actuando de forma respetuosa, también es muy educativo.


Bastante tenemos con intentar acabar la programación de los módulos, pero no nos queda otra que pringarnos de vez en cuando con cuestiones que puedan tener un impacto en las vidas de los estudiantes o de sus familias a la hora de afrontar la convivencia. El verbo educar trasciende al de formar. Como afirma Victoria Camps: "Si educar es guiar y es extraer de la persona lo mejor que lleva dentro, hay que saber qué es lo mejor y qué es lo peor; por lo tanto, hay que tener criterios para educar, hay que tener criterios para dirigir." La FP debiera ser una educación profesional donde los docentes seamos capaces de diferenciar lo que es conveniente para el estudiante, fomentando la autonomía que requerirá en su futuro, pero haciéndole consciente de la necesidad de respetar unas normas que protegen la libertad de todos. Discutamos y convenzámosles.


Foto de Frank Eiffert en Unsplash

10 INCOHERENCIAS DOCENTES

lunes, 14 de octubre de 2024

 


 

En cuanto te paras a pensar en las incongruencias personales que cometemos como educadores, te das cuenta del camino que nos queda por recorrer para ser íntegros y no seguir atrapados en esa falta de coherencia donde no siempre hacemos lo que decimos. Sabemos que el ejemplo es uno de los mejores maestros, pero no siempre somos ejemplares en el aula, fuera de ella, o a lo largo de esa actividad digital que desarrollamos con mayor o menor acierto. Me he dispuesto a listar una serie de comportamientos habituales donde suele patinar esa congruencia que se nos supone:

 

1. Uso del móvil. Nos hartamos a despotricar sobre el uso y abuso que hacen los más jóvenes de sus dispositivos. Nos alarmamos por el exceso de tiempo que dedican a consumir contenidos digitales de todo tipo y, principalmente, como un medio de ocio personal y comunicación con sus allegados. Se supone que con más de 30 horas de consumo del móvil ya tenemos un problema incipiente de adicción. Sin embargo, ¿has mirado cuánto tiempo consumes al día? Es fácil saber este dato desde nuestro dispositivo y tal vez nos llevemos alguna sorpresa. En casa o en el aula no siempre somos capaces de mantener el móvil guardado y apagado con la excusa de alguna urgencia o para pasar lista en su caso.   

 

 2. Redes sociales. Al igual que con el móvil, los adultos también adolecemos de congruencia cuando nos sobreexponemos en las redes sociales más comunes: publicación de fotos personales en una cuenta con un perfil abierto, difusión de imágenes de familiares menores de edad (el peligroso sharenting), inclusión de comentarios inapropiados en las redes, consumo de tiempo excesivo o el proselitismo en el que caemos cuando desde la escuela animamos a usar las redes para comunicarnos con los estudiantes, compartir materiales o hacer ese marketing educativo de dudosa catadura moral cuando los protagonistas son menores. Cómo si no fuera suficiente con las medidas persuasivas que aplican las multinacionales del ramo para mantenernos atrapados sin aplicar los filtros necesarios. Eso no quita, evidentemente, que aboguemos y eduquemos por un uso sensato y profesional de unas aplicaciones que también pueden ofrecer conocimiento y oportunidades laborales. 

 

3. Lectura y escritura. Aquello de "hay que leer" ya dijo Pennac que debiera estar prohibido. Si consideramos abrir un libro como un acto subversivo, tal vez ganemos lectores. Sin embargo, es nuestra afición a la lectura y/o a la escritura la que puede animar a otros a engancharse a este viejo pasatiempo. La animación a la lectura, además de desde casa, también se puede hacer mediante conversaciones, debates, visitas culturales, o sencillas actividades donde damos importancia a los libros por encima de otros valores. Para ello, es necesario empaparse de libros habitualmente o escribir con asiduidad para trabajar esas competencias relacionadas tan necesarias. Sin olvidar la escasa lectura pedagógica que acumulamos a lo largo del tiempo.

