Mostrando entradas con la etiqueta Libro. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Libro. Mostrar todas las entradas

LANZAMOS LIBRO: "APRENDER EN LA NUEVA FP"

domingo, 10 de noviembre de 2024

Finalmente, tengo la alegría tras meses de dedicación, percances de última hora y alguna que otra circunstancia medio resuelta que ha pospuesto su lanzamiento, de tener en mis manos un nuevo libro sobre la Formación Profesional. En esta ocasión figuro (y ejerzo) como autor de la mano de la Editorial Graó en esta obra titulada "Aprender en la nueva FP", en la cual, de un modo personal, trato todos aquellos aspectos que me preocupan y ocupan, y que considero valiosos para la docencia en esta querida etapa educativa:

 

1. ¿Cómo nos afectan los cambios de la nueva FP? 

2. Transforma tu docencia con metodologías pedagógicas. 

3. Aplica la investigación educativa para enseñar mejor. 

4. Introduce la evaluación formativa en los módulos. 

5. Actualiza tus módulos a través de la digitalización. 

6. Aprovecha la inteligencia artificial en FP. 

7. En FP también hay pensamiento crítico: los saberes inútiles y los valores. 

8. ¿Qué nos preocupa del nuevo sistema de FP?

 

Con total seguridad, la mejor parte del libro es el prólogo escrito por mi estimado Jorge Arévalo que ha tenido la gentileza de dedicar unas líneas sobre el presente y futuro de una FP que nos inquieta a la vez que nos motiva a movernos constantemente para su mejora. 


A lo largo del resto de apartados busco principalmente ofrecer recursos prácticos -a través de una bibliografía y webgrafía extensa- para cualquier docente de FP que desee mejorar su enseñanza y los aprendizajes de su alumnado. Cada capítulo viene con una parte práctica y ejemplos aplicados en distintos ciclos formativos para su mejor comprensión. No es un ensayo sesudo, ni mucho menos, sino más bien pretende ser una lectura que inspire en torno a los asuntos que hoy en día más nos pueden interesar como profesores de FP: el nuevo sistema de Formación Profesional, las metodologías, la programación didáctica, la evaluación, los valores, las evidencias educativas, la dichosa IA, etc. 

 

Espero sinceramente que su lectura merezca la pena. Ojalá dispongas del tiempo necesario para reflexionar y comentar al respecto de los temas que se desarrollan en las páginas del libro; soy consciente de que la intensidad del día a día en el aula no nos facilita pararnos, hacer autocrítica o investigar el modo de mejorar como docentes. Este es el objetivo de estas páginas: compartir mis pensamientos y experiencia docente para facilitar esa reflexión personal y profesional. Estaré encantado de escuchar o leer tus observaciones.


Está disponible en papel y en formato digital desde la web de GRAÓ con un 5% de descuento y gastos de envío gratuitos. Aunque recomiendo, si no te urge, pedirlo en tu librería más cercana

 

 
APRENDER EN LA NUEVA FP - ÓSCAR BOLUDA IVARS




DOS LIBROS EDUCATIVOS RECOMENDADOS PARA APRENDER

miércoles, 19 de junio de 2024

 


 

Si la implantación del nuevo sistema de FP lo permite, en nada arrancamos el periodo estival donde solemos disponer de mayor tiempo para esas lecturas pendientes más allá de normativas o las dichosas programaciones de aula. En este artículo paso a recomendaros dos libros que he leído este año relacionados con la educación, pero de temática bien diferente. Me gusta recomendar lecturas de ensayos porque son una de las principales herramientas que tenemos, como docentes, para basar y justificar parte de nuestros comportamientos de nuestra enseñanza. Apelar a la experiencia es un argumento de peso, pero no lo entiendo como suficiente para tomar ciertas decisiones sobre las que a menudo caemos en la ocurrencia y el gato al agua se lo lleva el opinante más persuasivo (y no el que lleva la razón). 

 

Indudablemente, la lectura de mayor o menor cantidad de literatura sobre la educación no es sinónimo de acierto en las medidas tomadas; pero, el conocimiento de otros profesionales y la evidencia educativa, son siempre buenos aliados a la hora de introducir cambios o enfrentarse a la complejidad del alumnado. Podemos hacer probaturas o alternar con las modas educativas del momento, sin desdeñar la ciencia y la sabiduría acumulada. Aún más ahora cuando tenemos la tentación de interpelar a esa IA presuntamente magnificiente ante cualquier desvarío o duda profesional. No es todo oro el algoritmo. Y, por supuesto, teniendo clara cuál es la misión de la educación (aquí que cada cual complete su espacio en blanco) y las prioridades de la etapa educativa correspondiente. 

 

Voy al grano. El primer libro que recomiendo es de la autora Fátima García Doval (la podéis seguir en "X" como @mininacheshire): "La educación es otra historia". Su ensayo me ha recordado al afamado ensayo de Irene Vallejo sobre la historia del libro; pero en este caso acerca de la historia de la educación. Su libro, "La educación es otra historia", es un magnífico relato donde se rastrea el origen de la escuela desde el Antiguo Egipto hasta la actualidad. Quizás su valor, en mi opinión, no está en el formidable documento histórico que muestra, sino en la teoría que subyace en el ensayo a partir de la segunda parte del libro: la escuela actual es fruto de una evolución constante, gracias principalmente a su profesorado, y así debemos seguir contemplándola; mirando de reojo al pasado sin caer en la complacencia ni en los mantras que predican que cualquier tiempo pasado fue mejor. Perdonad la brevedad de la síntesis.

