LA CASTA EDUCATIVA

miércoles, 29 de octubre de 2014
La casta está de moda. En estos tiempos de crisis y de cambios socioeconómicos, la casta está en boca de todo el mundo. Entendida como un grupo de personas o grandes grupos empresariales que, de acuerdo a sus propios intereses y de espaldas al bien colectivo, manejan los hilos políticos y económicos del país, el concepto ha hecho fortuna desde un punto de vista político.

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@monparaiso & @oscarboluda
Aunque, bien mirado, casta hay en todos los ámbitos profesionales. En el fútbol, en los medios de comunicación o el mundo de la empresa, en general, no es infrecuente ver como unas pocas personas o instituciones ejercen un control casi absoluto sobre su campo profesional valiéndose de su posición de fuerza, de un contexto propicio o de las desigualdades existentes con otros agentes de su entorno. Partiendo de este punto de vista, ¿quién forma la casta en la educación? O, mejor dicho, ¿qué materias forman la "casta curricular" de nuestro sistema educativo?

Una cosa está clara: no es casta la educación musical, una de las principales víctimas de la nueva ley educativa. Tampoco parece que sea casta la educación visual y plástica ni, en general, las disciplinas artísticas, eternas olvidadas de los planes de estudios de la gran mayoría de nuestros centros. Las ciencias sociales, antaño clase media-alta, parece que están perdiendo su "poder adquisitivo" y viéndose relegadas a jugar un papel secundario en la formación de nuestro alumnado. 

Por contra, las áreas de ciencias y de lenguas, especialmente el inglés en los últimos tiempos, ocupan horas y horas lectivas en todas las etapas educativas. Lo del inglés con el auge de los proyectos de centro bilingües está siendo de escándalo. Uno tiene la sensación de que muchos centros educativos quieren "subirse a la ola" del bilingüismo y, quizá en algunas ocasiones de prisa y corriendo, han otorgado una presencia predominante a este ámbito curricular que se le está negando a las disciplinas artísticas en sus diversas manifestaciones: teatro, literatura o música, por poner algunos ejemplos. 

Por otro lado está la casta de los profesores que mandan "deberes". Una casta alimentada por algunos padres y docentes, supuestamente, para mejorar las competencias de nuestros hijos y alumnos. Si no mandas deberes no perteneces a esa casta de profesores exigentes que demanda nuestra sociedad hipercompetitiva. Fuera de la casta, algo desprestigiados, tildados como frikis o progres, están los profesores que prefieren exprimir el tiempo en el aula y que entienden que no son necesarias tareas repetitivas o simplemente memorísticas. Profesores que prefieren avanzar por otras áreas o materias fuera de la “casta curricular”.

También tenemos la casta de los que alumnos que buscan sólo aprobar. Una casta que el sistema ha perpetuado y acrecentado con el paso del tiempo. Un sistema educativo que sigue “haciendo casta” al priorizar el aprobado y los títulos sobre el placer de aprender. Aquello de “aprobar no es aprender” parece no haber calado lo suficiente entre unos docentes que no han sabido transformar el aprendizaje-enseñanza bulímico. Revolucionar la educación exige minimizar esta casta de los buscadores de aprobados.

Por último, se está conformando la casta de los docentes frikis y enredados que pululan por blogs y otras redes sociales, mayoritariamente en Twitter. Una casta en evolución permanente y que parece haber llegado para compartir y visibilizar su trabajo en el aula. Una casta que apuesta por una enseñanza a través de diferentes metodologías. Una casta a la que se accede por contagio del entusiasmo de sus miembros.  Y tú, ¿de qué casta formas parte?


P.S. Artículo escrito conjuntamente con Ramón Paraíso que también podrás encontrar en su blog "De vuelta". Date una vuelta por su blog, no lo dudes... 

Fuente imagen: Pilar B. 

4,9 ¿APRUEBAS O SUSPENDES?

lunes, 27 de octubre de 2014
Un 4,9 puede suponer, según el criterio del profesor, un aprobado o un suspenso. Todo ello lo determinan nuestros criterios de evaluación. Unos criterios que pueden ser más o menos estrictos, según quien los mire. Para unos, hay que marcar una línea objetiva y precisa para aprobar o suspender; mientras que para otros, esa línea es algo más difusa e incluso se puede alterar según otros criterios.

evaluacion aprobar suspender innovacion
Pero, antes de fijar esos criterios de evaluación, ¿tenemos en cuenta la función pedagógica de la evaluación? ¿o evaluamos para simplemente clasificar y seleccionar a los alumnos? Esta evaluación que cataloga alumnos, que separa a unos de otros, puede resultar una trampa para el alumno y para el profesor. Una trampa sin salida donde el alumno sólo desee aprobar al precio que sea, engañando y aprovechándose de un sistema rígido y repetitivo. Una trampa para el docente, que limita su forma de enseñar en función de una serie de pruebas escritas u orales.

