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INNOVACIÓN, RESTAURACIÓN O RENOVACIÓN EDUCATIVA

lunes, 13 de marzo de 2017
Dándole vueltas a esto de la innovación educativa, en el caso de la Formación Profesional no podemos obviar la importancia de una permanente actualización tecnológica de nuestros ciclos, con la consiguiente necesidad de formación y digitalización de los docentes de cada familia profesional. Aún así, ligar la tecnología como algo imprescindible para llevar a cabo innovación educativa puede ser un error de base, tanto como el buscar la innovación permanente como el fin principal del profesorado de Formación Profesional o de cualquier etapa educativa.

innovación restauración o renovación educativa FPPerseguir la innovación debe estar al mismo nivel que recuperar o restaurar esas competencias olvidadas y pasadas de moda; unas competencias y valores que son ahora más necesarios que nunca y enormemente apreciados por los empleadores de nuestros alumnos. No se trata de volver al autoritarismo o quedarse en un paternalismo que no hace ningún bien al alumnado, más bien seguir trabajando con el estudiante desde la proximidad pero con la máxima exigencia en cuanto al esfuerzo, el orden, la cortesía, limpieza, los modales, la convivencia, el silencio cuando es necesario o el respeto.

Incluir todas estas actitudes y comportamientos, sin dejar de lado la tecnología o las competencias técnicas de cada ciclo, debiera ser una constante en la evaluación de nuestros alumnos. Pese a que muchos comportamientos tienen están relacionados con la educación de las familias, no podemos taparnos los ojos ante la necesidad de este tipo de formación en nuestras aulas. Dedicarnos tan sólo a enseñar contenidos no es siempre posible por las circunstancias personales que nos encontramos en clase, por ello, necesitamos más que nunca innovar en relación a esta falta de valores y actitudes personales del alumno.

Hace falta mucho trabajo en equipo del profesorado, más formación y recursos para intervenir con los alumno más disruptivos, mucha reflexión sobre nuestra forma de evaluar pasando a considerar las competencias personales igual de importantes que las competencias técnicas. No sólo puede valer la calificación de un examen escrito o recuperar un módulo mediante un trabajo o cualquier otra prueba escrita; el alumno debe saber que no puede realizar unas prácticas (FCT) u obtener un título de Técnico o Técnico Superior si no es capaz de cumplir unas normas y mantener una convivencia positiva junto con sus compañeros o superiores a nivel laboral. Hacemos un flaco favor al alumno expidiendo títulos sin contemplar la variable afectiva y personal en su formación profesional. Lo más sencillo es dedicarse a corregir exámenes, quedar bien o expulsar a los más desconsiderados; la tarea más ardua es buscar el cambio de éstos y seguir enseñando a todo el grupo.

Debemos seguir innovando y repensando los procesos de enseñanza y aprendizaje, continuar con la actualización de nuestros ciclos y buscando las máximas competencias digitales de profesores y alumnos para que estos últimos no pierdan la batalla de la inserción laboral. Pero, sobre todo, debemos incidir en la formación integral del alumno y en una renovación de las actitudes y comportamientos de los más jóvenes.

La innovación tecnológica no está reñida con la búsqueda de una actuación responsable del alumno. Pese a que la tecnología por si sola es siempre más deslumbrante de cara a la sociedad, la auténtica innovación educativa la encontramos cuando descubrimos técnicas o procedimientos que nos permiten motivar al alumno a la vez que desarrollamos sus competencias profesionales y/o personales.

photo credit: rippchenmitkraut66 in your head via photopin (license)

LO ÚLTIMO EN EDUCACIÓN

martes, 20 de septiembre de 2016
Cambio educativo, innovación, pacto por la educación, Finlandia, deberes, programación, FP Dual, libros de texto... Parece que todo esto, "lo último en educación", se repite y repite como si hubiéramos caído en un agujero negro donde las leyes de la física ya no tienen sentido y la realidad se distorsiona.

Es visible el mucho movimiento de las escuelas que se replantean la forma de enseñar y aprender de sus alumnos. Aún así, da la sensación de que estamos innovando por innovar sin tener claro el objetivo principal de cada "innovación" que llevamos a cabo. ¿Tenemos en cuenta unas competencias básicas a alcanzar cada vez que nos plateamos un cambio de rumbo y experimentamos en el aula?