 

Lo mismo ocurre con todo aquello que afecta a los métodos y recursos educativos. No son independientes de las circunstancias vitales en las que actúan enseñantes y aprendices. Aquello que funcionó en el pasado tal vez no sea útil hoy en día en el mismo entorno, aunque puede que sí en otro diferente o en un momento posterior. Todo esto es verdad también para los miedos y temores que retornan periódicamente a las aulas, en ocasiones con trajes nuevos, pero con el mismo cuerpo interior. Es lo que ocurre en la actualidad con el miedo a lo que puede suponer la Inteligencia Artificial en la educación. En el fondo, no es más que un trasunto del recelo que ha mostrado la educación a la práctica totalidad de las tecnologías que han ido surgiendo a lo largo de los siglos.

 

En definitiva, un buen libro para echar la vista atrás y plantearse la educación sin ese prisma actual que tiende a denostar prácticas actuales, únicamente por parecer modernas, sin saber de su larga tradición pedagógica o de su valor aplicadas a la escuela contemporánea.  


El otro libro que sugiero, escrito por Juan G. Fernández, se titula: "En blanco: Cómo focalizar la atención, la memoria y la motivación para aprender." Un nuevo ensayo de este autor (con un blog muy recomendable) que, de un modo sencillo nos introduce en los distintos estudios que evidencian la necesidad de focalizar la atención, aprovechar la capacidad de la memoria para un estudio más eficiente, la importancia para el estudiante de los distintos tipos de motivación, o aprender a autorregularse con el fin de tener un mayor éxito académico. Fernández, al igual que en otros libros anteriores suyos, maneja una extensa bibliografía que acerca recomendaciones provechosas en asuntos donde a menudo solo tenemos en cuenta la intuición. 

 

En definitiva, el procesamiento profundo implica entender un nuevo concepto en términos de conceptos ya conocidos y de conexiones entre ellos. Por eso, una buena forma de empezar a trabajar sobre cualquier idea es sacar una hoja en blanco y preguntarnos: ¿qué cosas conozco ya sobre esta idea? ¿Cómo se relaciona esta nueva idea con lo que ya conocía? De esta manera las ideas relacionadas se procesarán en la memoria de trabajo y estarán listas para conectar con lo nuevo que se vaya a aprender.

 

Habría mucho más que reseñar sobre estos dos libros. Os animo en cualquier caso a su lectura completa si la nueva normativa y la gestión académica lo consienten... Siempre nos quedará un rato, junto a la orilla o en el monte, para libros tan sugerentes y con tanto conocimiento detrás.


Foto de Rhema Kallianpur en Unsplash

ES LA LECTURA, ESTÚPIDO

martes, 16 de mayo de 2023

 

ES LA LECTURA, ESTÚPIDO

El asesor de Bill Clinton, James Carville, logró triunfar en su camino hacia la Casa Blanca con el famoso eslogan: "¡La economía, estúpido!". Puede que nos falte uno de esos asesores para que, el Ministerio de Educación y FP o cada una de las respectivas consejerías, establezcan como una prioridad la lectura en las aulas. Puede que necesitemos de un Pepito Grillo hispánico que aconseje al respecto a los responsables educativos de modo que estos estimulen el hábito de leer en todas y cada una de las etapas de nuestro sistema.

 

Porque, definitivamente, pese a no estar de moda la lectura ni ser un gancho de marketing para los estudiantes y sus familias: es la lectura, estúpidos. No toda la educación debe pasar por las tendencias que marca el mercado de las empresas tecnológicas. Lo de GAFAM se está pasando de castaño oscuro con la aquiescencia de (casi)todos y con escasas alternativas para frenar este oligopolio. Si a esto le unimos ciertas aplicaciones de redes sociales que controlan gobiernos extranjeros con escaso o nulo nivel democrático, los deepfakes que acelerarán los engaños masivos, o el empantallamiento digital al que nos sometemos adultos, jóvenes y niños, tenemos el cacao servido.


El último Estudio Internacional para el Progreso de la Comprensión Lectora (PIRLS, Progress in International Reading Literacy Study en inglés), recién publicado, puede ser interpretado desde una óptica optimista (como suelen hacer nuestros gobernantes) o puede ser leído desde la frustración que supone seguir como país en el furgón de cola (pese a nuestros puntos fuertes en algunos aspectos) en la comprensión lectora. Pero podemos consolarnos con que alemanes, holandeses o neozelandeses están a un nivel semejante. Y eso que estamos hablando de un estudio realizado sobre alumnado de 4º de Educación Primaria; niños y niñas que tienen una edad donde todavía se mantiene alto el gusto por la lectura y en un momento vital donde los móviles u otros dispositivos digitales no forman parte de sus vidas, a pesar de los esfuerzos de introducirlos en las aulas sin medir su impacto en el aprendizaje. 

 

No somos solo víctimas de la política educativa; somos también cómplices de un sistema que premia la grandilocuencia de proyectos (siempre en formato vídeo, por supuesto) y la utilización de cualquier novedad tecnológica poco contrastada. Aulas del futuro, nuevas metodologías, la digitalización, el multilingüismo... todo tiene su cabida y sus adeptos más o menos informados o con mayor o menor fundamento. Pero, salvando excepciones gracias a claustros convencidos o docentes entusiastas, los libros y el fomento a la lectura no son una prioridad en los centros educativos. La inversión en bibliotecas escolares, el gasto en novedades dirigidas a niños y jóvenes, o el personal dedicado a estos menesteres librescos, son incomparablemente menore que los dedicados a otras partidas escolares. Con una pequeña parte de la inversión pública en el famoso Plan Digital de Centro, podríamos hacer maravillas... Lo realmente renovador es montar un plan de fomento a la lectura que trascienda y se mantenga a lo largo de los años. 


