AMENAZAS U OPORTUNIDADES DE LA NUEVA FP

miércoles, 24 de abril de 2024

 

amenazas u oportunidades de la nueva FP
 

Pensamiento crítico, salir de la zona de confort, resiliencia, reinventarse, soft skills, competencias, upskilling o reskilling... todos estos términos tan manidos parece que van a ser puestos a prueba con el nuevo sistema de Formación Profesional que pronto se nos viene encima. Sin contar con el verano de por medio, en poco más de dos meses, deberemos haber comenzado a adoptar una serie de cambios que pretenden flexibilizar la FP y dualizarla completamente; incrementar su internacionalización, extender una innovación aplicada, acercarla al mundo laboral, fortalecer la orientación o actualizar la enseñanza y los aprendizaje; mientras además se reorganizan académicamente los centros educativos con un nuevo sistema de grados y diferentes módulos. 

 

Lamentablemente, los cambios que vienen con la nueva normativa (ver artículos en Caixabank dualiza sobre la nueva Ley) causan más temor que ilusión entre gran parte del profesorado. Tendemos a querer conservar el statu quo y vemos como una amenaza cualquier cambio que nos venga impuesto desde arriba. Sin embargo, la nueva FP, que ha sido poco o mal vendida entre el profesorado de gran parte del país, debiera ser una oportunidad para reconvertir muchas de las carencias e imperfecciones que llevamos cursos arrastrando y que paralizan la formación que ofrecemos. Entonces, ¿dónde está el problema? La normativa estatal, con sus más y sus menos, nos concede una flexibilidad que hasta ahora no teníamos y que nos impedía avanzar; ahora nos muestra unos ejes básicos que debieran facilitar una nueva Formación Profesional más avanzada y competitiva. 

 

No obstante, son las comunidades autónomas las que tienen ahora la pelota sobre su tejado. Saber aprovechar sus competencias y trasladar la visión de este modelo de FP que apuesta por la innovación, la internacionalización, la orientación, la digitalización, la dualización y el emprendimiento, no es tarea fácil y va a depender muchos de sus responsables educativos. Seguramente veremos demasiadas diferencias entre unas regiones y otras, así como la desigualdad en los recursos disponibles continuará siendo ilógica. Lo que no cabe duda es que todos estos cambios deben ser afrontados contando con los centros y su profesorado, dentro de una estrategia que incluya una formación y actualización integral de las plantillas en sus líneas públicas y privadas concertadas. 

 

Solo nos queda esperar el mejor desarrollo autonómico y un cambio de cultura a la hora de diseñar la ordenación y organización académica de los ciclos formativos y el resto de grados de FP. Ahora todo son conjeturas. Ojalá nos tomemos la implantación de la nueva FP con la tranquilidad que Jorge Arévalo, viceconsejero de Formación Profesional del País Vasco, nos anima a tener a la hora de introducir cambios o desandar el camino cuando sea necesario (excelente su entrevista al respecto de la nueva ley de FP en el programa radiofónico "FP Visible, FP de Calidad"). Una cosa es cumplir con la ley y otra es no entender que su aplicación, con el tiempo que vamos a disponer, va a complicar su ejecución completa y adecuada. Paciencia e ilusión a partes iguales van a ser muy necesarias. 


Confiemos en que no cunda el desencanto ni un desfallecimiento prematuro antes de comenzar esta nueva andadura de la FP que pronostica un par de cursos inciales complicados. No perdamos la ilusión por transformar esta etapa, contando con el profesorado como eje principal de su desarrollo, y buscando la reorganización y transformación más allá de unos cambios superficiales sujetos a otros intereses. Y, de paso, busquemos modelos de referencia y adaptemos las condiciones de los distintos sistemas de FP de cada comunidad autónoma española, en aras de una equidad en la oferta formativa que recibe nuestro alumnado a lo largo y ancho del país. No nos quedemos en la mera redacción y lectura del boletín oficial respectivo. Es amplio el margen de mejora en la FP.

CÓMO HACERSE RICO EN FP

domingo, 21 de abril de 2024

 

CÓMO HACERSE RICO EN FP

Hacerse rico es una vieja y eterna aspiración del ser humano. Probablemente, al igual que sucede con el bestseller de dudosa eficacia "Padre rico, padre pobre", si publicásemos un manual dirigido a jóvenes estudiantes de FP que desean hacerse millonarios, el éxito de ventas sería inmediato. Quizás tampoco sería mala idea editar un libro para docentes de Formación Profesional que buscan fortuna más allá de sus módulos... El maldito dinero. Pero esto no va de criptomonedas ni de influencers que emprenden. 


En cualquier caso, pese a la galopante pérdida de poder adquisitivo, podemos estar agradecidos de disfrutar de una profesión rodeada de jóvenes que nunca envejecen y que cada curso tienen algo nuevo que aportarnos a una vida que nos pisa los talones. Aunque luego, a la hora de pagar recibos, olvidamos las ventajas que nos ofrece esta ocupación. Porque, más allá de las envidiadas vacaciones o de la autonomía que disfrutamos a la hora de enseñar, la docencia ofrece satisfacciones personales que se materializan en el éxito de muchos de esos alumnos que pasan por nuestras aulas. Estudiantes que, probablemente, tampoco se forrarán en sus futuros empleos pero tendrán mejores herramientas para afrontar un mercado laboral exigente que no suele regalar oportunidades a los menos preparados. O simplemente descubrirán la valía que acaparan. 


Una cualidad de la FP es tener los pies en el suelo. Prometer fortunas o sueños fantásticos no es algo inherente a estos estudios. No hace falta que nos digan que salgamos de la zona de confort si queremos destacar profesionalmente, ni es necesario tampoco perseguir sueños con la cantinela de si quieres tú puedes. Los estudiantes deben ser conscientes del esfuerzo que implica, para los comunes mortales, obtener algún logro y la perseverancia que suponen ciertas metas sin garantía de éxito. A pesar de las ventajas o desventajas que unos u otros acumulan en la casilla de salida. Luego, si hay suerte, puede que te toque la lotería; ya sea en forma de un trabajo estable, bien remunerado y condiciones dignas; o con unos buenos compañeros y ejerciendo una labor que te apasiona o, al menos, te resulta gratificante. ¡Qué importante una buena orientación académica que les descubra ocupaciones profesionales satisfactorias!

 

Ser rico también significa ejercer una profesión donde te sientes valorado. Es evidente que del salario emocional no se vive y menos aún de esas modas conjugadas en inglés que solo esconden precariedad para sus followers. El engaño de la apariencia es un atractivo potente para jóvenes ansiosos de euros o de los likes que nos regalan para nutrir el ego. No hemos sabido vender la cultura ni la defensa de unos derechos laborales donde importe tanto ser exigente con uno mismo como con las condiciones que otros deben disfrutan. No me extrañan ciertas ansiedades. 

 

Ni esos improbables millones de euros ni los miles de contactos por las redes van a cimentar una vida personal y profesional; una existencia prevista de altibajos que será más llevadera si hemos aprendido a buscar y conservar esos asideros que no se compran ni se venden. Nuestros estudiantes serán más ricos cuando comprendan el valor de las personas que nos acompañan gratuitamente o sepan dedicar su tiempo a actividades relacionadas con la cultura en un sentido humanista. Eso es diferenciación real. Luego no quedará otra que seguir trabajando y agradecer lo recibido por quienes nos acompañan. 

 

Foto de Travis Essinger en Unsplash
Con la tecnología de Blogger.

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