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EDTECH, FP Y MUCHO POR SEMBRAR

martes, 25 de febrero de 2025

 

edtech fp

 

La tecnología educativa o esas TIC, cuyo término parece caer en desuso gracias al anglicismo de turno, están últimamente muy en entredicho. Quizás, bajo mi punto de vista, en los discursos pro o contra la tecnología educativa, metemos erróneamente en el mismo saco a todas las etapas educativas; así como buscamos confirmar nuestras inclinaciones con datos o experiencias particulares. ¿Dónde está el equilibrio o la perfecta adecuación del uso de la tecnología en la educación? ¿En la formación profesional tenemos una realidad diferente respecto a la digitalización?

 

En el último EdTech Congress de Barcelona, hemos contado con discursos distintos en cuanto al modo de incluir la tecnología y la creciente digitalización en el mundo educativo. A pesar de ser un encuentro donde la parte comercial tiene un lugar importante, no ha faltado crítica entre los entusiastas de la tecnologización. Evidentemente, el crecimiento vertiginoso del mercado edtech, impulsa la adopción de nuevas tecnologías a las aulas tanto en el sector público como privado, ya sea a través del interés que provocan las empresas ofertantes como por las necesidades que se estimulan a los centros educativos, administraciones y sus directivos. Nadie quiere quedarse atrás. 

 

Pese a que han pasado más de cuarenta años desde los primeros ordenadores en las escuelas, o de ese internet a pedales de los años 90 del siglo pasado; seguimos con el método prueba y error a la hora de introducir la tecnología en el aula. Tengo la sensación de dar bandazos permanentemente. Miro de reojo con añoranza aquellos proyectos que, como Fernando Trujillo mencionaba en su presentación durante este congreso, nos llevaban a pensar en una educación donde los docentes compartíamos libremente recursos y experiencias sobre el uso de las TIC en el aula (EducaconTIC, Evaluacción...) y que ahora han pasado a mejor vida. La ilusión de entonces, algo más de andar por casa, se manifestaba con muchas horas trasteando, diseñando y compartiendo actividades que creíamos útiles para enganchar a un alumnado no demasiado interesado en la dinámica escolar. Ya no nos queda ni Twitter.


Ahora, tanto los solucionistas como los tecnófobos encuentran algún estudio que ratifique sus tesis. Como mencionaba María del Mar Sánchez, hay investigaciones con resultados dudosos que necesitan ser contrastadas. Leo con atención la lectura que recomienda ( "Sentado en el andén" de Francisco Martínez Sánchez), y, pese a los años transcurridos desde su redacción, parece que seguimos esperando tomar ese tren que nos lleve a un sitio donde podamos enseñar mejor con la ayuda de la tecnología y contando con la didáctica que la investigación educativa nos ofrece. La idea, entiendo y comparto, es no seguir haciendo lo mismo con cada avance tecnológico que adoptamos. Como comentaba Laura Morera, el feedback inmediato, la práctica deliberada, la repetición espaciada o el cribaje de problemas de aprendizaje, deben ser contemplados en el aprendizaje. Con y sin tecnología. El papel y la pantalla no debieran estar reñidos.

 

Pensamiento crítico, ética, inclusión, creatividad... todos estos términos, mencionados hasta la saciedad, caen en saco roto cuando solo se contemplan como parte de una guía o plantilla de cualquier presentación vendible. ¿Y eso cómo se come? Seguimos, a mi parecer, lejos de saber introducir la tecnología de un modo que nos facilite el trabajo y, al mismo tiempo, suponga un mayor aprendizaje del alumnado. Indudablemente, hemos incorporado muchas herramientas al aula que ayudan a gestionar el trabajo del estudiante, la publicación de materiales o mantener una comunicación efectiva. ¿Aprenden ahora más? ¿Lo hemos medido? ¿O tienen peor nivel como algunos proclaman? Probablemente, no tenemos tiempo en los centros educativos para tanta cuestión trascendente. La vorágine diaria lleva tiempo robándonos momentos para leer, conversar y aprender sobre todas estas cuestiones.

 

Neil Selwyn, con una postura crítica hacia las tecnologías digitales, insiste en las deficiencias de una tecnología que no mejora el aprendizaje de todos, que supone más trabajo para el docente, que no es equitativa, que incrementa la estandarización, que provoca discriminación, es contaminante y nos lleva a una pedagogía del control. Menudo panorama. Selwyn aboga por una crítica constructiva de la EdTech. Ahora más que nunca, con la introducción formal o informal de la inteligencia artificial en las escuelas, es necesario replantearse todos estos puntos críticos contando con los valores que deseamos trasladar como educadores. Y no es solo cuestión de prohibir. 


Si nos centramos en la formación profesional, no cabe duda de que las tecnologías digitales son un aspecto vital de los futuros profesionales que estamos formando. Un profesional con talento, como así aseguraba Jorge Arévalo, debe crecer en siete parcelas: humana, cultural, científica, tecnológico digital, profesional, transversal y ecológica sostenible. Al igual que ocurre con el nuevo sistema de FP, que está ahora iniciándose, deberíamos transformar y sustituir nuestras prácticas docentes con ayuda de la tecnología educativa; tanto para dotar de las competencias digitales técnicas necesarias en cada sector, como para que nuestros alumnos aprendan y sepan hacer lo que les demandará su trabajo futuro. Y para ello hace falta una estrategia, un horizonte a largo plazo, y menos ocurrencias sin un estudio previo y trabajo en equipo.

 

En mi opinión, como así comentamos en una mesa redonda sobre la FP, con Santiago García, Laura Ríos, Miriam Salvador y Jorge Arévalo, es fundamental contar con la tecnología para facilitar la prospección de empresas que participan en la formación dual del alumnado, mejorar la evaluación y, además, tener en cuenta esas competencias pedagógicas que, el popular (que no prestigioso) Marco de Referencia de la Competencia Digital Docente, nos marca como fundamentales. Una lástima el poco recorrido y la titulitis en la que ha desembocado este marco. Dotar de la tecnología adecuada a las aulas y formar al profesorado a nivel técnico y didáctico es una tarea fundamental que requiere algo más que los parches o las modas del momento.

 

En definitiva, bien sabemos que la tecnología no va a solucionar el clima que hay en el aula o las características psicosociales que nos encontramos en el día a día. Que no hay mejor recurso que una menor ratio. Aún así, estamos obligados a educar a los alumnos en el uso de una tecnología que se ha hecho omnipresente y que solo puede ser limitada físicamente en edades tempranas. Tenemos el deber de formarnos en cómo funciona esa IA que ahora todo lo ocupa y articular estrategias donde haya momentos de desconexión y aprendizaje analógico junto a aquellas herramientas digitales que nos pueden facilitar ciertos tipos de tareas; es necesario contar con los riesgos de una IA en crecimiento que, a su vez, puede deteriorar nuestras habilidades cognitivas. 