En la ESO, en el Bachillerato, en la Formación Profesional, o incluso en la Universidad, se hace cada vez más cuesta arriba el estímulo por la lectura. Los enemigos de la misma crecen. Son pocos (o más bien pocas) los estudiantes que mantienen un hábito lector; pese a la buena salud de la literatura infantil y juvenil. Son minoría los padres o madres que tienen la lectura como una afición compartida que valoran igual que las actividades deportivas o los idiomas. Por eso mismo, la escuela debe ser un espacio donde se respiren libros impresos en papel; donde se recomienden lecturas; donde se fomenten las préstamos gratuitos de libros electrónicos; donde la biblioteca escolar trascienda al resto de espacios y sea omnipresente desde la escolarización infantil. 

 

En tiempos de estulticia artificial toca alimentar la inteligencia natural de esos futuros ciudadanos que decimos querer que sean críticos y juiciosos.


Foto de Johnny McClung en Unsplash

LOS PROFESORES NO LEEMOS

lunes, 6 de marzo de 2023

Esto no es clickbait. Porque realmente los docentes no leemos o leemos muy poco. Que no se enfade nadie. Y no hablo de novelas de ficción, cómics o revistas. Raros son los profesores que tienen como hábito lecturas sobre educación. Ya ni siquiera pueden llamarse lecturas pedagógicas; no sea que acabes enfrentado con algún compañero alérgico a esa disciplina. El tiempo, las leyes y ese futuro líquido que nos derraman en el rostro no ayudan a la ocupación lectora y de reflexión profesional que debiera acompañarnos a lo largo de nuestra carrera. 

 

¿Cuántos libros recomendamos o nos recomiendan otros colegas? ¿Cuántas lecturas de reflexión educativa aparecen en nuestros buzones de correo? La normativa, los cara a la galería, las quejas sobre los alumnos, las prisas recurrentes... son las noticias de nuestro particular día de la marmota. Eso sí, que si los alumnos ya no leen, ni piensan, ni razonan. Como si los adultos no tuviéramos nada que ver al respecto. Como si todo fuera culpa de unos padres y madres enfrascados en pagar facturas o lidiar con unos hijos que no saben lo que quieren ni a lo que pueden llegar. ¡Viva la competición! Como si nosotros, los docentes, fuéramos perfectos y tuviéramos una venda en los ojos que nos impide ver a uno de nuestros hijos o hermanos en ese chaval problemático o ensimismado en el aula. Cuidado que me molestan. ¿Y yo no estoy para eso? 

 

Y vendrá el aula del futuro, el pupitre del siglo XXII y la última tecnología para distraernos de lo que realmente importa. Y todo sin reflexión ni lecturas. Mucho TikTok, likes y cientos de tareas en ese Teams o Classroom que aletarga a propios y extraños. A docentes y a estudiantes. Trabajo cumplido y en septiembre más, pero no mejor. Y los másteres y la formación del profesorado parecen seguir el mismo atajo. Todo es innovación manida. ¿Dónde quedan las lecturas de referentes educativos? ¿Dónde andan los debates y la crítica a intelectuales, filósofos, sociólogos, maestros o pedagogos de distintas cuerdas? Con suerte, la humanidad y sensibilidad de algunos acaba completando ese vacío de pensamiento o falta de profesionalidad. O, como mucho, en algunas redes sociales te tropiezas con alguna rara avis que comparte escritos sustanciosos (y no comerciales) sobre nuestro rico mundo educativo. 


Podemos echar la culpa de todo a la ley educativa del momento; a la falta de presupuesto; al compañero; a la dirección o al articulista del momento. E incluso a nosotros mismos (poco habitual). Pero leer ayuda a cambiar la mirada. Leer ayuda a no solo mirar de reojo el calendario en búsqueda de festivos o vivir cada día esperando salir de clase. Y en eso nos parecemos a los alumnos. Coincidimos en el drama de una obra que se representa en un aulario donde, en lugar de sentirnos protagonistas, parecemos figurantes que cobran por horas. Y así se nos pasa la vida; contando días cotizados y lecciones superadas; esperando una mejora que nunca llega a pesar de esos jóvenes que cada curso tenemos la oportunidad de acompañar. 

 

Cuidad a esos chalados que quieren leer en los claustros. Defended los espacios de lectura y reflexión que ayudan a renovar las miradas. Perdamos más el tiempo leyendo, pensando y compartiendo textos. Recomendemos ensayos, experiencias educativas e incluso novelas, cine o podcasts que nos ayuden a frenar esa abulia a la que tendemos. Filtremos y critiquemos las modas educativas con el poso del conocimiento clásico y actual. Busquemos tiempos para escribir de lo que leemos. Seamos raros aunque no vendamos. Pero leamos y, sobre todo, compartamos lecturas. La vida docente no es el BOE. 

