Algunos predicamos en el desierto al respecto desde hace ya unos cuantos años. Sin embargo, parece que no hace mella dicha predicación, pese a que las bondades o ventajas que ofrece el mantenimiento de un blog son muchas. No es mi intención enumerarlas en esta ocasión. Bastante lata he dado ya listando las excelencias de los blogs a nivel educativo ("Usos educativos de los blogs en FP"), tanto desde este espacio como en las aulas donde me sufren los alumnos.

Un blog te de la oportunidad de expresarte, de dejar de morderte la lengua ante determinadas situaciones, de reclamar o reivindicar lo que consideras justo para el sistema educativo, de compartir anhelos y desvelos como docente, de insinuar y provocar, o, tan sólo, de disfrutar contigo mismo de un tiempo donde mecanografías una parte de ti.
En la Formación Profesional es complicado encontrar esas líneas personales con experiencias en ciclos y módulos de FP. Al igual que sucede con la educación de adultos, los profesores de FP nos encontramos algo descolocados ante las experiencias educativas de otras etapas o frente a ciertas modas pedagógicas que no nos aportan aquello que estamos buscando. El carácter propio de nuestra etapa y la finalidad de esta formación nos hace ser muy concretos ante las necesidades que buscamos cubrir como docentes. Por ello, insisto de nuevo, comparte con un blog, a través de una web, en un podcast, o incluso en YouTube si te apetece más, los conocimientos, percepciones, sentimientos o cualquier idea que lleves a cabo o en la que quieras aventurarte.
De momento, si te animas, déjanos aquí o en las redes con ese espacio personal. Y, mejor aún, si es sobre Formación Profesional. Puede que los blogs estén algo demodé, pero ya sabes que lo retro siempre vuelve... No tienes más que ver la última película de Tarantino.
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