Quizás algunos nos pasamos de atrevidos y experimentamos, prueba y error, con el consiguiente beneficio o perjuicio para nuestros alumnos. Quizás sea conveniente replantearse si cada actividad supuestamente innovadora no deja de ser poco más que aquel mural de cartulina con fotos y títulos coloreados pero en un formato digital.

Que la tecnología no es la panacea del aprendizaje es algo que ya tenemos claro una mayoría (¿silenciosa?), pero aún así seguimos insistiendo en dotar nuestras aulas con libros electrónicos, pizarras digitales o tabletas personales sin pararse tal vez a pensar en el mucho o poco valor añadido que aportan en el desarrollo de las competencias personales o profesionales del alumno.

A nivel de la Formación Profesional es indudable que debemos estar al día de los avances tecnológicos de cada una de las profesiones para las que formamos. Aún así, necesitamos cavilar aún más sobre si esa innovación o ese golpe de timón que estamos dando, repercute positivamente en los objetivos que nos deberíamos plantear. ¿No buscamos personas que piensen, que sepan leer, aprendan a ser flexibles, mantengan una buena actitud, sean responsables y que además mejoren la actual sociedad? ¿Fomentamos la crítica, el razonamiento, el análisis o la solidaridad en nuestras aulas más innovadoras?

Entiendo que motivar al alumno es una tarea díficil, más aún cuando hablamos de personas muy jóvenes con una vocación aún no definida y con las preocupaciones normales de la edad. También creo que alcanzar esa motivación, a través de actividades más o menos lúdicas, o mediante la tecnología, no debe suponer una pérdida del norte en cada etapa educativa. En el caso de la FP, como en otros niveles, es fundamental pensar en unas capacidades básicas cada vez que tratamos de innovar: comprender un texto, ser resolutivo y creativo, interpretar adecuadamente unas instrucciones, tener unas competencias digitales mínimas, valorar los recursos, empatizar con los compañeros, etc.

Si sólo buscamos lo último, probablemente no alcanzaremos el objetivo último de la educación.
"El objetivo de la educación es preparar a los jóvenes para que se eduquen a sí mismos el resto de sus vidas”. Robert M. Hutchins. 

¿QUÉ SIGNIFICA INNOVAR EN EDUCACIÓN?

lunes, 9 de mayo de 2016
¿Qué significado le estamos dando en educación al término innovar? ¿se nos está yendo de las manos tanto curso, feria o concurso educativo presuntamente innovador? ¿tiene sentido que haya tantas definiciones de innovación como centros educativos o docentes? ¿estamos pecando de escaparatismo y superficialidad en el aprendizaje o hemos caído en las garras de un malentendido marketing? ¿sólo con la voluntad es posible alcanzar una innovación valiosa?

Me da la sensación que los estamos en este barco llamado enseñanza navegamos con frecuencia a golpe de timón. Seguimos sin rumbo fijo o al menos perdemos de vista lo realmente importante: lograr una educación que inspire. Muchos estamos de acuerdo en que la educación debe evolucionar más rápido y no sólo a nivel de uso de herramientas tecnológicas; sin embargo se sigue insistiendo en la innovación como un ranking de mayor o menor utilización de dispositivos o aplicaciones TIC sin tomar en cuenta aspectos más importantes como la formación del profesorado o la definición de un proyecto de centro que permita el trabajo codo con codo de sus profesores.

innovar educación FP Innovación

Entiendo igualmente que la mayor innovación está en la mejora de mi trabajo como docente. Renovarme como profesional exige un autocuestionamiento permanente de la práctica educativa. Innovar para mi supone rectificar, eliminar o añadir aquello que hago curso tras curso. Innovar me supone darme cuenta de donde meto la pata, donde debo indagar más para conectar con los alumnos y profundizar en mi materia.

El profesor innnovador es al fin y al cabo un tipo implicado que no rehuye al alumnado, lo busca. Es fácil innovar si conocemos nuestras fortalezas personales y las aplicamos en el aula; cada uno de nosotros somos buenos para algo, pero tal y como nos enseñaron, solemos acabar inmersos en la mediocridad de unos contenidos o en el tedio de unas jornadas escolares repetitivas. Descubrir esas fortalezas o potenciarlas, ayudarnos o servirnos de los compañeros y sentirse parte de un proyecto común, son las mayores innovaciones que disfrutarán nuestros alumnos. Porque no olvidemos que lo normal sigue siendo lo de siempre: evaluación basada en exámenes finales, calificaciones numéricas (con decimales, por supuesto) desde bien pequeños, cientos de horas en un aula, deberes repetitivos, escasa conexión entre las materias y profesorado, personalización insignificante del aprendizaje...