 

INSTAGRAM PARA DOCENTES LECTORES

miércoles, 22 de junio de 2022

Puede que las altas temperaturas ahuyenten a los lectores. Más aún si hablamos de lecturas educativas o relacionadas con el aprendizaje no sé si el verano es un momento propicio para recomendar libros. Si sobreviven las editoriales que lanzan libros destinados a los docentes debe ser porque algo leemos en este complejo sector donde convivimos personajes de toda naturaleza y pensamiento. Creo que somos más noveleros, en los dos sentidos del término, que cualquier otra cosa. Sin embargo, algunos raritos gustamos de lecturas singulares relacionadas con la pedagogía y la didáctica, la investigación educativa y ese arte abstracto que supone saber enseñar. Porque aprender a enseñar puede ser más complejo y atrayente que resolver crímenes, comenzar relaciones sentimentales o buscar esa autoayuda confortante.

 

Por ello me aventuro a sugerir libros, leídos recientemente o en el pasado, en esa plataforma derrochadora de nuestro tiempo y omnipresente entre jóvenes y ciertos talluditos: Instagram. Soy poco amante de la exhibición personal (¿falta de jeta o heredado pudor?), pese a compartir con demasiada frecuencia mis opiniones y recursos por las redes, pero tal vez esto del insta sea un buen medio para animar a leer ciertos títulos que me parecen preciosos para un crecimiento profesional que no conoce edades. 

 

bookstagramespaña bookstagramdocente bookstagram

Pese al encapotado panorama lector que vislumbramos en nuestro entorno (y no hablo solo de jóvenes estudiantes) existe una vida exótica ahí fuera donde se sugieren multitud de libros adornados a través de la publicación de imágenes, stories, reels... que cuentan con miles de interacciones. Solo hace falta pasarse por la etiqueta #bookstagramespaña para encontrar originales propuestas lectoras de todo calibre. Abundan los millenials y zetas más cómodos en la técnica de la exhibición multimedia. Otros aún no nos aventuramos a exhibir páginas entre sábanas, albercas, espejos o músculos ya en distensión permanente; solo nos queda figurar con bonitas portadas y sencillas reseñas que animen a leer un rato largo o engañar a algún mozo o moza con un buen libro. 


Tal vez algún día acertemos con una etiqueta multimillonaria en las redes tipo #bookstagramdocente donde podamos compartir esos libros y textos más inspiradores, útiles o preciosos que alegran los largos inviernos en el aula y las amplias y merecidas vacaciones estivales. De momento os dejo con mi reconvertida cuenta personal de Instagram donde ojalá pueda descubrir vuestras recomendaciones lectoras en los comentarios: @oscarboluda

 

Espero no tener que veros por TikTok para estos quehaceres...  😉

 

Foto de Jon Tyson en Unsplash

¿QUÉ LEEN LOS DOCENTES?

miércoles, 25 de mayo de 2022

Para responder a la pregunta que titula esta entrada no sería mala idea enviar a nuestros claustros uno de esos formularios online que tanto abundan hoy en día sobre qué leen y con qué frecuencia. Tal vez nos llevaríamos más de una sorpresa; o puede que nos confirmara lo que algunos ya intuímos. Porque, además de novelas, me cuestiono de nuevo: ¿leemos los docentes literatura sobre educación?, ¿o es algo solamente de educadores frikis y ociosos?


Entiendo que la existencia de editoriales especializadas en libros sobre educación indica cierto interés sobre el tema entre el profesorado e incluso entre los padres y madres de los alumnos. Tomando como referencia, a modo testimonial, el listado de los libros más vendidos de educación en Amazón, observamos que abundan los títulos de autoayuda, los orientados a la crianza de niños o educación de adolescentes y los cuadernillos de actividades escolares. Si analizamos este listado, observamos que entre los libros destinados específicamente para docentes hay pocos entre los primeros puestos; además de los últimos y recomendables libros escritos por Juan Fernández (uno junto a Mariana Morales) hay poco más que algún título sobre la atención a la diversidad o la educación especial junto a un par de ensayos sobre educación en los últimos puestos de ventas. 

 

Siempre me ha sorprendido ese escaso interés sobre la lectura de libros relacionados con la pedagogía, la reflexión e investigación educativa o la didáctica de nuestras materias. En los actuales másters del profesorado, además de abundar con mayor o menor acierto en las distintas metodologías y otras actividades en boga, no es fácil encontrar recomendaciones de libros que supongan una reflexión sobre la eduación actual y futura que van a abordar. Solo nos faltaba esa corriente de antipedagogismo que reduce cualquier innovación al rango de ocurrencia como si todo estuviera ya inventado y la mayoría del profesorado se aviniera a los cambios y novedades metodológicas. Quizás como contraposición a cierta insustancialidad escolar wonderfuliana


Me parece indispensable fomentar en los claustros, así como desde las distintas iniciativas de formación del profesorado, la lectura de literatura sobre educación. Es necesario además encontrar tiempos para el debate y comentarios de estos libros; así como invertir en la adquisición de novedades y de clásicos o referencias obligadas para maestros y profesores. Lecturas obligadas para no caer en el seguidismo de las redes y sus modas. Lecturas para alimentar nuestra capacidad crítica frente a los cambios que nos imponen o las ideas interesadas. Lecturas para pensar y disfrutar como una parte más de nuestro crecimiento personal y profesional. 

 

Para predicar con el ejemplo, además de en este blog donde puntualmente recomiendo libros (ver etiqueta al respecto), me aventuro a sugerir lecturas actuales y pasadas desde mi cuenta de Instagram (@oscarboluda). Una cuenta que reutilizo, no para mostrar mi decadencia física ni mi opípara dieta, sino para reciclarme y reducir el ruido de naderías que extendemos por las redes. De momento a tiktoker no me aventuro... Todo sea por la sostenibilidad intelectual. 