 

4. Evaluación. Muchos aún confunden evaluar con calificar. Nos quedamos con esa nota final obtenida a través de una extensa hoja de cálculo donde se promedian un sinfín de ítems que no son revisados por los alumnos. Seguimos calificando y evaluando formativamente poco a pesar de lo que la norma nos indica o de lo que hemos señalado en nuestra programación con un simple corto y pego que luce a la perfección.

 

5. Compañerismo. Hay muchas formas de ser un buen compañero/a de trabajo: dejar el trabajo programado y disponible cuando deben sustituirte, implicarte en los equipos de trabajo docente, no aprovechar la antigüedad o los intereses personales en contra de los criterios pedagógicos de organización educativa, hacer crítica constructiva, etc. Ese trabajo en equipo que tanto demandamos al alumnado suele ser una carencia entre un profesorado acostumbrado en hacer y deshacer a su antojo o sin contar con el criterio de otros colegas.

 

6. Disculpas. Como docentes metemos la pata a menudo. No es difícil enfadarse con los estudiantes, tener un mal día o no estar afortunado con las palabras dichas en un momento determinado. Incluso con otros compañeros. El problema viene cuando exigimos disculpas a esos mismos alumnos o docentes mientras nosotros nos creemos actores impecables en nuestro cumplimiento profesional. Lo poco que cuesta una disculpa y lo mucho que previene...

 

7. Inteligencia Artificial. Nos subimos al carro de la IA por obligación, por convencimiento o por no quedarnos rezagados de la moda educativa de turno. Con facilidad despotricamos de los plagios cometidos por el alumnado mientras fusilamos recursos de otros sin hacer mención a las fuentes o copiando y pegando párrafos enteros del ChatGPT del momento. Y mira que cuesta poco citar y referenciar estas fuentes, así como comprobar la corrección de los materiales generados por unas aplicaciones que siempre tienen riesgos (alucinaciones, privacidad, medio ambiente, sesgos, etc.). 

 

8. Medio ambiente. Si todavía no has caído en el negacionismo climático (ahora tan moderno), puede que sigas presumiendo de reciclar botes y botellas o el aceite de tus fritangas. Incluso en casa, donde apagamos hasta la última bombilla, somos seres sostenibles casi perfectos. En los centros educativos ya es otro cantar: luces o aires acondicionados sin apagar o con las ventanas permanentemente abiertas, residuos sin separar, ordenadores constantemente encendidos, fotocopias a diestro y siniestro, o el uso de esa IA que ha provocado un aumento del consumo de energía de los centros de datos mayor al 92% de los países del mundo.

 

9. Inclusión. Delicado asunto. En el papel todos somos respetuosos con la diversidad en las aulas (y supuestamente fuera de ellas). Luego, nuestros comentarios más o menos desafortunados, por el nivel intelectual del alumno, su procedencia o el incordio que generan, ya son menos coherentes con ese respeto e inclusión debidos. Lamentablemente, hay discursos discriminatorios en las aulas que no cortamos para evitar problemas o discusiones incómodas. No sea que nos señalen o nos woketicen sin permiso.

 

10. Experiencia. Los docentes de FP, mayoritariamente, abogamos por la importancia de la formación práctica del alumnado. Somos conscientes de las bondades de la formación en la empresa y el impulso de una dualización eficaz y estratégicamente programada. Aún así, son pocos los docentes de FP que consideran llevar a cabo esa misma formación práctica en un centro de trabajo para actualizar sus conocimientos y competencias profesionales. Nos sumamos a otros tipos de formación por motivos bien distintos. Desafortunadamente, los incentivos y las normativa al respecto nos hace merecedores de esta última incongruencia.


Foto de Random Thinking en Unsplash

¿CUÁNTO VALE UN DOCENTE?

domingo, 13 de octubre de 2024

¿cuánto vale un docente?
 