No se trata de intensificar el uso de las TIC o volver a la clase magistral. La disyuntiva no es esa. Actualizarse o morir tampoco es la cuestión principal. Creo en la innovación como un proceso personal donde te das cuenta de las prioridades, donde eres capaz de ver tus propios fallos y seleccionar lo que realmente importa para tus alumnos. Los años de ejercicio profesional sólo aportan innovación si se trabaja con los ojos abiertos en el aula, en los pasillos de la escuela, en los blogs educativos y mirando siempre con ganas de mejora, sin autosuficiencia. ¡Y siempre hay recorrido en la mejora personal!

Tengo realmente claro que mis blogs, aplicaciones, dispositivos no innovan absolutamente nada si no tocan la fibra de los alumnos, si no despiertan un mínimo deseo por aquello que les interesa o al menos sienten que son buenos en algo concreto. Y ahí creo está la mayor dificultad: transmitir y hacer sentir a un mismo tiempo con la ayuda de las herramientas que tenemos al alcance. El resto puede esperar.

photo credit: Intelllectual Property Innovation via photopin (license)

DÓNDE BUSCAR NUEVAS HERRAMIENTAS TIC

miércoles, 9 de marzo de 2016
DONDE BUSCAR HERRAMIENTAS TIC EDUCACIÓN
Los docentes más frikis en esto de las TIC, pero también aquellos que no saben por donde comenzar a trastear, pasamos mucho tiempo en la búsqueda y captura de alguna aplicación o herramienta tecnológica que facilite el aprendizaje siendo a su vez divertida e interesante para alumnos y profesores.

Entre el maremagnum de repositorios que hay en Internet a veces cuesta encontrar alguna novedad que se salga de las aplicaciones de Google o de las modas del momento. En estos casos conviene rascar en aquellas páginas especializadas que continuamente analizan nuevas aplicaciones y software; sin dejar de lado la búsqueda personal a través del buscador de turno donde, si perseveras, te acabará llevando a algún blog o página web que nos aporte esa valor añadido deseado.

Os dejo con algunos de estos sitios web, que ya conoceréis más de uno, donde seguir buceando en busca de esa herramienta que aporte aprendizaje, conocimiento, motivación, entretenimiento y, si es posible, al mismo tiempo. Si conoces alguno más no dudes en aportarlo.
















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LOS PROFESORES NO DAMOS ABASTO

viernes, 5 de febrero de 2016
Quizás sea un problema de organización personal o puede que hoy día pretendemos llevar a cabo demasiados proyectos profesionales y educativos, buscando a su vez la conciliación familiar, el ocio o el crecimiento personal. Pero al final muchos docentes acabamos la semana con la lengua fuera y con la sensación de no terminar lo bien que debieras cada una de tus responsabilidades.

Nos debemos a nuestros alumnos, misión principal, por no decir única, del (buen) docente. Pero también debemos bregar con demasiados factores que influyen en el desarrollo de nuestras competencias: escaso tiempo para la reflexión conjunta, incremento de exigencias por parte de la Administración, número elevado de horas lectivas, autoformación...

Si a ello le añadimos, entre otras cosas, tener que bregar con los "deberes" de tus descendientes y convertirte en su profesor suplente con las "instrucciones" de su maestro, es imposible dar abasto. Ser competente sin esa carga de estrés continua se ha convertido en una utopía en los tiempos actuales. Tener en mente la escuela de lunes a domingo no puede ser saludable. Ni para profesores ni para alumnos. ¿O pretendemos imitar el modelo coreano?

Los días pasan y el curso en breve finalizará, ¿dónde quedan esos buenos propósitos de inicio de curso? Algunos vamos tirando, con satisfacciones personales gracias sobre todo a la cercanía con el alumno, pero vemos cada vez más lejos la posibilidad de innovación o de un trabajo bien hecho -¿Por qué no innovamos los docentes?- con este nivel de tensión cotidiano.

Nos queda el derecho al pataleo, la protesta o el desahogo con los compañeros o en un blog... Pero entiendo que nos debemos replantear la organización escolar a todos los niveles: horarios, asignaturas, espacios de trabajo, tiempos en común, proyectos...

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REDES SOCIALES EN EDUCACIÓN: ¿CUECES O ENRIQUECES?

viernes, 18 de diciembre de 2015
A riesgo de parecer raro, me parece que un el uso intensivo de imágenes que compartimos públicamente, la cantidad de redes sociales en las que estamos o el uso intensivo de los móviles, no está transformado definitivamente nuestras prácticas docentes.