Nos seguimos leyendo.

 

Reflexionar para educar en la complejidad

sábado, 23 de abril de 2022

Pese a la relativa brevedad del libro que a continuación reseño, "Educar en la complejidad", la tesis o los argumentos que el autor sostiene me parecen muy valiosos en el momento educativo actual. Huir de la simplicidad, las fórmulas mágicas o arrimarse a las modas educativas sin una reflexión previa pueden parecer perogrulladas; pero no es raro contemplar o caer en la cuenta de las meteduras de pata que hemos cometido por seguir inercias, arrastrar prejuicios o ser deslumbrados por vendedores aventajados. 

 

Juan G. Fernández, autor también del magnífico blog "Investigación docente", relata en siete capítulos las cuestiones que considera trascendentales para cualquier docente, aportando referencias que validan o alertan sobre la aproximación que hacemos a los fines de la educación, las motivaciones, las expectativas, las emociones o las distintas metodologías educativas. Cuestiones que merecen ser puestan en constante revisión y reflexión por parte del profesorado a través del conocimiento y de fuentes de información fiables que aporten datos relevantes.

 

En relación a la motivación, Fernández recalca la importancia de proporcionar experiencias de éxito a los alumnos; experiencias que generan expectivas y que motivan al estudiante cuando descubre sus capacidades y el resultado de su esfuerzo. Insiste, acertadamente a mi parecer, en la responsabilidad de todo docente en la lectura y formación sobre los métodos de aprendizaje más eficaces para el alumno. Eficacia que también se consigue con la ayuda de una evaluación formativa que garantice esa retroalimentación o feedback que todo alumno debiera tener a lo largo de su aprendizaje. 

 

Sobre el tema de las emociones y el aprendizaje activo, el autor señala la importancia de generar conexiones emocionales con lo que se aprende; buscar una implicación del alumno que les obligue a pensar en lo que están trabajando. El poder del relato, las emociones positivas o desagradables, la búsqueda del bien común, la renuncia... todo suma en esa complejidad educativa en la que nos movemos. Todo ello también podemos ligarlo con la mejora de las expectativas a través de la mejor del hábito, en insitir en hacer más que en ser. Si no admitimos que cualquier alumno puede aprender y mejorar, gracias también a nuestro acompañamiento, la educación pierde su sentido. 

 

Respecto a las metodologías, Juan Fernández concede la misma importancia al cómo enseñamos que a lo qué se enseña. Prestar atención a la estructura conceptual de nuestras materias, el vocabulario específico o la comprensión lectora, son también habilidades que podemos trabajar como docentes; más allá de los métodos y una formación didáctica especializada según la materia o la etapa educativa. 

 

Coincido también con el autor en la defensa de una formación tecnológica que tenga en cuenta la aportación al aprendizaje que hacen las distintas herramientas digitales. Analizar los pros y los contras de toda herramienta o metodología; o reflexionar con otros compañeros sobre las prácticas educativas, así como a través de la lectura de libros o artículos son modos de mejorar profesionalmente más allá de la típica formación que se nos ofrece. En la útima parte del libro, Juan insiste en esa necesidad de reflexión profesional e intelectual, que no es inherente a la experiencia, a través de unos educadores y una escuela que deben atender a cada uno de sus alumnos sin perder de vista la búsqueda de un mundo más justo y equitativo que garantice una eduación de calidad para todos. 

 

En definitiva, un libro magnífico para compartir y comentar con los compañeros y compañeras de claustro. 

LECCIONES PARA CRECER

miércoles, 23 de marzo de 2022

Los libros y artículos de Xavier Marcet son siempre una oportunidad para reflexionar sobre la gestión de las personas y la innovación a nivel profesional. Su experiencia en el mundo empresarial se puede trasladar perfectamente al complejo ecosistema educativo donde nos movemos perfiles de todo tipo, y donde sus gestores deben bregar con particularidades que a menudo hacen difícil lo más fácil o donde se entiende a veces mal la autonomía docente.

 

En esta ocasión me atrevo a subrayar algunos pasajes de su último libro: "Crecer haciendo crecer". Un título en el que su autor destaca, en una selección de artículos, aquellos aspectos clave en las organizaciones y esa difícil tarea de gestionar a las personas sin perder de vista su propio crecimiento. Una mirada que, sin quitar importancia a la dichosa -en todos los sentidos- digitalización que nos acecha, recalca la importancia de los trabajadores que forma parte de toda empresa. 

 

Marcet nos habla de la necesidad de formar empresas consistentes. Una consistencia que conlleva aplicar cambios y no solo predicarlos, no dormirse en los laureles, no caer en la burocracia interna, alimentar la meritocracia y alejarse de líderes pusilánimes. Nada que no pueda ser aplicado en un centro educativo, desde luego; a excepción de esa meritocracia que se lleva mal con la ausencia de carrera profesional de los docentes. 

 

En relación a la innovación, el autor no pone el acento en la tecnología, resalta la necesaria empatía de los profesionales con los clientes. Tal vez, buscando la analogía con el mundo educativo, la innovación no cabe si no redunda en el aprendizaje del alumno; al igual que si no tenemos en cuenta, en cierto modo, los intereses y particularidades de su etapa vital. 