 

Más allá de los habituales problemas de plagio por parte del alumnado, a la mayoría nos gustaría tener a estudiantes interesados por aprender, curiosos por conocer. Todos deseamos un alumno o alumna donde los valores del respeto, la tolerancia o la cortesía sean lo habitual en su comportamiento. Los robots o la IA dudo que puedan hacer mucho al respecto. Somos los docentes los que podemos dejar alguna que otra simiente para que, luego, con la ayuda de esas nuevas tecnologías, sean ellos lo que se conecten con otras personas y realidades distintas, desarrollen nuevos conocimientos, creen y compartan contenidos valiosos y distingan aquello que vale la pena. Nos va a costar separar el trigo de la cizaña. 


Foto de Phil Hearing en Unsplash

CONSEJOS PARA LA GESTIÓN PROFESIONAL DEL E-MAIL

miércoles, 22 de enero de 2025

 


 

A nivel profesional el buzón de entrada del correo electrónico requiere una gestión óptima. Por mucha inteligencia artificial generativa que dispongamos al final es la voluntad de querer hacer bien las cosas lo que marca la diferencia. La IA facilita la respuesta a los correos, sugiriendo respuestas o resumiendo un correo recibido o buscando información en correos anteriores (Google ofrece estas opciones en Gmail con los planes de pago). Sin embargo, profesionalmente, en cuanto te diriges a un posible proveedor o cliente, es fácil encontrar correos sin respuesta ante una solicitud de información o una dejadez en la contestación requerida. 

 

Me parece importante, de cara al futuro laboral de nuestros estudiantes de FP, que consideren la conveniencia tanto de responder correctamente a un e-mail como hacerlo en el momento oportuno. En un artículo anterior enumeraba en una infografía algunos consejos sobre cómo enviar un correo electrónico a un profesor o alumno. Ahora, me interesa también que los estudiantes tengan en cuenta que este tipo de comunicaciones pueden ser muy relevantes para la imagen de una empresa y, en consecuencia, para ganar o mantener clientes. Personalmente, desestimo aquellas empresas que no se dignan a dar una respuesta o que lo hacen pasados varios días. 


Nosotros, como docentes, cada vez hacemos más uso del correo como una herramienta de comunicación con el resto del claustro o con las familias. La implantación de plataformas educativas o LMS (Learning Management System) ha reducido el número de comunicaciones directas a través del e-mail. Aunque, si los estudios son presenciales, también conviene educar en el no abuso de las correspondencia electrónica cuando sea posible el trato personal directo. Afortunadamente, la gestión del buzón de entrada es más sencilla y podemos enviar avisos personales o generales a través de estas plataformas (Moodle, Classroom, Teams, etc.). Sin embargo, a nivel profesional nuestro alumnado precisa tener en cuenta tanto la netiqueta en la redacción de correos electrónicos como la gestión eficiente y eficaz a la que antes me refería. 

 

Es fácil cometer errores con la gestión de correos electrónicos, más aún cuando el spam es una práctica habitual que todos sufrimos. Perder algún mensaje u olvidar dar respuesta a alguno recibido no quita que ofrezcamos disculpas o tratemos de solventar el malentendido. La IA seguro que nos ofrece fórmulas para responder cortésmente, pero no está de más personalizar y dar un carácter propio a las comunicaciones. Un exceso de asepsia digital puede ser contraproducente. En los tiempos que corren, la correspondencia suele ceñirse a unas pocas líneas donde nos piden ir al grano; a pesar de que se agradecen los mensajes personales redactados con atención y afecto, sin importar la extensión. ¡Qué tesoro recibir hoy día una carta por correo postal!

 

Espero resulte útil la siguiente infografía al respecto:

 

CONSEJOS EMAIL PROFESIONAL

 

EL (SIN)SENTIDO DE LAS COMPETENCIAS DIGITALES DOCENTES

lunes, 13 de enero de 2025

 

COMPETENCIAS DIGITALES DOCENTES

 

Ser competente digitalmente puede tener distintos significados según a quién preguntemos o según quién sea el sujeto al que deseamos medir. Sin embargo, podríamos coincidir en la definición propuesta hace casi veinte años por el Parlamento Europeo y el Consejo (2006)

 La competencia digital entraña el uso seguro y crítico de las tecnologías de la sociedad de la información (TSI) para el trabajo, el ocio y la comunicación. Se sustenta en las competencias básicas en materia de TIC: el uso de ordenadores para obtener, evaluar, almacenar, producir, presentar e intercambiar información, y comunicarse y participar en redes de colaboración a través de Internet.

En aquellos momento no teníamos a la Inteligencia Artificial mareando, pero ya estaba clara la importancia de la digitalización tanto para el mundo del trabajo como a nivel personal y social. Aunque en 2018 se planteó una nueva definición más compleja:

La competencia digital implica el uso seguro, crítico y responsable de las tecnologías digitales para el aprendizaje, en el trabajo y para la participación en la sociedad, así como la interacción con estas. Incluye la alfabetización en información y datos, la comunicación y la colaboración, la alfabetización mediática, la creación de contenidos digitales (incluida la programación), la seguridad (incluido el bienestar digital y las competencias relacionadas con la ciberseguridad), asuntos relacionados con la propiedad intelectual, la resolución de problemas y el pensamiento crítico.

Aquí ya aparecía el manido "pensamiento crítico" y esa seguridad que ahora tanto nos preocupa en las sociedades democráticas tanto por razones políticas, sociales como económicas. Asimismo, con la puesta en marcha del Marco Europeo de Competencia Digital para la Ciudadanía (DigComp) que publica una primera versión en 2013, arranca una carrera cualificadora que dispone de un último marco publicado en 2022. Todo un trabajo que ha tenido como objetivo principal ayudar a los ciudadanos a involucrarse con confianza, capacidad crítica y seguridad con las tecnologías digitales, ya sean nuevas o emergentes. 

 

El DigComp nos ha ayudado a resaltar la importancia que tiene esa competencia, sea como ciudadanos, trabajadores, docentes o estudiantes. En estos momentos, la crítica (siempre necesaria) hacia las tecnologías digitales parece se extiende en forma de prohibiciones y a través de un conflicto que ya no es solo intergeneracional sino que parece solo cosa de tecnófobos y tecnófilos. Sin duda, parecemos haber perdido el oremus y las competencias digitales han pasado a ser un nuevo requisito que certifica un dudoso nivel que va desde un A1 a un C2 según quien sea la entidad certificadora. Todo sea por no perder unos fondos públicos que no siempre se emplean con juicio.

 

Resumiendo, y perdonad la extensa introducción, el popular DigComp nos ha permitido poner nombre a las necesidades que como profesionales y ciudadanos tenemos a nivel digital. Sin embargo, a nivel educativo, seguimos empeñados en aprender a manejar la última herramienta digital del momento en lugar de adaptar nuestra enseñanza en colaboración con la tecnología. Nos ofuscamos con los fuegos de artificio que la digitalización ofrece o nos contentamos con ese nuevo título que pretende medir con un simple test lo competente que soy.  ¿Dónde queda la mejora de mi docencia?, ¿o el deseo por aprender y adquirir conocimientos valiosos?