Hemos naturalizado recibir una factura de un persianero o del electricista y abonar fácilmente setenta euros por una faena de treinta minutos, además del desplazamiento pertinente y los materiales que pueda necesitar. Sin duda, la ley de la oferta y la demanda tiene algo que ver ante la escasez de profesionales dedicados a la fontanería, carpintería, electricidad, calefacción, pintura, albañilería, pintura, etc. Y, sin embargo, estos oficios, al igual que las titulaciones de otras familias profesionales, no tienen la demanda suficiente (ver datos del Observatorio de la Formación Profesional). 

Con el oficio docente todavía no pasa lo mismo, aunque ya existen ciertas ciclos formativos y módulos con dificultades para encontrar el profesorado titulado que exige la normativa. Aún así, para ciertas especialidades técnicas, los requisitos son cada vez más laxos para abrir las oportunidades y evitar las vacantes sin cubrir; así como sigue sin exigirse ningún tipo de experiencia profesional en oficios donde el componente manual o artesanal es imprescindible. Parece que todo vale con tal de conseguir el profesorado necesario para comenzar el curso. 

 

Otro problema, que motiva la redacción de este artículo, hace referencia a la paupérrima estimación de la hora de trabajo de un docente. Todavía se sigue calculando la hora de trabajo en función únicamente de la hora en la que se imparte esa formación; sin tener en cuenta la preparación que requiere de antemano o el trabajo que se precise después de la sesión formativa, ponencia o taller de turno. He llegado a leer ofertas en formación presencial por doce euros la hora o un euro por cada estudiante en la formación online. El exceso de docentes y la aceptación de estas condiciones, junto a una miserable consideración de la profesión, conjugan el cóctel perfecto para ofertar una enseñanza de pena. El profesorado de ciclos formativos en centros educativos de FP (sobre todo en la enseñanza privada o concertada) nos quejamos a menudo de unas condiciones muy mejorables en comparación con los trabajadores de la pública; aún así no caemos en la precariedad de aquellos que se dedican a la FP para el empleo o de aquellos que dependen de los presupuestos de los proyectos del momento. Y hace años que todo sigue igual, gracias o pese al boom de los fondos europeos.

 

Ofrecer una buena enseñanza, unos recursos de calidad, una atención personalizada y una evaluación formativa apropiada, exige mucho tiempo de dedicación, experiencia y profesionalidad; además de la formación superior continua del docente. Si nos dirigimos hacia un sistema emisor de títulos como churros, donde todo vale, seguiremos ahondando en el desprestigio del docente junto a unas condiciones indignas. El pluriempleo, la temporalidad o regalar títulos es una mala inversión a largo plazo. Quizás ya estamos viendo los primeros frutos no deseados de estos fondos. A pesar de que muchos docentes cumplen más de la cuenta y se embarcan en responsabilidades con un coste elevado.

 

Hacemos un flaco favor a esos estudiantes que se conforman con el certificado de turno en lugar de animarles a demandar un docente exigente y realizado con su trabajo. Obtener un título no debe estar reñido con aprender, ni pagar una formación debe asegurar ese mismo título. En mi opinión, el modelo educativo, no importa si es online o presencial, debe dirigirse hacia una enseñanza realmente personalizada (y no a destajo) donde la evaluación se demuestre con el trabajo llevado a cabo durante la formación y el aprendizaje demostrado. Y todo ello requiere un tiempo del profesorado que debe ser remunerado justamente. Colocar una persiana no puede ser más caro que mejorar las competencias de futuros profesionales. 


Foto de Mateusz Butkiewicz en Unsplash

UN REFERENTE DE LA FP: JORGE ARÉVALO

miércoles, 9 de octubre de 2024

 


 

Las palabras que aquí puedo escribir para agradecer y reconocer el trabajo de Jorge Arévalo Turillas seguro que no son suficientes ni reflejan a la perfección la bonhomía y el impacto que ha dejado en la Formación Profesional del País Vasco. Hablo de Euskadi, cuando perfectamente podríamos considerar su influencia en la FP española, europea o internacional. No creo que haya otra figura pública que haya tenido tanta ascendencia en los cambios que se han producido en nuestro sistema de Formación Profesional: desde la introducción de nuevas metodologías, la innovación e investigación aplicada, la adaptación a la revolución tecnológica, el humanitarismo y la inversión creciente que requiere cualquier transformación de calado. 

