Con más frecuencia de la deseada la tecnología falla en el aula. Falla la conexión a Internet, no arrancan los ordenadores, el software que necesitamos no es compatible con nuestro sistema operativo, no hay sonido, el navegador da errores, me falta un lector de pdf, no se pueden abrir determinados archivos, etc, etc.
Cualquier profesor se ha encontrado con alguna de estas situaciones. Situaciones que causan impotencia y cierta animadversión a las llamadas "nuevas tecnologías". Alguno acaba preguntándose: ¿no estábamos mejor con nuestra verde pizarra o nuestro libro de texto como herramienta principal?
Evidentemente, no hay nada más cómodo que seguir con las unidades de un libro de texto -lectura, subrayado, dictado y/o corrección de ejercicios-, explicar con la pizarra y hacer el examen pertinente.
Pero, ¿estaríamos realizando bien nuestra labor? ¿seríamos justos con nuestros alumnos? ¿iríamos en consonancia con lo que la sociedad necesita? ¿queremos analfabetos digitales? ¿prepararíamos bien a los estudiantes? Difícilmente, si no utilizamos nuevas tecnologías, ya sea con móviles, tabletas u ordenadores, estaremos dando una buena preparación. Siempre, claro está, que variemos al mismo tiempo las metodologías utilizadas.
Y, ¿qué hacer cuando fallan los medios tecnológicos? Ya que existe la probabilidad, más o menos alta, de que falle algún equipo o sistema informático, debiéramos tener un plan B. Un plan para, en caso de fallo técnico, poder seguir enseñando en el aula. Algunas ideas en este sentido, serían:
- Tener preparadas unas fotocopias con lecturas de algún tema transversal. Un artículo o noticia que podamos trabajar en el aula junto con un cuestionario o dinámica de grupo.
- Hacer uso de los propios dispositivos de los alumnos (móviles u ordenadores). Unos dispositivos que pueden compartir y utilizar. Tan sólo es necesario tener preparada una actividad para ese tipo de dispositivos y aplicaciones.
- Salir del aula. ¿por qué no movernos a otra dependencia de la escuela, al patio, a un parque o jardín en la calle? Podríamos dar una clase expositiva pero cambiando al menos el decorado.
- Aprovechar para tratar temas en lo cuales normalmente no profundizamos por falta de tiempo. Temas personales, funcionamiento del grupo o valoraciones del aprendizaje en el curso. En esta entrada de Fernando Navarro hay multitud de dinámicas de educación emocional.
Aunque, siempre que podamos, sería conveniente aprender a solventar el problema técnico por nuestros propios medios. No estaría mal una sesión formativa con fallos y soluciones más habituales de los equipos informáticos. Pero eso es otra película para el coordinador TIC de turno...
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