 

Como ocurre con todo aquello que la normativa exige, y que es visto como un requisito o impulso profesional, acabamos aburridos y desengañados de un sistema de certificaciones para la galería que nos ocupan demasiado tiempo. No sé si las certificaciones de la competencia digital docente terminarán siendo una oportunidad perdida, pero no resulta probable que hayamos escarmentado con esas fiebres certificadoras que no nos hacen mejores docentes cuando solo buscamos el dichoso título de turno. Al igual que con los estudiantes, si no ofrecemos motivos para el aprendizaje y esa formación continua, o si no alimentamos la curiosidad de los futuros digitalmente autentificados, la tarea certificadora se convierte en un fiasco. 

 

No perdamos el juicio en estos asuntos y centremos de nuevo la capacitación de los profesionales en aquellos aspectos que ofrecen un valor añadido a su sector laboral o a su desarrollo personal. Dejemos de hacernos trampas al solitario y apostemos por una digitalización enfocada en los intereses de cada sector, de cada etapa educativa o de cada entorno. La solución no pasa por prohibir dispositivos cuando no sabemos cómo aprovecharlos para el aprendizaje y la adquisición de unas competencias que pueden marcar el futuro laboral de las personas. Orientemos nuestra formación y la enseñanza hacia ese maremágnum de conocimiento y oportunidades que nos ofrece la tecnología; con destino a una digitalización que requiere mucha lectura e interés previos. 


Foto de Colby Winfield en Unsplash

APRENDER A CRITICAR EN EL ENTORNO DIGITAL

miércoles, 12 de junio de 2024

 


 

En la escuela solemos llegar tarde a los problemas que nos plantea la sociedad moderna. Aunque el adjetivo moderno pueda resultar algo vago en el mundillo educativo. En cuanto a las cuestiones tecnológicas, pese a los vertiginosos avances de las últimos lustros, no hay duda de que la escuela, con mayor o menor acierto, se sumado al carro de los dispositivos digitales y el uso de Internet es extenso. Sin embargo, andamos ahora en un momento de cuestionamiento de la introducción de la tecnología digital en las aulas. Paradojas del mundo contemporáneo. 

 

Las contradicciones al respecto del uso de pantallas contemplan una amplia gama de contrastes. Las diferencias no solo vienen avaladas o desautorizadas por estudios científicos sino que también hay factores (sociales, económicos, culturales...) que favorecen esa apuesta por el despantallamiento digital. Aunque siempre debiéramos tener en cuenta que: "La ausencia de evidencia no significa que se haya hecho la prueba de la ausencia de riesgos".¹ Sin duda, también es relevante considerar la edad y la etapa educativa de los estudiantes, y no caer en ese maremágnum que a menudo inunda los titulares en las redes o en los medios de comunicación. Nada tiene que ver un alumno de educación infantil con un estudiante de Formación Profesional. A pesar de que todos, incluidos los adultos, sufrimos las contingencias sobrevenidas por el apabullante mundo digital que todo lo absorbe. 

 

Como educadores, además de docentes, independientemente de nuestras opiniones; mayor o menor permisividad con el uso de las pantallas e Internet; o el distinto nivel de tecnofobia que arrastremos; deberíamos considerar los impactos que la digitalización ocasionan en la enseñanza. No es deseable que, por inercia o por la moda del momento (ahora vende la prohibición), diseñemos nuestras políticas educativas a nivel de centro o en clave legislativa. Evidentemente, una de las prácticas más oportunas y me temo que no demasiado extendidas, vendría de la mano de la medición del alcance de la introducción de la tecnología en la enseñanza: ¿mejora el aprendizaje? ¿resulta motivadora para el estudiante? ¿las herramientas utilizadas son realmente educativas? ¿estamos dejando de lado otras competencias básicas? ²

 

Sin embargo, y de nuevo paradójicamente, los datos de PISA (2018) confirman que solo alrededor del 10% de los alumnos de 15 años de más de 50 sistemas educativos participantes utilizaron dispositivos digitales una media de más de una hora a la semana en las clases de matemáticas y ciencias. ¿No estaban todo el día los estudiantes empantallados? ¿o será que el empantallamiento ocurre en mayor medida en el hogar? Todavía no es raro encontrar centros educativos (habitualmente públicos) con escasez de dispositivos o deficiencias en su conectividad a Internet. A pesar de que ahora, la inmensa mayoría de hogares, disponen de conexión en sus casas (96,4% según el INE) o la posesión de dispositivos móviles con datos es muy elevada entre los más jóvenes.

 

Por otro lado, ahora, tras años insistiendo en la necesidad de ser competentes digitalmente, parecemos haber caído del guindo en cuanto a la desinformación que acampa por Internet y, principalmente, en las redes sociales. Al igual que ocurre con las prohibiciones antitabaco, parece no haber más remedio que legislar al respecto, como así pretende el Anteproyecto de Ley Orgánica para la protección de las personas menores de edad en los entornos digitales donde se reconoce, entre otros asuntos: "el papel fundamental del profesorado en el proceso de adquisición de las competencias digitales por parte del alumnado y en la detección de riesgos, y por ello se dispone que la planificación de la formación continua del profesorado incorpore actividades formativas que faciliten a los docentes estrategias para el tratamiento, entre otros aspectos, de la seguridad y de los elementos relacionados con la ciudadanía digital, la privacidad y la propiedad intelectual, tomando para ello como referencia las áreas y competencias establecidas en el Marco de Referencia de la Competencia Digital Docente y la regulación existente en materia de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia, protección de datos personales y
garantía de los derechos digitales." Ya vamos tarde. 


Las mentiras, los disparates, los bulos malintencionados, el oportunismo... son ingredientes habituales del menú digital de nuestros dispositivos. No es extraño que abunden teorías conspirativas, creencias sin fundamento, o pensamientos esotéricos donde cualquier dato científico u oficial se cuestiona sin una argumentación racional. Somos carne de influencers que a mayor número de seguidores mayor es su autoridad. Y actualmente, por miedo a no ser acusados de adoctrinamiento, dejamos pasar la oportunidad de educar al respecto en las aulas. Por no mencionar la validez que atribuimos a los contenidos generados por la Inteligencia Artificial donde las fuentes suelen brillar por su ausencia. Luego no nos quejemos de si la juventud o aquellos que están en plena madurez andan con falta de atención, despistados o son crédulos ante cualquier enredo difundido a través de sus pequeñas pero desmesuradas pantallas. 

 

No estaría mal, como docentes, replantearnos la programación del aula e incluir actividades, prácticas, contenidos o esas famosas situaciones de aprendizaje, donde trabajemos las competencias necesarias para ser críticos con ese entorno digital donde habitamos una gran parte de nuestro tiempo.