 

Los planes vascos de FP han marcado su impronta en otros gobiernos educativos. Estoy seguro que el nuevo sistema de FP también ha heredado su filosofía de transformación continua, adaptación a los cambios, digitalización, sostenibilidad y necesidad de un trabajo en equipo tanto a nivel docente como junto a las empresas que colaboran en la formación del alumnado. Jorge, además, ha posibilitado con hechos e inversiones todos estos planes que ahora se dirigen hacia la dualización integral de la FP, la inclusión, el impulso de la orientación y una oferta de alto rendimiento adaptada a los sectores estratégicos de su región. 

 

Jorge Arévalo es uno de los responsables principales del prestigio que ahora atesora la FP. A pesar de las reticencias que todavía algunos tienen con la FP, Jorge ha sabido darle la categoría necesaria para que se convierta en una etapa fundamental para generar los profesionales y especialistas que necesita el mercado laboral e impulsar la vida de muchos jóvenes con dificultades de todo tipo. Y que sean valorados como corresponde. Ha sabido rodearse de un buen equipo con la visión necesaria para diseñar una FP puntera a nivel tecnológico sin perder de vista la importancia de las personas y con todos los recursos públicos necesarios. Dudo que haya otra comunidad autónoma española donde su profesorado de FP tenga mejores condiciones de trabajo, sin importar la titularidad de su centro educativo.

 

Todos los congresos de FP en Euskadi a los que he podido asistir me han dejado siempre un sabor agridulce. Por un lado, no ha habido encuentro donde los visitantes de otras CCAA no hayamos visto con envidia y admiración los cambios que se iban implementando en su red de centros; por otro lado, las conferencias, visitas y las conversaciones personales, nos inyectaban esa dosis de motivación tan necesaria para seguir dando clase día a día pensando en la importancia de nuestro trabajo con los más jóvenes. Por no dejar de mencionar las cálidas acogidas de Jorge en las que, pese a la categoría de su cargo (Viceconsejero de Formación Profesional), siempre tenía un momento para saludar, conversar o despedirse amablemente tras la finalización del congreso. Un tipo extraordinario. 

 

Gracias también a Jorge muchos profesores de FP pudimos intercambiar recursos y estrechar relaciones que aún perduran con docentes de otros centros y zonas geográficas: Elena, Daniela, Antonio, Daniel, Juan Antonio, Luis, Julia, Pablo, Sabina, Mª Cruz, Javier, Alberto y otros muchos más que me dejo en el tintero (disculpad por ello). No sé si sin quererlo, nos convirtió en embajadores de un modelo de FP que hemos intentado replicar en nuestros centros; a pesar de los contratiempos con los que siempre nos topamos a nivel legislativo o por cuestiones de gestión académica.

 

Sin saber que dejaba sus responsabilidades este pasado mes de septiembre, antes del verano, aún tuve el atrevimiento de importunarle para que escribiera el prólogo a un próximo libro que saldrá a la luz próximamente. Y, cómo no, aceptó de buen grado su escritura. Me atrevo a adelantar un fragmento que refleja perfectamente todo su compromiso y visión hacia la que ha dirigido su labor durante todos estos años:


La formación profesional debe hacer un nuevo esfuerzo aspirando a ser una herramienta fundamental para fortalecer a las personas, a la economía y a la competitividad, preparándose para los profundos cambios que está viviendo nuestra sociedad, con una perspectiva inteligente, sostenible y humana.

 

Muchas gracias, Jorge. Siempre serás un referente para otros políticos, responsables educativos y profesorado de FP. Eres un profesional ejemplar. En los tiempos que corren, pese a los veloces cambios, tú sí has sabido adaptarte a la perfección desde que comenzaste a dar clase hace más de cuarenta años. Nos has dado los cimientos, y no solo la fachada, de la FP que tantos deseamos. Nos has transmitido numerosos motivos para poder lograrlo. Eskerrik asko.


Con la tecnología de Blogger.

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