Si no innovamos en la evaluación, nuestra práctica educativa está viciada de origen. No podemos seguir evaluando únicamente a través de pruebas donde el alumno es capaz de aprobar copiando las respuestas. La evaluación, además de innovadora, debe tener una función pedagógica que permita al alumno mejorar su aprendizaje. Si no adoptamos otras medidas evaluadoras, un 4,9 no es un dato suficiente para regular el aprendizaje del discente. 

Creo en una evaluación que se sirva de diversos instrumentos. Una evaluación flexible que tenga como objetivo descubrir las capacidades y los obstáculos a los que se enfrenta el alumno. Una evaluación exigente pero adaptada a cada alumno. Una evaluación que no se obsesione en las puntuaciones y que refleje el esfuerzo y su evolución, más que unos conocimientos dados en un instante determinado. 

Pese a lo ingrata que suele ser la tarea evaluadora, la experiencia docente también nos da el socorrido recurso de la intuición; ese "ojímetro" que nos permite saber como evoluciona el alumno en relación a su proceso de aprendizaje. Esa intuición, junto a la coevaluación entre alumnos o la propia autoevaluación, son instrumentos no demasiado utilizados. Por no hablar de la escasez de pruebas evaluadoras significativas o cercanas a la realidad del alumno. 

Entonces, ¿aprobamos con un 4,9? Pues depende. Depende del momento de la evaluación, de la evolución del alumno, de otras pruebas de valoración, de sus circunstancias personales, de su motivación, de su esfuerzo, etc. 

Lo que me parece evidente, es que una calificación numérica o una media aritmética, a través de un boletín de notas, no regula en modo alguno el proceso de aprendizaje del alumno si no hay detrás una valoración cualitativa y personalizada. La necesidad de un feedback alumno-profesor, pese al exceso de alumnos por aula, es imprescindible para realizar una evaluación que valore realmente al alumno en su globalidad. 

photo credit: Kaptain Kobold via photopin cc

¿PROFESORES AUTÉNTICOS Y CREATIVOS?

jueves, 23 de octubre de 2014
Dándole vueltas de nuevo al tema de la creatividad, me tropecé, en un documental recomendado por mis alumnos, con una frase que venía a decir que la creatividad se produce cuando somos auténticos; que la creatividad no es cualquier experimento que se sale de lo convencional.

profesores creativos autenticos
Enlazando este proceso creativo con nuestro desarrollo profesional, encontramos un paralelismo con los individuos que actúan de una forma en su entorno personal y de otra muy distinta en su entorno laboral. ¿No conlleva eso una pérdida de creatividad? En el mundo educativo es manifiesta esa diferente actuación; ¿o no hacemos un papel cuando ejercemos como docentes?

Parece que la docencia obliga por definición a situarse frente a los alumnos. Parece que somos un enemigo a batir o a soportar. Parece que tenemos la razón en casi todo. Parece que somos los únicos en el aula con responsabilidad o con tareas y preocupaciones pendientes. Parece que estamos obligados a guardar una compostura o una fachada a la que renunciamos cuando escapamos del aula o del centro educativo. Parece que somos guardianes de la disciplina a tiempo completo. O al menos, debemos parecerlo.

No entiendo por qué las relaciones con el alumno no son más naturales, ¿por qué no apelamos más a los sentimientos? ¿por qué no podemos mostrarnos tal y como somos con amigos y familiares? Si echamos marcha atrás, y tratamos de recordar aquel profesor memorable que tuvimos, seguro que éste destacaría por su buen trato dentro y fuera del aula; no por sus vastos conocimientos o su rectitud.

Siendo naturales podemos disfrutar en el aula. Tenemos la posibilidad de crear un ambiente propicio a la curiosidad y a las propuestas del alumno. Es más sencillo empatizar y conectar con la clase al no sentirnos obligados a marcar nuestra autoridad. Siendo auténticos somos más respetados y, sobre todo, sentir el aprecio del alumno por nuestra persona o nuestras clases. La autenticidad nos permite esquivar las programaciones, darle cabida a lo que no parece importante pero que es vital en la educación.