¹ María Angustias Salmerón-Ruiz, Irene Montiel, Catherine L’Ecuyer,
Llamada a la prudencia en el uso de las pantallas: ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia,
Anales de Pediatría, 2024, ISSN 1695-4033, https://doi.org/10.1016/j.anpedi.2024.03.009.
(https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1695403324000742)

 ² UNESCO. 2023. Global Education Monitoring Report 2023: Technology in education – A tool on whose terms?  https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000385723/PDF/385723eng.pdf.multi
 

DIGITALIZACIÓN ¿APLICADA? AL SISTEMA PRODUCTIVO

viernes, 7 de junio de 2024

 

digitalización aplicada al sistema productivo FP

Con el nuevo sistema de FP se introduce un nuevo módulo obligatorio y transversal a todos los ciclos formativos que, tal y como señala el artículo 100 del Real Decreto 659/2023:

tendrá como finalidad el desarrollo de conocimiento y competencias básicas en digitalización y las condiciones en que esta induce modificaciones en los procesos productivos del sector correspondiente

Este RD fija una duración básica de 30 horas, pero, como es habitual en nuestro sistema educativo, las comunidades autónomas han fijado distintas cargas horarias, así como su inclusión en primero o en segundo curso; siguiendo criterios que en algunos casos tienen un sentido pedagógico y formativo; mientras que en otros, parecen apuntar a un mero encaje de bolillos de los nuevos módulos, optativas y duales que se avecinan. Una diversidad regional mal entendida que merecería mayor profundidad, viendo las distintas velocidades o capacidad de adaptación e información al nuevo sistema de FP que, pese a sus bondades, se está organizando e implantando en el tiempo de descuento. Y aquí no hay VAR que valga. Tal vez se ha perdido la ocasión de armonizar el sentido de esta Ley Orgánica de FP en todas y cada una de las comunidades autónomas, para así aprovechar las sinergias y el conocimiento que profesionales con años en las aulas y otros expertos en FP podrían haber aportado para el interés general. De nuevo, una batalla perdida que generará diferencias según la autoridad de turno y que dificultará la emisión y convalidación de las acreditación o certificaciones obtenidas.

 

En cualquier caso, y refiriéndome de nuevo al módulo de "Digitalización aplicada al sistema productivo", en mi opinión el currículo básico incluye unos resultados de aprendizaje (RA) poco realistas o con escasa aplicación práctica para un estudiante de un grado medio o superior. Sin desmerecer los contenidos tecnológicos a los que alude este currículo. El RD antes mencionado señala los siguientes seis RA del módulo en un ciclo formativos de grado superior:

 

  • Analiza el concepto de digitalización y su repercusión en los sectores productivos teniendo en cuenta la actividad de la empresa e identificando entornos IT (Information Technology: tecnología de la información) y OT (Operation Technology: tecnología de operación) característicos.
  • Caracteriza las tecnologías habilitadoras digitales necesarias para la adecuación/transformación de las empresas a entornos digitales describiendo sus características y aplicaciones.
  • Identifica sistemas basados en cloud/nube y su influencia en el desarrollo de los sistemas digitales.  
  • Identifica aplicaciones de la IA (inteligencia artificial) en entornos del sector donde está enmarcado el título describiendo las mejoras implícitas en su implementación.
  • Evalúa la importancia de los datos, así como su protección en una economía digital globalizada, definiendo sistemas de seguridad y ciberseguridad tanto a nivel de equipo/sistema, como globales.
  • Desarrolla un proyecto de transformación digital de una empresa de un sector relacionado con el título, teniendo en cuenta los cambios que se deben producir en función de los objetivos de la empresa. 


O los siguientes cinco RA para los ciclos formativos de grado medio:

  • Establece las diferencias entre la Economía Lineal (EL) y la Economía Circular (EC), identificando las ventajas de la EC en relación con el medioambiente y el desarrollo sostenible.
  • Caracteriza los principales aspectos de la 4.ª Revolución Industrial indicando los cambios y las ventajas que se producen tanto desde el punto de vista de los clientes como de las empresas.
  • Identifica la estructura de los sistemas basados en cloud/nube describiendo su tipología y campo de aplicación.  
  • Compara los sistemas de producción/prestación de servicios digitalizados con los sistemas clásicos identificando las mejoras introducidas.
  • Elabora un plan de transformación de una empresa clásica del sector en el que se enmarca el título, basada en una EL, al concepto 4.0, determinando los cambios a introducir en las principales fases del sistema e indicando como afectaría a los recursos humanos.


En definitiva, a mi parecer, se corre el riesgo de teorizar demasiado sobre una serie de conceptos relacionados con la digitalización que, con una solo hora semanal, pueden acabar convirtiéndose en la "maría" de cada título. Solo hace falta echar un vistazo a los libros de texto editados para este módulo, o los desarrollos que cada comunidad autónoma han realizado; siguiendo, como no podía ser de otra manera, el currículo básico arriba mencionado con demasiadas cuestiones conceptuales con escasa aplicación en el día a día de las empresas. Además, debiera contemplarse, como así parece se va a hacer desde algunas CCAA, su programación coordinada junto al resto de módulos transversales (sostenibilidad y el proyecto intermodular) para dotar de mayor sentido a las competencias que se quieren trabajar en el aula; al igual que la suma de los módulos permite una carga lectiva superior que ayudaría al desempeño de la docencia y el aprendizaje.

 

Me temo que, si no aterrizamos los RA a cuestiones más prácticas y relacionadas directamente con los sectores productivos o de servicios de cada titulación, este módulo pasará a ser visto como una imposición o un requisito insalvable. Entendiendo que cualquier docente especialista (sin contar con el profesorado de FOL según parece) va a ser el responsable de su impartición, me surgen igualmente muchas dudas acerca de la suficiente preparación del profesorado (con la excepción de especialidades como la Informática) en esta materia. Además, son reducidos los materiales disponibles y adaptados a la FP con una relación directa con los efectos o procesos de digitalización aplicados a las distintas familias profesionales. Es probable que nos encontremos con muchos docentes sin las competencias digitales avanzadas necesarias para un módulo de estas características. ¿No se podrían articular planes de formación al respecto o materiales de acceso libre y específicos de cada sector para el profesorado? Incluso ahora, hacer un uso efectivo de la herramienta SELFIE podría ser adecuado para detectar estas carencias o limitaciones.


Luego, si nos centramos en los contenidos que servirán de base para desarrollar los RA señalados, considero que sería necesario una mayor flexibilidad, a la que alude la nueva FP constantemente, y trabajar otras competencias que, sin duda alguna, van a necesitar en cualquier sector profesional; o incidir en aquellas que, de un modo específico, precisarán para desenvolverse en su sistema productivo o de servicios. Entiendo que podrían ser relevantes los resultados del Observatorio de las Ocupaciones del SEPE donde se señalan las necesidades formativas de diferentes ocupaciones. Asimismo, desde los portales de empleo (tipo Infojobs, Indeed, Monster...) o en redes como LinkedIn, podemos extraer mucha información de interés relacionada con las competencias digitales necesarias para ciertos puestos de trabajo. Pero es necesaria mucha investigación especializada.