 

Las empresas auténticas, al igual que los centros educativos, no podemos caer en discursos superficiales. La autenticidad es una parte fundamental de las organizaciones; el relato que trasladamos y los principios éticos, a todos los niveles, son la mejor forma de seguir conectando con los estudiantes y sus familias. En tiempos de frivolidad en las redes, debemos de trasladar mensajes y acciones congruentes con esos valores que nos representan. 

 

Buscando el símil educativo, Xavier Marcet discute el valor de las metodologías, dando mayor importancia al trabajo en equipo de las organizaciones y sus sincronías, así como a los estilos de liderazgo. Destaca de nuevo la trascendencia de las personas que formamos parte de toda empresa. En un entorno complejo el principal recurso son las personas que, con su talento, van a ser capaces de poner en marcha esa visión estratégica necesaria para afrontar el futuro. Porque, como así afirma: "en las organizaciones no sobra talento; en muchas de ellas lo que sobra es no talento". Un talento que debe combinar actitud y aptitud, mientras que el no talento está servido con aquellos que no quieren adaptarse. 

 

También hace referencia a la necesidad de entrenar el pensamiento crítico; disponer de un criterio propio, pensar y escribir para saber qué pensamos. Algo tremendamente útil en un sector educativo asediado por modas e intereses comerciales, donde debemos aprender a separar la paja del grano sin caer en la trampa de la tecnologización imprudente. Insiste en la necesidad de desaprender y reaprender como un ejercicio personal e individual continuo. Copiar lo que hacen otros puede estar bien, pero, buscar la singularidad también nos facilita la innovación y evolución profesional. 

 

Es interesante la visión que tiene sobre la motivación de los profesionales. Nos habla de la necesidad de dar sentido al trabajo que realizamos y a las agendas que tenemos, dejando autonomía para su concreción. Si queremos innovar, ¿a qué dedicamos el tiempo? Una pregunta fundamental en las organizaciones donde nos enfrascamos a menudo en las reuniones de siempre y los procedimientos habituales, pese a que dispongamos de márgenes y confianza más que suficiente. La motivación viene de esa confianza dada pero, sin duda, si nuestras condiciones laborales son razonables, debemos venir motivados de casa; tal y como reza ese acuerdo laboral que nos compromete a cambio de un sueldo. Flexibilidad y agilidad ante el cambio son retos y oportunidades de los líderes educativos para al menos no desmotivar al personal. Magnífica la frase: "Las empresas van bien cuando la gente no tiene tiempo y sabe mantener los hábitos que les han hecho crecer". 

 

En relación a los líderes de las organizaciones, Marcet subraya la necesidad de jefes equilibrados que exijan y reprendan ayudando a crecer a los comprometidos frente a los indolentes. Delegar, empoderar y buscar gente que incomode en los equipos para ampliar la perspectiva habitual que nos inmoviliza, pero sin caer en las ocurrencias. Congujar la ambición corporativa con la humildad personal. Dedica un artículo, imprescindible, a la gestión del talento y no talento. Porque las empresas ideales están llenas de gente con talento y compromiso, autoexigente, que nos hace competitivos frente a los tóxicos a los que no hay que ceder ese tiempo que reclaman y que se muestran insolidarios instalados en sus quejas perpetuas. De ahí la importancia de dar a conocer a todos las razones de ese cambio necesario que implica compromiso y esfuerzo si queremos lidiar con la incertidumbre.

 

Insiste el autor en la necesidad de organizaciones flexibles, adaptables a los cambios que surgen, y que, en el mundo de la Formación Profesional, es imprescindible tener en cuenta para trabajar esas competencias requeridas en los centros de trabajo. Porque hay cosas que seguro no cambiarán, y hay que pensar también en ellas, como afirma Marcet. En educación no todo es variable; con la pandemia se han reafirmado aspectos que son vitales para los alumnos más jóvenes: la presencialidad, los hábitos y rutinas de trabajo, la conversación, socializar... Seguimos teniendo mucho por hacer. 

 

 



VENDIENDO LIBROS EN FP

martes, 20 de abril de 2021

Se acerca el Día Internacional del Libro y pese a que esos "días de..." acaban a menudo en el olvido, no podemos dejar pasar la ocasión para insistir en la importancia que tiene la lectura en la educación. Una afición a la lectura que confundimos con esa asignatura de Lengua y Literatura en la que injustamente parece siempre recaer toda la responsabilidad del fomento lector. 


Es incongruente la insistencia en fortalecer el pensamiento crítico de los alumnos cuando no ponemos todo el esfuerzo necesario en un plan lector dotado con recursos materiales y humanos. No tiene sentido organizar cuentacuentos y un sinfín de actividades en educación infantil o en primaria cuando luego todo es una carrera para alcanzar unos contenidos, a toda prisa habitualmente, sin tiempo ni la dedicación necesaria para forjar ese plan lector tan valioso para los alumnos.


En la FP, el bachillerato o en la ESO, con la excepción de la heroicidad e ilusión de algunos centros educativos, no es fácil encontrar experiencias transversales donde la lectura sea uno de sus bienes más preciados. Ciertas modas educativas o el afán por digitalizar sin medida han calado más en los políticos de turno y en las repetitivas formaciones del profesorado que otras iniciativas que tienen al libro como protagonista.


Volviendo al título que da pie a este artículo; en los dos días que llevamos de semana, he conseguido "vender" seis libros a otros tantos alumnos y un par a dos profesores. Sin tener cualidades de comercial, no tiene más secreto que llevarse al aula unos cuantos libros de temáticas variadas, comentarlos y recomendar su lectura. Y acaban picando... Parece que es más fácil acercar la biblioteca al aula que al alumno a la biblioteca. 