Sigo observando un uso demasiado superficial de las redes sociales por parte de alumnos o profesores, Twitter principalmente, donde muchas cuentas son meros escaparates con escasa reflexión, pocos artículos o escasas interacciones relevantes para el elevado número de usuarios y profesores que poblamos el planeta tierra.

Sí es cierto que muchos hemos evolucionado gracias a estas redes, al uso de materiales compartidos en Internet o a las experiencias colaborativas que van surgiendo gracias a docentes generosos, comprometidos y con geniales iniciativas.

Sigo animando a compartir las experiencias en el aula, los libros leídos, las metodologías empleadas, los pensamientos, los blogs personales... No podemos quedarnos en simples publicadores de contenidos ajenos o fotografías resultonas de nuestras actividades académicas. Compartir la práctica docente es una actividad generosa que nos ayuda a trascender de nuestra aula y centro educativo. Compartir supone avanzar en el cambio educativo que necesitamos.

Proyectos colaborativos como "Dibújamelas", "Tertulias con sabor a chocolate" o los debates en Twitter con la etiqueta #XaTac5 son ejemplos de enriquecimiento mutuo. Sospecho que muchas veces, más que pocas oportunidades, es la falta de tiempo o las pocas fuerzas lo que nos impiden enrolarnos en nuevos proyectos con compañeros virtuales. Aún así, no podemos dejar pasar todas estas oportunidades de aprendizaje que nos ayudan a cambiar de perspectiva y rompen las dinámicas habituales del aula sin caer únicamente en modas pasajeras.

Podemos quedarnos aferrados a lo de siempre, cociendo lo mismo, "yo me lo guiso, yo me lo como...". O podemos enriquecer nuestra labor disfrutando de esencias exóticas y con nuevos convidados reales o virtuales en nuestro mismo pupitre.

photo credit: Steam & gleam via photopin (license)

POSTUREO EDUCATIVO

viernes, 4 de diciembre de 2015
Con tanta red social, edición multimedia, marketing educativo y otros varios inventos de la última década es fácil caer involuntariamente en el postureo educativo. Las medidas de calado para transformar la educación no pueden basarse simplemente en unas citas bonitas, vídeos entrañables o escenarios donde proclamar nuestra buena hechura.

postureo educativo
Lamentablemente siempre hay vendedores de humo en los que podemos caer al adquirir tecnologías, formación o nuevos métodos. Un buen decorado, un vestido adecuado y una oratoria brillante pueden causar más perjuicios que cualquier ley educativa. Estar atentos al fondo, a la experiencia profesional que sustenta la propuesta o conocer los intereses económicos es más que imprescindible para no errar en decisiones que suponen tiempo y dinero para los centros educativos y sus docentes.

La infoxicación ha llegado a todos los sectores y cribar entre tanta propuesta metodológica, software o dispositivo tecnológico es una tarea ardua que requiere mucha reflexión y debate interno. Las ocurrencias se suelen pagar caras aunque no por ello debamos dejar de aventurarnos en nuevas acciones dentro del aula.

Tener una línea clara y adaptarse cada año a las necesidades del alumno y de las empresas (en el caso de la Formación Profesional) es fundamental para no pegar bandazos en busca del deseado cambio educativo. Más pedagogía y una mente abierta a otras experiencias educativas se hacen imprescindibles si queremos seguir avanzando.

Remover principios e incitar a replantearse la labor docente es un sano ejercicio siempre que no caigamos en el postureo educativo y queramos emprender un camino hacia el cambio efectivo y trascendente. Escuchar activamente a nuestros alumnos y a compañeros más inspirados o visionarios suele ser más provechoso que una ponencia o congreso cualquiera. Contra el postureo educativo sólo nos queda actuar y continuar haciendo desde la cavilación.  La docencia es una profesión muy exigente si realmente deseamos lograr una educación digna de recordarse. No hay atajos.

photo credit: SXSW: Selfie Stick via photopin (license)

¿POR QUÉ LO LLAMAMOS INNOVAR SI QUEREMOS DECIR...?

miércoles, 5 de noviembre de 2014
Se me ocurren muchos términos sinónimos o complementarios que podríamos utilizar los educadores en lugar del trillado vocablo: innovar. Nuestro léxico recoge abundantes palabras, imprescindibles, si queremos innovar con éxito en nuestra labor docente.

educación, innovar, innovación, educar



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