De hecho, si preguntamos al omnipresente ChatGPT 4 sobre las competencias digitales que precisan nuestros estudiantes de FP,  la Inteligencia Artificial (IA) señala competencias bien distintas y de índole más práctico y fácil de trabajar en el aula. Son interesantes sus aportaciones, que van en sintonía con el famoso Marco de Competencias Digitales (DIGCOMP) tanto a nivel docente docente como para los ciudadanos:


Alfabetización Digital
- Uso básico de dispositivos digitales y software.
- Navegación y búsqueda de información en internet.
- Evaluación crítica de la información digital.
Resultados de Aprendizaje:
- Los estudiantes podrán utilizar dispositivos digitales (ordenadores, tabletas, smartphones) de manera efectiva para realizar tareas académicas y profesionales.
- Serán capaces de buscar, evaluar y seleccionar información relevante y fiable en internet.
- Desarrollarán habilidades para gestionar su identidad digital y proteger su privacidad en línea.


Comunicación y Colaboración Digital
- Uso de herramientas de comunicación digital (correo electrónico, mensajería instantánea, videoconferencias).
- Colaboración en línea mediante plataformas y herramientas colaborativas (Google Workspace, Microsoft Teams).
Resultados de Aprendizaje:
- Los estudiantes podrán comunicarse eficazmente utilizando diferentes medios digitales.
- Serán capaces de trabajar en equipo de manera virtual, utilizando herramientas colaborativas para gestionar proyectos y tareas.


Creación de Contenidos Digitales
- Uso de software para la creación de documentos, hojas de cálculo, presentaciones y gráficos.
- Producción de contenido multimedia (imágenes, videos, audio).
Resultados de Aprendizaje:
- Los estudiantes podrán crear documentos profesionales utilizando software de procesamiento de textos, hojas de cálculo y presentaciones.
- Desarrollarán habilidades para producir y editar contenido multimedia utilizando herramientas digitales.


Seguridad Digital
- Conocimiento y aplicación de medidas de seguridad informática.
- Protección de datos personales y sensibles.
Resultados de Aprendizaje:
- Los estudiantes comprenderán los principios básicos de la seguridad informática y serán capaces de aplicar medidas para proteger sus dispositivos y datos.
- Serán conscientes de la importancia de la protección de datos personales y sensibles en el entorno digital.


Resolución de Problemas Técnicos
- Identificación y resolución de problemas técnicos comunes en dispositivos y software.
- Uso de recursos en línea para solucionar problemas técnicos.
Resultados de Aprendizaje:
- Los estudiantes serán capaces de identificar y solucionar problemas técnicos básicos en dispositivos digitales y software.
- Serán competentes en buscar y utilizar recursos en línea (foros, tutoriales, soporte técnico) para resolver problemas más complejos.


Pensamiento Computacional
- Comprensión básica de la lógica de programación.
- Uso de herramientas y lenguajes de programación básicos.
Resultados de Aprendizaje:
- Los estudiantes desarrollarán habilidades básicas en lógica de programación y serán capaces de escribir programas simples.
- Aprenderán a utilizar herramientas y lenguajes de programación básicos para resolver problemas específicos.


Uso Ético y Responsable de la Tecnología
- Comprensión de las implicaciones éticas del uso de tecnologías digitales.
- Fomento del uso responsable y respetuoso de las tecnologías.
Resultados de Aprendizaje:
- Los estudiantes serán conscientes de las implicaciones éticas del uso de tecnologías digitales, incluyendo temas como el ciberacoso, la privacidad y la propiedad intelectual.
- Promoverán prácticas responsables y respetuosas en el uso de tecnologías digitales tanto en el ámbito personal como profesional.


Adaptabilidad e Innovación
- Capacidad para adaptarse a nuevas tecnologías y herramientas digitales.
- Fomento del pensamiento innovador en el uso de tecnologías.
Resultados de Aprendizaje:
- Los estudiantes serán capaces de adaptarse rápidamente a nuevas tecnologías y herramientas digitales que surjan en el mercado laboral.
- Desarrollarán un enfoque innovador hacia el uso y aplicación de tecnologías digitales en su campo profesional.

 

O, si le pedimos a la IA información más detallada sobre las necesidades digitales de algunos sectores, esta apunta hacia cuestiones que algo se asemejan a las señaladas en el currículo básico del módulo:

Sector de la Salud
- Uso de sistemas de gestión hospitalaria.
- Manejo de registros electrónicos de salud (EHR).
- Telemedicina y consultas virtuales.

Sector Industrial y Mantenimiento
- Uso de sistemas de automatización industrial (PLC, SCADA).
- Diagnóstico y mantenimiento predictivo mediante tecnologías IoT.
- Impresión 3D y fabricación digital.

Sector de la Construcción
- Uso de software de diseño asistido por computadora (CAD).
- Gestión de proyectos con herramientas BIM (Building Information Modeling).
- Drones para inspección y mapeo de construcciones.

Sector del Turismo y Hostelería
- Gestión de reservas y atención al cliente mediante sistemas CRM.
- Marketing digital y gestión de redes sociales.
- Análisis de datos para la toma de decisiones estratégicas.

Sector del Comercio y Marketing
- Comercio electrónico y gestión de tiendas online.
- Análisis de datos y comportamiento del consumidor.
- Publicidad digital y campañas SEM/SEO.

Sector Financiero
- Uso de software de contabilidad y gestión financiera.
- Análisis financiero mediante herramientas digitales.
- Blockchain y criptomonedas.


También puede ser muy útil y revelador el documento de trabajo realizado por la CEOE, "El marco de competencias digitales de la UE en el mercado laboral: una selección de casos prácticos", del que podemos extraer competencias fácilmente trasladables a las aulas de FP y con una relación directa con el desempeño profesional de la mayoría de puestos de trabajo; pero que pone el énfasis en aquellas competencias más relevantes para ciertas profesiones. En definitiva, y abundando de nuevo en el reto que se nos plantea con este nuevo módulo, así como con el de "Sostenibilidad aplicada al sistema productivo" (de interés los materiales creados en los MOOC de CaixaBank Dualiza), sería muy beneficioso un enfoque más práctico y adecuado a los puestos de trabajo de los futuros técnicos y técnicas de FP; así como la creación de materiales libres y específicos para cada familia profesional o ciclo formativo. Aún estamos a tiempo. 