Aprovecho la ocasión para recomendar, a jóvenes y mayores, los siguientes títulos prestados en estas últimas 48 horas:


"Fahrenheit 451" de Ray Bradbury

"El guardián entre el centeno" de J. D. Salinger

"Y tú, ¿qué marca eres? 20 claves para gestionar tu reputación personal" de Neus Arqués

"El diario de Anne Frank" (novela gráfica) de Anne Frank

"Salvaje" de Cheryl Strayed

"Éramos el enemigo" (novela gráfica) de George Takei

"La casa del propósito especial" de John Boyne

"Gordo de Porcelana" de David Pascual. 

(Estos dos últimos recomendados por dos profesoras.)


Espero que las acciones puntuales, las mías incluidas, esas que persiguen la animación a la lectura; se queden en algo más que pasajeras actividades bienintencionadas que al poco tiempo acaban siendo olvidadas hasta el siguiente "día de lo que sea". 

PD. Hoy, miércoles, he conseguido "vender" otro libro, muy duro pero que narra una historia para no olvidar:  "El chico que siguió a su padre hasta Auschwitz" de Jeremy Dronfield.


YO ME LIBRO [EN FP]

viernes, 11 de septiembre de 2020
 Este curso, pese a las obligadas e incomodas medidas que tenemos que seguir para dar clase, nos embarcamos en la escuela en un proyecto de esos que llaman de innovación que sin embargo se nutre de esa intemporal creencia de que la lectura nos convierte en nómadas más sabios que cabalgan sobre la vida de otros que no quieren ser olvidados a través de la imperecedera escritura. 


En la Formación Profesional actual se desatendieron, con cierta lógica aunque indiscriminadamente, ciertas materias que en la  antigua FPI y FPII buscaban continuar la formación básica del alumnado más allá de las competencias técnicas específicas de cada título. La lengua española o las ciencias aplicadas eran parte de esa formación integral que se buscaba en los antiguos títulos de FP antes de la llegada de la la LOGSE en 1990 y la dilatada implantación de los actuales Ciclos Formativos de Grado Medio y Superior. 


Ahora suena a menudo ese continuo runrún, creo que ya por vicio, de lo poco que leen los jóvenes y el aumento de faltas de ortografía en sus escritos. Los centros educativos, así como los distintos artífices de la política educativa, hemos tenido (y perdido habitualmente) la oportunidad de fomentar la lectura como ese tronco principal de la escuela que deshidrata y provoca la sed de conocimientos o el gusto por narrativas que imaginan otras vidas. Tanto en la FP como en el resto de etapas educativas, la lectura no vende a las familias deseosas de idiomas extranjeros o recursos en la nube, ni a los políticos que gustan de idear ocurrencias que suenen a siglo veintiuno. 


A través de este incipiente proyecto, buscamos involucrar a todo el alumnado del centro en cada uno de los ciclos formativos que hay en nuestra escuela; todo ello, a través de distintas actividades que a lo largo del curso se llevarán a cabo con la colaboración voluntaria de un grupo de profesores que abarcan todas las titulaciones y que pretenden animar y acompañar también en estas tareas de animación lectora al resto del profesorado. 


Ahora, con la aprobación provisional de este proyecto de innovación educativa (PIIE 2020-2021), por parte de la Conselleria de Educación, Cultura y Deporte de la Generalitat Valenciana, nuestro centro de Formación Profesional, la Escuela Profesional Xavier, dispondrá de fondos para llevar a cabo este proyecto gracias al compromiso y la implicación de buena parte del profesorado sensible a esta causa pero necesitado de recursos y motivación para llevarlo a buen puerto. 


Nuestro proyecto, titulado "Yo me libro [en FP]", es ambicioso pero busca ser realista con las dificultades que seguro se presentan. En las siguientes líneas os dejamos con algunos extractos seleccionados del proyecto presentado que resumen el contexto en el que lo vamos a implementar, al igual que la planificación que lo acompaña. Os iremos contando...

El título de este proyecto hace referencia a la necesidad de “librarse” (permítasenos el neologismo) en el sentido de buscar ese libro con el que te puedes evadir, conocer otros paisajes y personajes, empatizar con ellos y crecer personal y profesionalmente con su lectura”. Librar, como disfrutar de un descanso merecido a través de la lectura; librar como una evasión ante las contrariedades y preocupaciones diarias. Librarse de (casi) todo gracias a los libros que otros escriben, otros más nos recomiendan y que nos atrapan al mismo tiempo.

Los jóvenes con estudios secundarios, según investigaciones recientes, leen libros con mucha menor frecuencia que los jóvenes con estudios superiores: un 59,5% de los jóvenes con estudios secundarios leen en su tiempo libre, comparado con un 83,3% de los universitarios. Mientras que por razón de trabajo o estudios, solo un 27,1% de la población con estudios secundarios lee libros, frente a un 42,4% de aquellos con estudios universitarios. Asimismo, a partir de los 18 años, la edad mayoritaria de nuestros alumnos en los ciclos formativos de grado medio y superior, un 38,7% se consideran no lectores. Por ello, contemplamos este proyecto transversal que pretende abarcar los diferentes ciclos formativos de grado medio (Actividades Comerciales, Cuidados Auxiliares de Enfermería, Gestión Administrativa, Farmacia y Parafarmacia) y grado superior (Administración y Finanzas, Animación Sociocultural y Turística, Comercio Internacional, Dietética).

