Pese al cierto desánimo que se palpa entre los profesionales de la docencia, al menos esa mi impresión, nuestra ocupación tiene más satisfacciones que sinsabores. Nos gusta mucho compararnos con otros empleos donde existe una carrera profesional, con otros compañeros con mejores condiciones, con trabajadores con mejores sueldos o con esos emprendedores supuestamente acaudalados. Sin embargo, en pocas profesiones tenemos la suerte de conocer cada año a nuevos alumnos; jóvenes distintos que en mayor o menor medida están dispuestos a escucharte; personas en las que tal vez puedas influir para bien a través del conocimiento y enseñanzas diarias.
Trabajar como docente sin motivos, al igual que en cualquier otra profesión, es una agonía; que en nuestro caso tristemente sufren otros: los alumnos. Y motivos para intentar hacer un buen trabajo tenemos de sobra; pese a la inacción habitual de la administración, la deriva de las leyes educativas o esos negocios paralelos que contaminan la enseñanza. Los días con alumnos complicados, conflictos con los colegas, acumulación de tareas, agotamiento mental... están asegurados. Pero, ¿estarías mejor en una oficina bancaria, una tienda de ropa, un hospital, un taller, un restaurante...? Mi respuesta la tengo clara. Y no es por menospreciar esas u otras ocupaciones. Ni tampoco por idealizar las vocaciones ni sumarme al carro de un mundo de fantasía donde solo vale el salario emocional.
Hoy es uno de esos días en los que me acuesto feliz. Despido a una promoción de estudiantes de FP que están a punto de comenzar su Formación en Centros de Trabajo (FCT) y que seguro demostrarán su valía personal y conocimientos adquiridos en estos largos meses con pandemia incluida. Un grupo de jóvenes que espero mejoren a nuestra generación tanto a nivel de competencias como de cualidades personales. Chicos y chicas que seguirán estudiando o se emplearán buscándose la vida en un mundo laboral con demasiadas incertidumbres y no pocos escollos.
Os dejo con las líneas que les he dedicado y que quiero compartir con vosotros (además de la foto con el magnífico y antiestético chandal con el que me han obsequiado):
Estimados alumnos:
Cada cierto tiempo aparece uno de esos grupos que, por distintas razones, dejan su impronta. Todos vosotros formáis parte de uno de ellos, habiendo tenido además la fortuna de tutorizaros. Vuestra clase tiene además el dudoso honor de haber padecido una pandemia durante los dos cursos que abarca el ciclo formativo. Comenzasteis el primer año con clases semipresenciales y todo el barullo que eso significaba; con una clase partida en dos y trabajando desde casa la mitad de los días lectivos. Días de clase presencial que os perdisteis y luego habéis sabido valorar este último curso.
Pese a cada uno de vosotros sois completamente distintos: por edades, aficiones, estudios o carácter; habéis sabido llevaros bien. ¡Qué importante es esto en cualquier trabajo! Algún desencuentro ha sido inevitable, pero en líneas generales habéis demostrado ser de muy buena pasta; cada uno con sus inquietudes, dificultades o problemas personales. Sin embargo, la alegría no ha faltado ningún día; a pesar de los contagios, los confinamientos, las ausencias o el agotamiento mental que en algún momento todos padecemos. Más todavía en estos tiempos extraños.
Todas esas vicisitudes quedarán seguramente en el olvido. Pero llegará ese día (lejano, espero) que contéis a vuestra descendencia las mil y una películas que tuvimos que sufrir en el aula y en las calles. Y con buen talante, la verdad. Hemos tenido casi dos años de pausa vital, pero sois muy jóvenes todavía y está (casi)todo por hacer. Tenéis tiempo para seguir buscando ese camino que apenas podéis ahora vislumbrar con tantas incertidumbres o cortapisas. Pero no soy quién para daros consejos. Tan solo animaros a viajar, leer, ver cine (no solo de Netflix) y salir de casa con amigos y gente que valga la pena. Bastante os habéis encerrado ya. Disfrutad de todo ello y además trabajad con buena cara allí donde vayáis. No os apalanquéis a la queja, tened iniciativa y cumplid; que no os puedan decir lo contrario. Preguntad siempre que haga falta y haced el esfuerzo de comunicaros, ser expresivos; en cualquier entorno. Sois jóvenes, pero no insensatos ni de segunda categoría. Demostrad todo lo que valéis y aquello en lo que brilláis. Cada uno sois diferentes y las comparaciones suelen ser malas compañeras. Pese a que os encasillen en alguna generación.
Trabajaréis muchas horas en sitios buenos y menos buenos. Y no todo estará en vuestra mano. Sin embargo, destacad por la ilusión y buscad motivos para seguir aprendiendo y estimulando vuestras inquietudes: idiomas, música, arte, moda, literatura, deportes… Todo ello también se traspasa luego al ámbito profesional. Dejad de lado la pantallita esa que nos roba el tiempo mientras nos idiotiza con la vida aparente de los demás. El afecto y el contacto físico es lo que más vale. Aunque a algunos nos cueste más o menos exteriorizar sentimientos o disimular disgustos.