Dejar de lado ese papel impuesto de profesor y abandonar esa impostura heredada, es un paso imprescindible para cambiar nuestra educación. Entrar en el aula tal y como somos, nos facilita el trabajo diario. Entrar cada día con el disfraz de profesor sólo lleva a que tú y tus alumnos estéis deseando finalizar la jornada escolar. 

"No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo." El Principito.

photo credit: PhotKing ♛ via photopin cc

APLICACIONES PARA EDITAR IMÁGENES Y VÍDEOS EN CLASE

martes, 21 de octubre de 2014
Que la imagen es algo que atrae a los alumnos es evidente. Tan sólo hace falta ver el crecimiento de redes sociales como Instagram, donde podemos encontrar todo tipo de fotografías: personales, corporativas, profesionales...

Ahora bien, ¿qué partido podemos sacar al uso de las imágenes o vídeos tomados por los alumnos o buscados en Internet? Disponemos de muchas herramientas con las que editar y crear composiciones personales donde la creatividad es prácticamente el único límite. Os dejo con algunas de estas aplicaciones que hemos ido probando en clase con buenos resultados:

  • Con Fotor disponemos de un editor online de imágenes desde donde podemos modificar nuestras fotos, insertar textos, crear collages originales o tarjetas, e incluso crear un cover personalizado para nuestras redes sociales. No requiere registro y podemos guardar y compartir en nuestras redes sociales. Es necesario un navegador con Flash. 
Hecho con FOTOR
  • Si queremos utilizar el móvil o la tableta, tenemos la app Photogrid (en Android o iOS). Con ella podemos también crear collages (cuadrículas), montar una presentación  (diapositiva), o crear una tira de fotos (película). Muy sencilla de usar.
  • Para la edición de vídeo tenemos la app Magisto  que nos permite desde el móvil crear una película con nuestros vídeos o fotos. Sólo tenemos que elegir un tema para el diseño y una música de fondo. De un modo muy vistoso crea automáticamente una película.
  • Disponemos también un editor para PC o dispositivos móviles con Animoto. Esta aplicación nos da más libertad que la anterior y podemos seleccionar y montar nuestros vídeos e imágenes. La única pega es que su versión gratuita sólo nos permite componer películas de 30 segundos. 
  • Un editor online de vídeos más complejo, en inglés, lo tenemos con Memplai. De manejo sencillo y totalmente gratuito. Nos permite exportar y compartir nuestros vídeos sin apenas restricciones. 
  • Por último, si queremos imprimir nuestras fotos para decorar el aula o nuestra escuela, tenemos la opción de Posterazor. Con esta aplicación, con una impresora normal, podemos imprimir vistosos carteles. Ver tutorial al respecto En la nube TIC.

LOS PEORES ALUMNOS: LOS PROFESORES

martes, 14 de octubre de 2014
Que los profesores, por norma, no somos alumnos modelo podría ser una ley natural. Mi relativa experiencia como formador de formadores o como alumno en cursos dirigidos a docentes, me lleva a esta conclusión.

No es extraño escuchar críticas desmedidas hacia un colega que imparte un curso con más o menos acierto. Tampoco es complicado encontrarse profesores que como alumnos no guardan atención, charlan, utilizan móviles o salen del aula; conductas que nosotros solemos prohibir durante las clases. Sin hablar de la falta de puntualidad o preparación de los "deberes" por parte del profe-alumno. La congruencia en estos casos no es nuestro fuerte.

Al hilo de un post de Jordi Martí, "Una semana como alumno de la ESO", podemos reflexionar sobre si "aguantaríamos" una jornada escolar como alumnos dentro de un aula. Personalmente, me resultaría difícil aguantar el ritmo habitual de un aula, de nuestra enseñanza reglada, durante seis horas seguidas y cinco días a la semana. ¿Qué tal lo sobrellevarías tú?

Comenzar a empatizar con el alumno puede ser un buen punto de partida para mejorar como docentes. No es imprescindible abusar de nuestra situación de poder en el aula; se puede enseñar reconociendo que no lo sabemos todo y que incluso fallamos... Me parece, en el caso de los docentes, que sí es la intención lo que cuenta, aún más que todo el saber que podamos acumular. Tenemos mucha más responsabilidad y trascendencia de la que creemos.