En nuestro contexto, la Formación Profesional, los currículos oficiales no contemplan de un modo transversal el fomento a la lectura ni un trabajo específicos de la competencia lectora como esa habilidad del ser humano que puede ser valiosa en la sociedad que le rodea. Sabiendo además que esta competencia es fundamental para mejorar las perspectivas de empleo y el desarrollo personal de nuestros alumnos y alumnas. La competencia lectora requiere: “saber acceder a la información y seleccionarla de acuerdo con determinados objetivos de lectura, saber interpretar los textos interactuando con ellos a partir de los propios conocimientos e intenciones o ser capaces de reflexionar sobre lo que se lee para actuar en diversos ámbitos sociales”

Los sectores que podrían ganar peso a raíz de la pandemia demandan, en términos relativos, más habilidades TIC, de lectura, de escritura y numéricas. Es decir, que la competencia lectora, es una habilidad importante para la empleabilidad de las ramas profesionales con mayor crecimiento de empleo en el futuro tras la el Covid-19.

Tal y como se refleja en el preámbulo de la LOMCE: “Las habilidades cognitivas, siendo imprescindibles, no son suficientes; es necesario adquirir desde edades tempranas competencias transversales, como el pensamiento crítico (...)”. Es necesario por tanto, para facilitar este pensamiento crítico, un fomento de la lectura desde todas las etapas educativas; incluyendo sin duda alguna a la Formación Profesional, que tiene entre sus finalidades la preparación para la actividad en un campo profesional y su desarrollo personal.

Por todo ello, consideramos vital que siga favoreciéndose el hábito lector entre nuestros jóvenes estudiantes, de modo que la escuela ofrezca la lectura como una alternativa a otras formas de ocio y sea considerada como un entretenimiento que nos ayuda a comprender el mundo, nos hace más tolerantes y nos proporciona cultura. En la actualidad, debemos considerar la amenaza, en nuestra sociedad democrática, del bombardeo constante de información que exige poca reflexión y un pensamiento menos profundo; la cultura digital ofrece innegables ventajas, pero sin buenos lectores, que procesen la información de un modo crítico y sabio, no educaremos ciudadanos reflexivos, compasivos y diversos.

Partimos de la necesidad de trabajar dos aspectos fundamentales en este proyecto de innovación. Por un lado, es necesaria una acción coordinada del profesorado para incluir la lectura de un modo formal en los proyectos de investigación que se llevan a cabo en el centro educativo desde los distintos ciclos formativos. Y, por otro lado, es necesaria una intervención en la biblioteca tanto en su espacio físico como en su concepción de un lugar que no es solo para el estudio y el trabajo de los módulos. Una biblioteca que debe contemplarse también de un modo virtual como un espacio en las redes desde donde generar contenido audiovisual o reseñas adecuadas a las necesidades de nuestros alumnos de Formación Profesional y contando con la participación de todo el profesorado en cada uno de los módulos que imparten.

Buscamos además, atendiendo al “efecto Mateo” según el cual el mejor lector cada vez sabe más y el peor cada vez menos, que el alumnado tenga más “probabilidades de poder avanzar y ponerse al día con los contenidos curriculares de un título eminentemente técnico y que requiere actualización constante.”

La intervención del proyecto pretende abarcar a todo el alumnado de nuestro centro educativo, receptor principal de nuestro objetivo de promoción de la lectura, así como implicar al profesorado para crear lectores y generar un cambio en la cultura lectora de los centros de Formación Profesional. Como afirman Lluch y Sánchez-García: “Estamos en un momento propicio para plantear proyectos innovadores de promoción de la lectura que superen las prácticas habituales y tradicionales.”

El proyecto “Yo me libro [en FP]” presenta un programa innovador para un centro de Formación Profesional que no pretende ser un Plan Lector del Centro (PLC) sino una estrategia coordinada desde cada una de las familias profesionales de la escuela, contando con el departamento de FOL, para fomentar la lectura como actividad con la que disfrutar a la vez que es un medio para aprender y complementar los contenidos curriculares de los módulos.

Para llevar a cabo este proyecto hemos contemplado la realización de las siguientes tareas a lo largo de todo el curso y que aquí enumero someramente:

tarea 1: Formación equipo "Yo me libro"
tarea 2: Selección títulos para cada ciclo formativo
tarea 3: Creación del blog colaborativo: me libro [en fp]
tarea 4: Evaluación inicial hábitos lectores del alumnado y percepciones del profesorado
tarea 5: lanzamiento oficial del proyecto
tarea 6: Uso de redes sociales para el proyecto
tarea 7: Repositorio online de los proyectos que incluyen libros
tarea 8: Ambientación literaria de la escuela
tarea 9: Rediseño de la biblioteca
tarea 10: Reconfiguración préstamo tabletas
tarea 11: Formación del profesorado
tarea 12: Lectura y emprendimiento
tarea 13: Visitas lectoras
tarea 14: Punto promoción lectora
tarea 15: Encuentros literarios
tarea 16: Recital y concurso booktubers
tarea 17: Actualización fondo literario
tarea 18: Motivación del profesorado: lecturas al aire libre
tarea 19: Talleres de animación lectora
tarea 20: Bibliotecarios asistentes

 

YO ME LIBRO EN FP

photo credit: canonsnapper Book-Bound via photopin (license)
Con la tecnología de Blogger.

.

Back to Top