El debate actual sobre el empleo inadecuado de Twitter u otras redes sociales es una buena ocasión para reflexionar como educadores. Trabajamos con jóvenes acostumbrados a manejarse por el llamado mundo virtual. Un mundo virtual demasiado parecido al real. Un mundo, como Twitter, que muestra el reflejo de nuestra forma de ser y de pensar.

Como en la vida real, en Twitter hay que saber hay quien seguir; hacer follow a tipos que valgan la pena o dejar de seguir a gente que incordia o desprende malas pulgas. En mi círculo de tuiteros no recuerdo comentarios hirientes o salidas de tono. En el mogollón que se esconde tras los Trending Topics hay de todo... Supongo que eso de los TT son un mal necesario para el negocio de la compañía.
Pretender criminalizar o penar pensamientos, mezquindades o la mala sombra de algunos sujetos, es perder el tiempo. Reflexionar con jóvenes o adolescentes sobre el sentido de sus palabras puede resultar más fructuoso. Todo no vale a la hora de expresar nuestras opiniones o sentimientos. Soltar animaladas es muy fácil. Es imprescindible trabajar la empatía en los más jóvenes para evitar agresiones verbales que hieran sensibilidades.
Empatizar con víctimas, empatizar con gente corriente que tiene padres e hijos, empatizar con chicos y chicas que tienen nuestras mismas preocupaciones en la vida. Empatizar a través de Twitter es un buen paso para hacer crecer nuestra empatía en el cara a cara diario con conocidos o extraños.
0 COMENTARIOS:
Publicar un comentario
Disculpa las molestias si se demora la publicación de tu comentario. Se revisan para evitar el spam habitual. Muchas gracias.