Los docentes podemos ser malos alumnos, ya que nos formamos en contadas ocasiones, pero no nos podemos permitir ser malos profesores. Malos en el sentido de que el alumno esté deseando acabar la clase, que mire al reloj constantemente y que suspire cada vez que le toca sufrirnos en clase. La experiencia del aprendizaje no tiene por qué ser fastidiosa. Podemos aprender en un clima gratificante y exigente al mismo tiempo. Podemos ser una referencia de confianza y una figura que invite al alumno a seguir aprendiendo.

Eso sí, la próxima vez que te toque ser alumno, apiádate de tu profesor... ;)

photo credit: 3:19 via photopin cc

DOCENTES Y VOCACIÓN SUPUESTA

sábado, 11 de octubre de 2014
Al finalizar el servicio militar obligatorio, los mandos, calificaban en una cartilla el valor de los reclutas. Evaluaban con SS si éstos no habían entrado en combate. Es decir, el valor se le suponía. En el caso de los docentes, si tuviéramos que ser calificados en relación a nuestra vocación, al finalizar nuestra carrera profesional, podrían aparecer muchos casos con este SS.

vocación docente profesores
Algunos profesores acceden a la docencia por casualidad, y siguen enseñando porque es una profesión que, bien llevada, significa una elevada autorealización. Curiosamente, en mi caso, me inicié en la docencia durante el servicio militar obligatorio, la dichosa mili. Un inicio que, por desastroso, pudo haberme alejado por completo del mundo educativo. Además, no tuve la "suerte" de demostrar mi coraje...

El problema, para los alumnos, aparece si el profesor no tiene vocación o, al menos, un compromiso con ellos. No es imprescindible una vocación inicial o heredada para ser un buen profesor. Pero, si queremos dejar una mínima huella en nuestros alumnos, es necesaria mucha (pre)ocupación por el alumno; no desentenderse de sus problemas o dificultades; enseñar y aprender con ellos disfrutando los momentos dentro y fuera del aula. Para ello, algo de formación pedagógica y mucha supuesta vocación serían milagrosas en las aulas.

El prototipo de enseñanza cuartelaria no es algo difícil de encontrar. Alumnos que identifican al profesor como su enemigo. Profesores que solventan todo con disciplina y sanciones. Aulas donde debe reinar el silencio y no se permiten salidas de tono. Sigo sin entender un modelo educativo donde el alumno está deseando finalizar la jornada académica. En estos casos, la iniciativa y las ganas de aprender suelen brillar por su ausencia.

Al final, las horas de preparación de clases, el aumento de número de alumnos, la diversidad del aula o los cambios tecnológicos, se pueden superar con esta vocación supuesta o cierta.

photo credit: The Adventures of Kristin & Adam via photopin cc

CÓMO MEJORAR LA WIFI DE UN CENTRO EDUCATIVO

viernes, 10 de octubre de 2014
¡Qué gran pregunta! La conectividad a Internet en los centros educativos es hoy, o al menos debiera ser una cuestión prioritaria si queremos llevar a cabo metodologías activas. El problema surge cuando las compañías de telefonía no ofrecen la infraestructura ni el asesoramiento suficiente para hacer frente a cientos de alumnos y decenas de aulas conectadas a Internet. 
wifi educación colegios internet

Ante los cortes constantes o velocidades de descarga del siglo pasado, sólo nos queda armarnos de paciencia y buscar la comprensión del alumnado y de los profesores afectados. Paradójicamente, pese al acelerado avance tecnológico, las conexiones siguen igual de deficientes que hace unos años. Incluso estamos aún peor; hay una altísima demanda de conectividad a causa de los dispositivos móviles de alumnos y docentes. El BYOD en las aulas, sin una buena conexión, es una quimera.

En el sector de las telecomunicaciones, el oligopolio español no se preocupa mucho por una necesidad más que básica hoy en día en el mundo educativo. Parece que el negocio radica en el sector editorial o en la formación del profesorado, y no en unas pocas líneas "docentes". Estas grandes compañías no se dan cuenta de la lamentable imagen que proyectan a través de sus insuficientes infraestructuras para los centros educativos. Suministran conectividad, más o menos rápida, pero su asesoramiento es deficiente. 