Andrea: tu constancia y esfuerzo superan a esa timidez forzada por las circunstancias. Aún podrás demostrar mucho más tu valía con la amabilidad y constancia que te caracteriza.Jesús M.: encontrarás tu sitio, seguro. Tienes muchos años por delante para encaminarte a tus inquietudes personales mientras te formas y ganas la vida. Lo conseguirás.
Sergio: tus experiencias vitales junto a tu formación, además de tu autonomía, te ayudarán mucho a encontrar ese lugar que a lo mejor aún no sueñas. Llegará, seguro.
Paula: continúa estudiando mucho y aprovecha las posibilidades que la vida te da. Ya sabes que tienes mucho recorrido y cosas por hacer. Está en tus manos demostrarlo.
Alejandro R.: eres un tipo despierto e inquieto. Continúa así, no pierdas esas ganas de hacer, aprender e investigar.
Jesús C.: poco tengo que decirte que no sepas ya. Tienes muchas virtudes (y no solo por ser andaluz…). Has llegado tarde, pero a tiempo, para aportar esa positividad, experiencia y conocimientos allí donde trabajes como técnico superior.
Lucía S.: la primera impresión (y a veces la segunda) resaltan una personalidad exigente que se observa luego en un trabajo diario bien hecho. Exhibe más esa maravillosa sonrisa que esconde la mascarilla y que se escapa por tus ojos.
Enrique: ya son muchos años viéndote progresar y sigues sorprendiéndome por tu inteligencia. Eres un tipo estupendo y bondadoso. Eso sí, no te dejes llevar por las fake news… y lee más todavía para tener respuesta a tus inquietudes.
Carla B.: tu genio está a la par de tu buen gusto. Siempre me han gustado tus formas, estética y la dedicación que has puesto en cada trabajo. Ya sabrás que dejé de tenerte manía hace mucho tiempo… para pasar a ser una alumna ideal.
María: ¡cuánto me alegro que hayas superado todos los baches de estos dos años! Sigue segura de ti misma, que has logrado mucho pese a todo y gracias a tu esfuerzo.
Adrián: además de fenómeno del baloncesto (tendrás ahora que ver las repeticiones de la NBA por la noche) eres un tipo genial y divertido. Sabes lo que es trabajar y con tu buen carácter te harás un hueco donde vayas. No pierdas ese buen carácter.
Ethan: ya sabes que eres un hombre desaprovechado. Algún día seguro sabrás exprimir tus capacidades y cambiarás de marcha. Tu fina ironía demuestra esa inteligencia. Espero que te sirvan estos dos últimos cursos para enfocar tu vida y seguir siendo ese chaval majo y “despierto”. Gracias por tu buen talante con todo.
Sara: me has dado una alegría con tu vuelta a la lectura a cambio de menos smartphone… Eres despierta y lista, además de siempre bien peinada. Seguro que encajarás donde vayas porque eres resuelta y risueña a partes iguales. Estaré bien informado de tus progresos…
Carla G.: eres una chica super válida, aunque no siempre lo veas. Tan solo te falta creértelo más. Los idiomas u otros conocimientos los vamos adquiriendo durante toda la carrera profesional, pero tu simpatía y buen trato es algo innato que seguro te hará la vida laboral y personal más fácil a ti y a los que tengan la suerte de estar a tu vera.
Emely: la reina de LinkedIn. Con tu formación y recursos personales no te van a faltar oportunidades. No tengas miedo a equivocarte y toma decisiones. Casi siempre se pueden enmendar. Encontrarás tu hueco, aunque los plazos, a nivel profesional, sean más largos de lo que deseamos.
Alejandro C.: eres de pocas palabras, pero eres un tipo reflexivo, al que tal vez no haya sabido yo llegar. No pierdas la ilusión y sigue creciendo académicamente. Tú puedes.
Carlos: además de yerno ideal, eres un trabajador que cumple y desbordas creatividad. Poco tienes que pulir, más allá de seguir estudiando todo lo que puedas. Lograrás lo que te propongas. Eres un chico encantador.
Yolanda: además de “charraora” eres super trabajadora. Tu constancia y carácter seguro que te ayudan mucho donde vayas. No seas conformista y sigue creciendo a nivel de estudios y profesionalmente. No te pongas límites.
Victoria: manchega y pese a esa timidez que se asoma en tu mirada, aprovecha ese carácter que sacas puntualmente para demostrar tus capacidades. Tienes muchas cualidades, pero no las escondas tanto. Demuéstralas, no te cortes.
Perdonad por mi brevedad para con cada uno de vosotros. Mi intención es daros algo de aliento para esas prácticas que ahora comienzan y ese futuro incierto que algunos teméis. No obstante, aquí sigo en la escuela para todo aquello que podáis necesitar; al igual que el resto de profesores que han tenido el gusto de trabajar con vosotros durante estos últimos meses. Espero que recordéis durante mucho tiempo esta etapa de vuestras vidas; que conservéis el contacto entre vosotros y que os acordéis de esa melodía que sonaba en los descansos, las corrientes de aire helado en el aula, los memes de ese malagueño, las manías de cada profesor, las “entretenidas” tareas del classroom, las películas francesas y las conversaciones tenidas con y sin mascarilla.
Suerte con todo. Un fuerte abrazo.
Óscar B.
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