Foto de Milad Fakurian en Unsplash

INCOMPETENCIA DIGITAL ESCOLAR

martes, 14 de noviembre de 2023


 

El afán curricular, ya sea con presente o anterior legislación educativa, continúa siendo la tapadera perfecta que esconde la falta de actualidad de la escuela en muchos asuntos. Ahora, con la cacareada prohibición de los móviles (¿no lo estaban ya?) en la escuela, cerramos de nuevo los ojos ante muchos de los desafíos sobre los que la evolución tecnológica lleva años advirtiéndonos. Seguiremos con medidas desiguales según la filosofía educativa de cada centro o según las intenciones e ideas que parte del profesorado más influyente pudiera tener. 

 

Como docente que recibe estudiantes recién graduados en la Educación Secundaria Obligatoria o titulados en un ciclo formativo de grado medio o superior, o aquellos que han finalizado hace poco sus estudios de bachillerato, sigo encontrándome con similares carencias digitales y personales que otras generaciones también padecíamos. Tengo la impresión que unos por otros, los docentes de las etapas educativas que nos preceden y los que nos continúan, damos por sentados una serie de competencias y saberes que en la sociedad actual de la información y el conocimiento no debieran ser de difícil adquisición. Pero la realidad, a mi parecer, me sugiere que pasamos de puntillas por muchos asuntos relevantes para el crecimiento personal de los alumnos. 

 

Nos llenamos la boca con la necesidad de un pensamiento crítico por parte de nuestros jóvenes, pero, ¿nos paramos a reflexionar con ellos sobre su significado?, ¿sobre cómo pueden desarrollarlo?, ¿cómo podrían buscar mejor, analizar las fuentes, cribar contenidos o mencionar la autoría? Muchos desconocen las herramientas avanzadas de los buscadores, y ahora, con la Inteligencia Artificial, me temo que pasaremos a una nueva etapa donde el copio y pego seguirá siendo habitual pero más difícil de detectar cuando se espabilen en estas artes. Al respecto de la desinformación tampoco observo mayores avances. Adultos y jóvenes somos carne de cañón ante bulos y falsedades viralizadas por propios y extraños. La dedicación a estos menesteres no parece ser muy intensa y generalizada entre los escolares. El extremismo, la discriminación, la xenofobia, la violencia, la homofobia, el machismo, etc. pueden ser también consecuencia de esa falta de espíritu crítico y filtro personal. 


Luego viene la educación sexual y la conocida y temprana sobreexposición de los menores a contenidos inadecuados. Más allá de las charlas policiales, que hacen su papel avisando sobre las amenazas de los ciberdelincuentes, el descontrol sobre el consumo de estos contenidos y la insuficiente educación afectivo-sexual son el abono perfecto para todo tipo de agresiones sexuales. ¿Educamos al respecto suficientemente?, ¿controlamos a los menores y enseñamos a las familias a establecer medidas de seguridad efectivas? Por no mencionar los casos de bullying y su relación con el descontrol en el uso de las pantallas; pese a que es un tema al que ahora se dedica más atención y recursos. 

 

La escuela, a pesar de la opinión contraria de algunos, también es responsable de la educación y formación en todos estos aspectos que sobrepasan a muchas familias; tanto por falta de conocimientos tecnológicos como por la inacción o dejación parental. La escuela puede ser la única tabla de salvación de muchos jóvenes que continuarán en la inopia tecnológica si no somos capaces de darles los recursos necesarios. Debemos ser capaces de vertebrar medidas eficaces y pragmáticas en el sistema educativo; conocemos de sobra el famoso marco de competencias digitales pero nos falta imprimir agilidad en lo que realmente importa para la educación del alumnado, más allá de certificados u otras cuestiones formales que solo nos despistan.


Dediquemos más tiempo a estas cuestiones que son transversales, más allá de los contenidos y competencias de nuestras materias; asuntos donde nos jugamos el futuro de la sociedad que nos gustaría tener. Centremos el debate no solo en las prohibiciones sino en el aprendizaje y en los valores que todo joven debiera respetar dentro de ese magnífico y desatendido marco que es la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

¿PROHIBIR O PERMITIR LA TECNOLOGÍA DIGITAL EN EL AULA?

jueves, 28 de septiembre de 2023

 

la tecnología digital en el aula

 

El pantalón de campana ha vuelto y, como no, también lo tenían que hacer los tecnófobos educativos. Ante la desidia o claudicación paterna y materna sobre el uso personal de los dispositivos digitales, es la escuela la que vuelve a ser acusada como responsable de ese mal empleo de nuestros distractores favoritos. Y parte de culpa seguro que tenemos. 

 

Es fantástico educar en el asombro y, sobre todo, tratar de salir de esas rígidas aula en las que aún acostumbramos a trajinar con el aprendizaje fingiendo emociones. Sin embargo, no debiera andar reñido ese continente digital, donde habitan demasiado tiempo (no solo) nuestros jóvenes, con esa atmósfera escolar donde caben sus intereses y esos conocimientos valiosos que aspiramos a transmitir. Pero nos gustan los bandos. O página 137, ejercicios del 1 al 14, o investiga en internet y apáñate con el classroom. Queremos ser docentes actuales pero a su vez no pasarnos de la raya como un teachtoker insensato; que lo de antes siempre fue mejor, o eso dicen algunos. Y así andamos haciendo equilibrios sin conocer del todo el pantanoso terreno de la enseñanza actual.

 

Ya no hay aulas del siglo XIX, pero tampoco aulas del futuro (excepto esos centros de muestra para alimentar rencores). Seguimos necesitando asientos y escritorios, pero lo que más importa son las ideas, el sentir y saberes del profesor de turno. Y la tecnología puede molestar. Tal vez porque nunca acabamos de controlarla del todo; o quizás porque somos forasteros digitales en un planeta donde los indígenas hablan una lengua distinta como mero pasatiempo. Migrantes y nativos que no sacan provecho de una tecnología que nos une si hacemos buen uso de ella. En FP, por ejemplo, la tecnología para enseñar y aprender, es ineludible para garantizar la adquisición de competencias relevantes. No importa el oficio, un analfabeto digital lo tiene complicado.

 

Los tecnófilos digitales caímos en las redes de la utopía educativa donde creíamos que la curiosidad abundaría por fin en las aulas. Ayudamos a introducir dispositivos sin ton ni son en todas las etapas educativas. No pensamos lo suficiente en el cómo ni para qué. No medimos la repercusión en el aprendizaje. Nos dejamos llevar por modas, multinacionales y esa ilusión por cambiar lo que sufrimos como estudiantes. Los pedagogos o la investigación educativa tampoco ayudaban mucho al respecto. Demasiados mantras y recetas simples que apreciaban las herramientas digitales para fuegos de artificio o como catálogo comercial destinado a familias deseosas de innovación para sus retoños. Nos hemos sabido alcanzar todavía la utopedia de Antonio Rodríguez de las Heras.