Ante esto no nos queda otra cosa que el ingenio y la racionalización de las redes de la escuela. Os dejo con una serie de soluciones que pueden aliviar, en mayor o menor medida, la lentitud o cortes de la conexión a Internet:
  • Selecciona el canal wifi óptimo para evitar cortes. Debes acceder a tu router para este cambio, después de haber analizado las redes wifi mediante una aplicación: Leer artículo PCactual. Otro artículo algo más denso y técnico en hackplayers.com si tenemos varias líneas en el mismo centro.
  • Tipo de cifrado de seguridad: se recomienda WPA2-AES
  • Actualiza el firmware de tu router. Solicítalo al servicio técnico de tu compañía telefónica o accede al router para comprobar si puedes actualizarlo por tu cuenta. 
  • Limita al máximo en número de dispositivos que acceden a la wifi del centro. Cambia habitualmente las contraseñas y conecta a Internet los dispositivos por cable de red cuando sea posible. 
  • Controla las subidas, no sólo las bajadas, a través de P2P y desactiva las copias de seguridad automática de los dispositivos móviles (smartphones y tabletas). Pueden saturar la conexión. 
  • Protege tu wifi con unas medidas básicas de seguridad: Artículo de la Oficina de Seguridad del Internauta.
Si eres afortunado puede que mejore en algo la conectividad de tu escuela. Seguiremos cada día cruzando los dedos... 

photo credit: dullhunk via photopin cc

CÓMO SER CREATIVOS EN FORMACIÓN PROFESIONAL

jueves, 2 de octubre de 2014
Podríamos comenzar preguntándonos: ¿trabajamos la creatividad en nuestras clases? ¿nos salimos de lo habitual a la hora de programar e impartir nuestros módulos? ¿logramos que nuestros alumnos experimenten y no pierdan la curiosidad?

La Formación Profesional corre el peligro de ser una mera continuación de la educación secundaria; libros y un temario más o menos teórico con una evaluación predominantemente memorística. Muy alejado de lo que persigue la FP: preparar profesionales para puestos de trabajo actuales o que están por inventar. Tan sólo hace falta echar un vistazo por las supuestas ocupaciones digitales que se crearán en el futurohttp://www.adigital.org/noticias/expansion-publica-un-reportaje-sobre-el-vademecum-de-profesiones-digitales-elaborado-por

La Formación Profesional es una etapa ideal para plantear problemas o retos a los que darles solución de un modo creativo. Podemos trabajar cualquier competencia profesional desde la creatividad a través de medidas insólitas. La creatividad es un buen medio para descubrir los talentos individuales y, sobre todo, cultivarlos. Porque todas las competencias profesionales más demandadas por las empresas: comportamiento ético, iniciativa, motivación por el desarrollo individual, gestión del cambio, inteligencia emocional, conciliación, gestión de la diversidad y comunicación 2.0; pueden ser trabajadas desde la creatividad (ver estudio de Nebrija Business School).

Pero, ¿cómo trabajar la creatividad en el aula? ¿qué herramientas tenemos a nuestra disposición? Supongo que no hay varitas mágicas ni una fórmula perfecta para una metodología eminentemente creativa. Lo que si puedo asegurar es que necesitamos reflexionar mucho más sobre nuestra práctica docente diaria. No se trata de eliminar de un plumazo nuestra metodología habitual, pero si podemos comenzar a pensar en nuevos medios que trabajen el ingenio; medios, más o menos innovadores, que supongan que el alumno sea el protagonista de su aprendizaje. Un alumno que se busque la vida, autónomo, crítico y que tome sus propias decisiones sin estar constantemente dirigido o mediatizado por el profesor.

La tecnología nos ofrece más herramientas que nunca. Existen aplicaciones, disponibles en múltiples plataformas o sistemas operativos, que permiten al alumno aprender de forma activa. Unos alumnos que deben trabajar en equipo para crear, editar, presentar, compartir y colaborar en proyectos diseñados a tal efecto. Sólo con los recursos disponibles en la web En la nube TIC tenemos de sobra para comenzar. 

También tenemos a nuestra disposición múltiples recursos y materiales que nos pueden ayudar a cambiar el enfoque en nuestras aulas. Visita los canales en YouTube de TED-Ed o estas TED Talk sobre la reinvención de la educación

Todo se reduce a pensar en cómo solventar problemas propios o comunes en toda profesión. Pararse a reflexionar en otra forma de hacer las cosas; sorprender al alumno para que despierte del aletargamiento inducido por el sistema educativo. 

photo credit: AlicePopkorn via photopin cc
Con la tecnología de Blogger.

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