 

¿Y cómo se cura este desasosiego digital? Hay quienes desean optar por un dieta draconiana a base de solo lápiz y libro de texto. Todos queremos ser ahora los hijos de los gurús de Silicon Valley, aunque vivamos en un piso de Tomelloso. Parece no importar la edad ni la condición social. Carecemos de prospecto y nos servimos de titulares de prensa para recetar más o menos tecnología. Con la Inteligencia Artificial acabará pasando lo mismo si no nos planteamos previamente sus límites, control, buen uso y principios educativos que buscamos respetar. Lo de siempre: faltan mentes preclaras en las altas esferas educativas. Demasiado ruido. Y mira que hay buenas nueces...


Sin embargo, pese a los maledicientes de lo digital, la tecnología posee su espacio en la escuela. Al igual que lo tienen las demasiado escasas salidas del centro educativo para acercarse a esa otra realidad menos frecuentada: naturaleza, bibliotecas, museos, teatro, arte... Lo digital es la excusa perfecta para reflexionar sobre su uso, y no un soporte para simular una educación novedosa. La tecnología nos permite asombrar al alumno cuando descubre que no todo son tiktoks, haters, fakes o vídeos satisfactorios. Los dispositivos nos ayudan a idear y crear gracias a un software cada vez más amable con el usuario. Ya no es necesario ser un técnico informático para aventurarte con aplicaciones que te hacen de tu aula un lugar conectado con el mundo o un espacio de conversación con horario a tu medida. 

 

Pero, para todo ello, seguirá haciendo falta mucha pedagogía, mucho diálogo con alumnos y compañeros, y mucho bajarse del burro para no eternizar las fobias y adoraciones del pasado. Necesitaremos desandar algunos senderos digitales y volver a otros espacios más favorables con el aprendizaje. Pero, sin duda, no podemos perder la ocasión de viajar de la mano de ese navegador conectado a experiencias motivadoras que nos transportan a lugares donde otros soportes no llegan. 

 

Esto es una opinión más, pero los factos debieran tener más peso:




EDUCAR EN LA SOCIEDAD DEL TRÁMITE DIGITAL

viernes, 14 de julio de 2023

EDUCAR EN LA SOCIEDAD DEL TRÁMITE DIGITAL

 

La vida pasa entre trámite y trámite. Trámites resueltos, omitidos, demorados, inacabados... Cuando no tenemos que solicitar una matrícula, estamos con la firma digital, demandando el voto por correo, haciendo una transferencia, comprobando los recibos, pidiendo una cita online, programando una videollamada, atendiendo al seguro o haciendo un pedido vía web. Estamos continuamente trabajando para hacer gestiones digitales que, supuestamente, nos dan facilidades para nuestra vida personal. Pero, ¿alguien se ha detenido a contabilizar ese tiempo particular destinado a efectuar trámites digitales? La digitalización de los procesos es un negocio redondo para las empresas que desalienta a menudo a cualquier ciudadano.

 

Un problema mayor lo tienen las personas con escasas competencias digitales, principalmente gente de edad avanzada, que encuentra imposible llevar a cabo estos trámites sin ayuda o les obliga a la presencialidad; muchas veces dependientes de la buena fe del ayudante de turno. ¿Cuánta gente habrá que perderá oportunidades personales, no sabrá solicitar ayudas o será sancionada injustamente por incapacidad digital? Pero la gente más joven tampoco se libra de los inconvenientes de realizar toda suerte de trámites digitales. Nos quejamos de si no saben hacer una simple solicitud administrativa, leer unas instrucciones para cumplimentar un impreso o gestionar sus certificados personales por Internet, pero: ¿enseñamos a ello convenientemente?


A excepción de los que estudian gestión administrativa, la tónica es el sálvese quien pueda. Además de la necesidad de una lectura comprensiva de todo tipo de textos, se ha vuelto imprescindible esa habilidad digital que te permite descargar apps, firmar digitalmente, trajinar con claves, gestionar un correo, solventar trabas técnicas desde distintos entornos, etc. Y no estoy pidiendo una asignatura digital más, sino un impulso de la informática más allá de la ofimática habitual, también importante. La Inteligencia Artificial será además una ayuda a esta vida en trámite permanente; veremos cómo podemos plantearla y educar mejor en el futuro para sacarle provecho como gestor en forma de ahorro del tiempo personal. 

 
 
En Formación Profesional, los futuros trabajadores por cuenta propia o ajena, tendrán necesariamente que buscarse la vida en este intricado mundo del trámite. Ser capaces digitalmente de gestionar becas y ayudas, administrar una agenda online, diligenciar una instancia, acceder a recursos de empleo, etc. es algo básico para su futuro. Próximamente, a través del nuevo módulo transversal de Digitalización aplicada a los sectores productivos, valoraremos si somos capaces de abordar estas y otras cuestiones relevantes y si no caemos en los enredos conceptuales que tan poco aportan a la vida real. Ser un inepto digital puede tener graves consecuencias y no podemos permitirnos, desafortunadamente, decir aquello de "a mí no me va la tecnología".


La espiral digitalizadora difícilmente tendrá un límite en nuestra vidas. Continuaremos renegando de este sistema de vida que nos mantiene conectados con la gestión diaria. Un régimen que nos ha ahorrado colas físicas (no las digitales) pero que nos hace dependientes de sistemas operativos y una buena conectividad. La usabilidad no solo debe ser abordada para y por los vendedores digitales, sino que ha de ser una obligación para cualquier plataforma que ofrezca servicios digitales básicos que puedan suponer un coste de oportunidad elevado a sus usuarios. 

 

Los reducidos privilegiados seguirán siendo todos aquellos que no necesitan llevar a cabo personalmente ningún tipo de trámite. Esos pocos, o los que puedan permitirse un retiro lejos del mundo digital, fuera de toda cobertura, habrán ganado la despreocupación de una vida sin trámites. El resto, seguiremos peregrinando y dando tumbos por esta sociedad del trámite.


Foto de Girl with red hat en Unsplash

Las Tecnologías Habilitadoras Digitales en la FP

martes, 6 de diciembre de 2022

Conocer al menos superficialmente las pronto famosas Tecnologías Habilitadoras Digitales (THD) parece ser el próximo caballo de batalla del profesorado de Formación Profesional. Los docentes de FP de familias profesionales menos relacionadas con materias informáticas o digitales pronto verán el impacto de estas THD en sus módulos. La Inteligencia Artificial (IA), el Big Data, el Blockchain, el trabajo en la nube (cloud computing) o el Internet de las Cosas (IoT) vienen irremediablemente a formar parte de cualquier oficio. Para bien o para mal. 

 

Tanto en el sector servicios, el sector industrial o en ciclos formativos relacionados con el sector primario, ya podemos ver la aplicación de estas tecnologías. Queda por ver en qué medida se verán afectados los puestos de trabajos que desempeñarán nuestros futuros técnicos y técnicas de FP. Es fácil entender la incidencia de estas tecnologías en ramas de fabricación mecánica o electricidad, así como en empresas relacionadas con la informática; más difícil será implementar estas herramientas en otros sectores profesionales donde la atención humana directa es una parte todavía imprescindible, por no mencionar el perfil académico y profesional de un profesorado con otras cualidades alejadas del mundo digital. 

 

Espero que el universo de las THD no se convierta en una nueva moda donde toda la formación pase inexorablemente por este tipo de tecnologías sin tener en cuenta otras variables que nos hacen ser precavidos con su uso. El coste de oportunidad, a nivel económico y formativo, puede ser muy alto si solo nos centramos en unas tecnologías que nuestros estudiantes deben conocer de algún modo pero que, según sus perfiles de salida, no tienen porque necesariamente aprender a utilizar. No es lo mismo una profesional que trabaja en un departamento de informática que un profesional que se ocupa de la animación turística de los clientes de un hotel. La especialización y la formación sobre estas THD debe ser completamente específica para actualizar al cuerpo docente y a nuestros alumnos. 

 

Cuestión aparte es el uso didáctico de este tipo de herramientas. El uso de dispositivos de Realidad Virtual (VR) o Realidad Aumentada (AR) puede tener también interés en algunos ciclos formativos en los que podemos enriquecer los contenidos y las simulaciones necesarias para desempeñar ciertas tareas técnicas. Este tipo de tecnologías llevan muchos años de experiencia, y quizás sea un buen momento de introducirlas si los costes para su introducción en el aula lo permiten ahora. De todos modos, es necesario un buen análisis previo, contando con el profesorado de los ciclos, para una implantación provechosa. Imprescindibles también los informes de Observatorio de las Ocupaciones del SEPE para detectar necesidades y tendencias relativas a la necesaria formación digital de en los distintos puestos de trabajo actuales y futuros. 


Respecto a la Inteligencia Artificial, ya comienzan a surgir dudas entre el profesorado sobre la conveniencia de su uso o el abuso que de la misma seguro que harán los estudiantes para cocinar trabajos (incluídos los de fin de ciclo) al igual que se usan los traductores automáticos para pasar textos del castellano al inglés. Desde el punto de vista ético hay voces que se cuestionan su neutralidad, además de la estulticia que puede acabar provocando entre nuestros jóvenes discentes. El debate educativo está asegurado, pese a que resultará una tarea inviable la restricción o detección de su mal uso. Recursos al respecto en la página de la Unesco, así como en esta web sobre Privacidad, Protección de Datos, Ética de los Datos, Tecnología, y Transparencia en Inteligencia Artificial impulsada por Manuela Battaglini.

 

De momento, esperemos que no falte reflexión para la implantación de las Tecnologías Habilitadoras Digitales en la Formación Profesional. No nos podemos quedar detrás pero tampoco podemos comenzar una transformación digital sin un plan definido que deje de contemplar las amenazas o que no gestione con conocimiento la formación útil y necesaria del profesorado. No todos necesitamos programar o utilizar ciertos dispositivos tecnológicos, al igual que nuestros alumnos, pero sí podemos conocer los avances de las últimas tecnologías y la repercursión que tendrán en cada sector profesional. Aunque para ello, como siempre, precisaremos recursos bien invertidos en los distintos ciclos formativos y no solo en determinados centros de FP y en unas pocas titulaciones. Experimentar sí, pero con cabeza y de la mano de expertos. 


Veremos que nos depara el futuro y si los que insistimos en recuperar ciertas competencias básicas (lectura, escritura, aptitud numérica) e incluir la cultura y el humanismo digital en la Formación Profesional tenemos cabida en un futuro incierto donde la automatización de los procesos y tareas da cierto canguelo. Para muestra el artículo que también publico hoy relacionado con la Inteligencia Artificial y para el que me han echado una manita...


tecnologías habilitadoras digitales THD en FP

Foto de h heyerlein en Unsplash

Los beneficios de la Formación Profesional en Inteligencia Artificial

La inteligencia artificial (IA) es una de las tecnologías más transformadoras de nuestro tiempo. Con su capacidad para automatizar tareas repetitivas y tomar decisiones basadas en datos, la IA ya está teniendo un profundo impacto en las empresas de una amplia gama de industrias. Y a medida que la IA sigue evolucionando, las aplicaciones potenciales son infinitas.

Gracias a su enorme potencial, existe una demanda creciente de profesionales de la IA. Sin embargo, al ser la IA un campo tan nuevo y en rápida evolución, puede resultar difícil encontrar expertos formados en IA. Por eso la formación profesional en IA es cada vez más popular. Al recibir formación de expertos en este campo, puede mantenerse al día de las últimas tendencias y desarrollos en IA. Y con la formación adecuada, podrá desarrollar las habilidades necesarias para crear sofisticadas aplicaciones de IA


¿Cuáles son los beneficios de la formación profesional en Inteligencia Artificial?
Tanto si ya trabajas en IA como si quieres cambiar de profesión, la formación profesional en IA puede ofrecerte una serie de ventajas. Éstos son sólo algunos 



1. Mantente al día de las últimas tendencias: Como la IA evoluciona a un ritmo rápido, puede ser difícil mantenerse al día de todos los últimos avances sin una formación especializada. Si participas en cursos de formación profesional, te asegurarás de estar siempre al día de las últimas tendencias y avances en IA

 
2. Desarrollar habilidades especializadas: Una de las principales ventajas de la formación profesional es que te permite desarrollar habilidades altamente especializadas. Esto es especialmente importante en un campo emergente como la IA, en el que pocas personas tienen los conocimientos necesarios para crear aplicaciones sofisticadas 


3. Crear una red sólida: Al participar en cursos de formación profesional, tendrá la oportunidad de conocer y establecer contactos con otras personas de ideas afines. Esto es valioso porque te da acceso a una comunidad de expertos que pueden ofrecerte consejo y apoyo cuando lo necesites 


4. Mejora tu empleabilidad: En el competitivo mercado laboral actual, las empresas buscan candidatos con aptitudes específicas. Al completar cursos de formación profesional en IA, puede dar un impulso a su CV y aumentar su empleabilidad 


5. Mejora tus conocimientos: Incluso si ya tiene experiencia trabajando con IA, la formación profesional puede ayudarle a mejorar sus conocimientos y a colmar sus lagunas.  


Si estás considerando seguir una carrera en inteligencia artificial o simplemente buscas mantenerte actualizado sobre las últimas tendencias, los cursos de formación profesional son una gran opción. A través de la formación profesional, puede desarrollar habilidades especializadas, crear una red sólida y mejorar su empleabilidad, todo ello mientras se mantiene al día de los últimos avances en esta tecnología transformadora.

 

Este artículo (título incluído) está escrito íntegramente con ayuda de la Inteligencia Artificial a través de la herramienta Jasper. Una muestra, como comento en el artículo anterior de este blog, de las posibilidades y trastornos que supondrá su uso en el mundo educativo y de la FP. Eso sí, ahora no hay excusa para mantener un blog... Pero no temáis, de momento seguiré escribiendo a dos manos mis propios artículos.

 

Inteligencia artificial FP FORMACIÓN PROFESIONAL

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